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El Coto do Rei, frente al Atlántico

Ramón Loureiro Calvo
ramón loureiro FERROL / LA VOZ

VEN A GALICIA

ramón Loureiro

En lo más alto de los montes de Marraxón, en la parroquia fenesa de Sillobre, y coronado por una mámoa, se encuentra el Coto do Rei, que es una magnífica atalaya natural para admirar la grandeza del Océano

05 feb 2022 . Actualizado a las 13:05 h.

El Coto do Rei, una atalaya natural frente al Atlántico situada en el centro de los montes comunales de Marraxón, en Sillobre (Fene), tiene, al menos oficialmente, 354 metros de alto. Pero parecen muchos más. Porque contemplar el mundo desde allí, sobre todo cuando el día se acaba y el sol se sumerge en el Océano, es un espectáculo siempre nuevo. Y uno siente, entonces, que esa altitud -los metros antes mencionados- se multiplica. Como si quien asciende al Coto tuviese en realidad las nubes al alcance de la mano.

Llevaban razón los clásicos al adjudicarles a los dioses, por morada, no las más altas cumbres, sino las que merecerían serlo. Hay lugares en los que, más que el sistema métrico decimal, lo que debería reinar por derecho propio, es la poesía.

A los pies del Coto do Rei puede llegarse en coche, por el camino asfaltado que atraviesa los montes comunales de Marraxón. Pero lo recomendable es descubrirlo caminando. Por ejemplo, empezando a andar junto a la iglesia de Santa Mariña de Sillobre, de majestuoso campanario. Junto a la que está, por cierto, la legendaria Fonte de San Ramón, de aguas tan celebradas.

Fácil acceso

En contra de lo que pudiera parecer, y por mucho que el Coto do Rei tenga fama de paraíso secreto, llegar hasta allí, desde cualquier lugar de Galicia, es muy fácil. La iglesia parroquial de Sillobre -que, insistamos, es el mejor punto de referencia para iniciar una caminata de unos cinco kilómetros, lo que se diría una legua- se encuentra casi al lado de la carretera que, desde el centro de Fene, sube por Sillobre en dirección a Lavandeira, para continuar después hacia As Pontes.

Desde el alto del Coto do Rei, además de por supuesto el Océano, se ve muy bien todo lo que los romanos llamaron el Portus Magnus Artabrorum, el gran puerto de los ártabros: las rías de Ferrol, Ares y Betanzos y el litoral de A Coruña. Y, más allá de las fragas del Belelle y del Eume, los caminos que, ya puestos a viajar por la literatura, llevan, a través de la Terra Chá de los Poetas, al Mondoñedo de Cunqueiro y de Fray Antonio de Guevara. «Aquí temos os asentos máis duros do mundo», dice el presidente de los comuneros, Tomás Corral, mostrando los rústicos bancos de piedra colocados en el monte para contemplar el atardecer.

Suban al Coto do Rei, no lo duden ni un instante. Y esperen a que, a lo lejos, encienda su linterna la Torre de Hércules. Pura magia, se lo aseguro.