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El carballo del Banquete de Conxo, en Santiago, pugna por ser el Árbol Europeo del 2022

redacción SANTIAGO / LA VOZ

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Sandra Alonso

El histórico «avó» compite con otros quince ejemplares en votación popular durante este mes, en la que ya está en segundo lugar

15 feb 2022 . Actualizado a las 23:07 h.

Más de 250 años de vida, 30 metros de altura, 3,75 de perímetro de tronco y un profundo significado histórico. Es «o avó», el carballo del Banquete de Conxo, que compite con otros quince árboles del viejo continente por el título de Árbol Europeo 2022, tras imponerse en la fase española el pasado noviembre. La final continental arrancó este martes con el inicio de las votaciones. El quercus robur de Conxo empezó bien, liderando las preferencias del público, y en estrecha pugna con el candidato ruso. Pero este miércoles fue el polaco el que se aupó al número uno. Queda todo el mes de febrero para votar en el certamen promovido por la asociación Bosques sin Fronteras con la colaboración del Ministerio de Transición Ecológica.

El Concello de Santiago, impulsor de la candidatura, pidió la implicación de la ciudadanía gallega, española y europea para empujar hacia lo más alto del podio al árbol de Conxo. La votación estará abierta hasta el 28 de febrero a través de la página web Tree of the Year (https://www.treeoftheyear.org). Al mismo tiempo, el Concello organiza durante este mes diversas actividades, tras marcarse el objetivo de conseguir cien mil votos a favor de «o avó» y corresponder con la plantación de un árbol autóctono por cada uno de estos votos, de los que unos 19.000 se plantarían este mismo año y el resto hasta el 2030.

«Un voto, unha árbore», proclamó el alcalde, Xosé Sánchez Bugallo, en la apertura de la fase europea, acompañado por la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, quien en el acto de lanzamiento de la campaña, celebrado al pie del carballo de Conxo, invitó a iniciar los trámites para dar al histórico roble el reconocimiento de «árbore senlleira» de Galicia. Las plantaciones comenzaron ya, en la zona del mirador de Conxo, con la participación de alumnos de primaria y secundaria del colegio compostelano Santa Apolonia, que enmarcó esta acción dentro de su participación en Voz Natura, el programa medioambiental de La Voz de Galicia. 

Además, el Concello ha hecho bandera del valor de las zonas verdes de la ciudad, seis millones de metros cuadrados (sesenta por habitante), como atractivo turístico. Así lo ha promocionado Santiago en la última edición de la feria internacional de turismo, Fitur, con el objetivo de captar la atención de los visitantes más allá del casco monumental.

El Banquete de Conxo

«O avó», como ya se le conoce popularmente, es el ejemplar más significado y el más antiguo de la carballeira del Banquete de Conxo. Se ubica en el tramo final del Camino Portugués en el barrio de Conxo y a doscientos metros de la Fonte da Virxe (citada por Tirso de Molina en el siglo XVII) y a 300 del monasterio de la Merced Conxo y su claustro románico del siglo XII. Pero el mayor simbolismo enraizado en la carballeira y en el «avó» es que el 2 de marzo de 1856 fue testigo de la histórica comida en la que estudiantes universitarios de clase social alta sirvieron a obreros y artesanos un banquete como símbolo revolucionario de igualdad, libertad y fraternidad. Este evento, conocido como el Banquete de Conxo, tuvo un gran impacto en la sociedad de la época, caracterizada por las grandes desigualdades sociales, y quedó grabado en la historia de Galicia. Entre sus organizadores estaban Aurelio Aguirre, Eduardo Pondal y Luis Rodríguez Seoane, que hicieron el brindis en verso.

No está claro que en el banquete participase Rosalía de Castro, pero sí que la carballeira fascinó a la poeta compostelana, quien en su poema Los robles, del libro En las orillas del Sar, denunció las talas incontroladas, una de las primeras proclamas en España en defensa del medio natural. Además, su novela El primer loco está ambientada en este lugar.

La carballeira fue rehabilitada e incorporada al vasto mapa verde de Santiago para el disfrute del público en el 2018, tras más de un siglo abandonada. Una fiesta popular con trajes de época y recreación del histórico banquete fue el punto de arranque de la recuperación de un espectacular entorno natural al que se puede llegar caminando desde el centro de Santiago bordeando el río Sar, sin pisar asfalto y atravesando zonas verdes encadenadas en un paseo relajante y plagado de historia. El covid interrumpió las celebraciones festivas del Banquete, que tendrán continuidad, y en la segunda y última hasta la fecha, la del 2019, participaron unas cinco mil personas.

De esta forma, el carballo compostelano que compite por ser Árbol Europeo 2022 reúne en su espectacular porte las credenciales para ser uno de los más firmes candidatos a conquistar el título: su valor botánico por ser el más antiguo de los ejemplares de una monumental carballeira, una de las formaciones de árboles caducifolios más representativos de Galicia, y el simbolismo histórico del banquete celebrado a su sombra y a orillas del Sar, el río mágico. Historia, cultura y naturaleza se abrazan alrededor del imponente tronco de «o avó».

Los rivales del carballo de Conxo son árboles que, como el compostelano, suman a su valor como símbolos de biodiversidad características históricas que los convierten en referentes para la sociedad en la que se asientan. Son de Portugal, Federación Rusa, Polonia, Escocia, Eslovaquia, Italia, Letonia, Hungría, Francia, Países Bajos, Estonia, República Checa, Croacia, Bélgica y Bulgaria. El más viejo de todos ellos es el denominado Castaño de los cien caballos, de Sant Alfio (Sicilia), de unos 3.000 años. En la fase española, el candidato compostelano se impuso a otros once árboles, seguido por la sabina de Blancas (Teruel) y el drago de Icod de los Vinos (Tenerife).