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Portugal oficializa su Camino por la costa

Monica Torres
mónica torres VALENÇA / LA VOZ

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M.Moralejo

Lisboa reconoce «la importancia histórica y cultural» de la ruta de Oporto a Valença

04 feb 2022 . Actualizado a las 01:28 h.

El Camino Portugués por la Costa es oficial desde ayer en reconocimiento «a su importancia histórica y cultural». La secretaria de Estado para el Turismo, Rita Marques, firmó el documento que dota de un marco jurídico a esta ruta jacobea de 138 kilómetros. Se trata de la tercera ruta jacobea que el Gobierno luso reconoce desde marzo del año pasado, cuando comenzó a concretarse la puesta en valor de este patrimonio.

El Camino por la costa que Portugal certifica desde Oporto acaba en Valença para cruzar el Miño en Tui, no en Caminha. Este itinerario aviva el debate entre los que defienden que la ruta lusa de la costa siempre fue señalizada en Portugal hasta Valença, los que sostienen que cruza en Caminha y los que se mueven entre dos aguas, porque el Camino por la costa reconocido por la Xunta hace seis años entra en Galicia por A Guarda y transita por Oia hasta alcanzar la comarca de O Val Miñor.

En todo caso, Portugal convierte en oficial la ruta que, desde Oporto, pasa por Matosinhos, Maia, Vila do Conde, Póvoa de Varzim, Esposende, Viana do Castelo, Caminha, Vila Nova de Cerveira y Valença. La certificación se debe al «elevado valor patrimonial, a la autenticidad e integridad del itinerario, la densidad del patrimonio edificado y la belleza paisajística que lo envuelve». En octubre se certificó el Camino Interior, con 214 kilómetros desde Viseu a Chaves y, en mayo, el Camino Central?Alentejo e Ribatejo. Queda pendiente el central, que es que discurre por Barcelos y Ponte de Lima hasta Valença.

«Es el colofón a muchos años de trabajo. Esta certificación nos permite entrar en las rutas oficiales, llegar a todo el mundo y formar parte de la familia de los Caminos de Santiago», destaca el alcalde de Caminha, Miguel Alves.

Apunta que la oficialización de la ruta «también nos abre las perspectivas de financiación para proyectos de recuperación de los itinerarios y eso es algo fundamental para el atractivo de toda la región». «Caminha está feliz con la decisión que ha otorgado el sello oficial a un camino extraordinario, de una belleza singular, que privilegia el paisaje de mar sin perder la compañía del monte. Es una gran noticia tanto para Galicia como para Portugal», defiende el regidor socialista.

La tramitación de estos dos años involucra, en el caso de Portugal, a numerosas entidades incluyendo los propios ayuntamientos, que han de expresar específicamente su interés en el proyecto y poner a disponer de los servicios necesarios, además de representantes de la iglesia católica y de las asociaciones de peregrinos.

Exultante se muestra también el alcalde de Valença, José Manuel Carpinteira.

«Nuestra apuesta por el camino es clara, como lo demuestra la apertura del albergue o la mejora de los recorridos y la señalización», indica.

Considera que «al ser este un atractivo turístico que atrae a unos 100.000 peregrinos al año a Valença, es fundamental conseguir aumentar la duración de la estancia, con el objetivo de dinamizar la economía local y la proyección del municipio». 

 

«Lugares tan bellos te hacen olvidar las penas» 

Fue su primera vez, pero no la última. Tras hacer en solitario su camino desde Oporto, el barcelonés Esteban María López tiene claro que repetirá. «Tenía unos días libres y guardaba el recuerdo del colegio de haber hecho parte del Camino del norte hace años. Me decidí por el de Portugal porque hay vuelos directos y muy económicos desde Barcelona y lo podía hacer en diez etapas, que eran los días que tenía disponibles», explica este joven. El suyo fue un peregrinaje motivado por la fe y la búsqueda de Dios en la naturaleza. «Lo que más me gustó de Portugal, además del bacalao encebollado, fue llegar a Oporto de noche en avión. Fue un regalo de Dios disfrutar de la ciudad iluminada por Navidad», afirma sin desmerecer otros puntos de la geografía lusa, como Ponte da Lima. «Llegar a estos lugares tan bellos tras horas caminando te hace olvidar todas las penas y te anima a seguir adelante», sostiene. Considera que en Portugal «hay más tramos de naturaleza, solitarios como los que buscaba». Califica como «correctos» los albergues, tanto de Portugal como de Galicia. Reconoce que le tocó un momento difícil por el covid, pero en los privados, «aunque pagabas más, como te ofrecían desayuno y quizás un trato más caluroso, se agradecía especialmente al caminar solo».