Varias bodegas ofrecen catas en sus instalaciones, en una D.O. con muchas otras posibilidades
30 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Para disfrutar de un vino con D.O. Valdeorras no hace falta viajar al oriente ourensano, pero si uno visita la zona no solo lo probará en el lugar en el que se hizo, sino que también podrá conocer muchos más detalles sobre cada vino pisando los viñedos en los que crece la uva, visitando las bodegas en las que se elabora y conociendo todos sus detalles de mano del enólogo o el bodeguero. Oportunidades para conocer un oficio que es un modo de vida. Y para quien quiera probar, incluso es posible enfundarse las botas y estar entre cepas para aprender a podar.
Vino y un plato típicamente rués: empanada de costrelas
La afluencia baja estos primeros meses del año, confiesa Joaquín Sánchez, pero aún así Alán de Val —situada en A Rúa de Valdeorras— mantiene su programa de visitas guiadas, una oferta disponible todos los días pero para la que es precisa reserva previa. «Hacemos una visita al viñedo, una explicación de los vinos y una cata con pinchos, que si hace bueno es en la terraza y, si no, en la bodega», explica Sánchez. Además, los visitantes tienen la opción de disfrutar también de una comida, previo encargo, en la bodega. El menú no podría ser más rués: empanada de costrelas (costillas adobadas, por lo que aquí toca abrir la tapa para poder sacar cada pieza de carne e ir comiendo) y sopas de ajo, la combinación que protagoniza una fiesta gastronómica cada diciembre en A Rúa Vella (y que ya acumula dos años sin celebrarse debido a la pandemia).
Cata, pinchos y hasta un pequeño banquete
«En Roandi estamos sempre dispoñibles para cata e visita», asegura Rogelio Moral, aunque es preciso reserva previa. En sus instalaciones en Éntoma, en O Barco de Valdeorras, inician el recorrido en el viñedo para después entrar en la bodega —que acaban de reformar por completo— y rematar en la sala de catas en las que también hay opción de hacer banquetes de hasta unos 80 comensales, explica Moral. Es la oferta actual, aunque la familia propietaria tiene más planes. Quiere abrir el hotel que tienen construido sobre la propia bodega, y han comprado el castillo de Arnado (en Vilamartín de Valdeorras), que en un futuro quieren convertir en un espacio destinado a catas y envejecimiento del vino. «Queremos enfocalo fundamentalmente para turismo», avanza el bodeguero valdeorrés.
La posibilidad de podar un viñedo con denominación de origen
Amparo Montenegro no tiene una bodega, sino que trabaja con varias a través de su empresa Enoturismo Galicia, que para el mes de febrero organiza actividades de poda en Valdeorras. «Vamos al viñedo, se explican las variedades de uva y cómo se hace la poda en cada una de ellas, y después incluso se puede practicar cómo se hace, siempre con el respaldo del enólogo o del director técnico de la bodega», explica Montenegro. El recorrido remata en la bodega, donde hay una cata de dos vinos y un pincho. Las jornadas de poda previstas este año son los días 12, 13, 19 y 20. «Son grupos de un mínimo de 6 personas y un máximo de 15 o 17, siempre grupos pequeños», apunta Montenegro.
Cata con botelo
Para el mes de febrero, el Concello do Barco ha organizado las Xornadas do Botelo. Todos los fines de semana, el botelo y el cocido valdeorrés formará parte de la carta de todos los restaurantes de la localidad y también de otros tres más de Vilamartín y Sobradelo. Siempre acompañado de vino con D.O. Valdeorras. Además, el día 6, habrá una cata a cargo de Luis Paadín; y la segunda el día 30 con Mercedes González, que liderará un maridaje de botelo y vino. Ambas serán en horario de mañana. Tendrá un precio de 5 euros. Los interesados pueden apuntarse llamando a la oficina de turismo de O Barco.
Más opciones
Son algunas de las posibilidades de disfrutar de Valdeorras a través del vino, pero hay varias bodegas más que organizan visitas, como Godeval, A Coroa, la cooperativa de A Rúa o Casal Novo.
