El cocinero Álex y la diseñadora gráfica Raquel, «álter ego» de @hokeoinlove, recorren Europa en su furgo y se han enamorado de la comarca
01 feb 2022 . Actualizado a las 17:08 h.¿Se imagina abrir la ventana de su habitación tras despertarse y que lo primero que viese fuese una playa espectacular para sentirse como si hubiese dormido en ella? Esa sensación de libertad es la que enamoró a Álex Ortiz, Raquel Álvarez y su perrita Aroha, álter ego de @hokeoinlove —en hawaiano chefs enamorados—, para lanzarse a la aventura de vivir en una van. Cuentan ya con miles de seguidores en sus perfiles de Instagram y YouTube, donde comparten recetas veganas y su día a día tan poco usual. «Hemos tenido que volver a Ferrol. Estuvimos el año pasado en agosto y septiembre y le llamamos ‘el paraíso desconocido de España'», ensalza Álex.
La pandemia sanitaria del coronavirus les dio el último empujón para cumplir su sueño y desde hace casi dos años llevan viajando por Europa y España. «Vamos fluyendo. Nuestra idea ahora era hacer Rías Baixas y pasar a Portugal, pero no dudamos en que teníamos que volver a Ferrol. Estamos pendientes de un restaurante que nos gustó mucho y queríamos volver, Mesón El Coral», explica la pareja. De esta comarca les gusta «todo». «Tanto la gastronomía como el paisaje. Ahora mismo estamos en Covas», indica Álex. Se encuentran en O Vilar y destacan las vistas con A Fragata y Esmelle. «Parece una playa enorme», señala.
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La primera vez visitaron Galicia llegaron desde la frontera con Asturias, recorrieron las playas del Ortegal hacia Valdoviño, llegaron a Ferrol y bajaron hasta A Coruña. «Como nos gusta hacer surf teníamos que parar en Esteiro y en Pantín», destaca. Y se quedaron prendados. Pero no solo de los arenales más populares de esta comarca, sino también de los sitios más recónditos. «Nos gusta encontrar las que no se conocen tanto y son playas paradisíacas, de aguas turquesas y un poco escondidas. Nos encantó porque es una zona que no está nada masificada», ensalzan.
Ya han exhibido las maravillas de esta costa a través de sus redes sociales y preparan un vídeo para YouTube. «La gente nos pregunta pero también nos propone lugares. Es entrar en Galicia y el Instagram se nos revienta de gente que nos da recomendaciones o que nos pregunta dónde estamos. Claro, enseñamos las playas y la gente alucina», reconoce. Y no pueden elegir su playa preferida en la zona. «Son todas muy bonitas y a la vez diferentes, algunas más privadas, otras más grandes, playas más largas...», expone.
Dos años en la carretera
En junio cumplirán dos años viviendo en su furgoneta. «Teníamos una empresa de eventos y no era factible con el coronavirus. La pandemia nos hizo ver que o te mueves, o mueres. Le dimos una vuelta a la cabeza, a todas nuestras ideas y le dije un día a Raquel: ‘Qué, ¿miramos una furgo para irnos por ahí a vivir? Y así nos lanzamos. La cogimos, emprendimos otro tipo de negocio, hacia lo online, y la verdad es que muy bien», explica Álex. Desarrollaron su perfil en redes sociales y una página web, https://hokeoinlove.com, que aúna sus dos mundos: la cocina de Álex y el diseño gráfico de Raquel.
Solo tienen dos requisitos para su casa rodante: conexión a Internet y una buena cocina. «Llevamos un rúter en la furgo, y ya está. Buscamos la opción de hacer un duplicado de la propia tarjeta del móvil, que ya tiene gigas ilimitados. Tienes internet todo el día y pagas lo mismo que con el teléfono móvil», explica.
Esta aventura les obligó a cambiar su estilo de vida radicalmente, algo por lo que se encuentran muy agradecidos. «Cambiamos de estilo de vida totalmente y para nosotros fue increíble . Estamos a pie de playa, si saliendo de la furgo nos caemos, nos caemos en el agua casi. Y esto es muy difícil de encontrar», destacan.
La pandemia les impone restricciones que tratan de sobrellevar. «Para nosotros, Galicia ha sido la mejor comunidad autónoma que hemos encontrado. Llegar aquí fue como un respiro. Todo el norte, Cantabria, Vizcaya y Guipúzcoa, con muchas restricciones. Nosotros somos de Cataluña y allí hay muchas más restricciones para aparcar porque en muchos sitios ponen límite de altura».