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De Lalín a China a lomos de un caballo

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

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miguel souto

Zhixian Xu inicia una aventura de más de 10.000 kilómetros hasta Heze siguiendo a la inversa, en el tramo europeo, los Caminos de Santiago

04 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Zhixian Xu llegó a Lalín el 23 de diciembre con una misión: comprar un caballo, aprender a montar y emprender una aventura dedicando más de un año de su vida a recorrer los más de diez mil kilómetros que le separan de su ciudad natal en China. Trazando una línea entre Lalín y Heze, su lugar de destino, Google establece la distancia en 9.628 kilómetros. Un recorrido que será muy superior por carretera.

Su objetivo radica, dice, «en reconectar con la naturaleza, con el mundo en general, hacer amigos y conocer otras culturas». Está convencido de que «una vez en la vida se puede hacer cualquier cosa». En Heze, una ciudad de más de ocho millones de habitantes, le esperan sus padres, su hermana y el resto de su familia.

Con 32 años, «casi 33», Zhixian Xu reside en la ciudad italiana de Génova desde el 2009. Ingeniero naval de formación, se gana la vida dando clases particulares a universitarios. Vive solo y en los últimos cuatro años, explica, «estoy siempre viajando». Cuenta que «me recorrí ya casi todas las ciudades de Europa, más de 30 en Italia, Grecia, Alemania, España y Portugal».

Precisamente en el país luso descubrió el anuncio del lalinense Javier Blanco que vendía un caballo. Contactó con él, concertó una cita y le pidió la dirección. Blanco confiesa que «non pensei que chegaría ninguén porque moitas veces chámante e o final non é nada». Pero a la hora fijada Zhixian Xu lo llamó diciéndole que estaba en su puerta. El lalinense cuenta riendo que «eu saín a mirar, contaba ver a un italiano e atopeime a un chino». Desde ese encuentro ambos se hicieron amigos. Los dos coinciden en que las barreras del idioma no son un problema si hay voluntad de comunicación y se entienden bien. Zhixian Xu, que reside en una pensión en Lalín, pasó las fiestas navideñas con la familia de Blanco como invitado y con él realizó ya varias rutas a caballo y descubrió las delicias gastronómicas de Galicia.

«Neste mes e medio aprendeu a falar bastante español e ata sabe xa algo de galego. Fala un montón de idiomas: inglés, italiano...», explica Javier Blanco. Para Zhixian Xu, Galicia «es como el paraíso, siempre verde, lleno de vida y la gente como Javier es muy sincera». Hablando de comida ambos bromean sobre el buen saque de Zhixian Xu a la mesa y este enumera platos como el cocido, la carne ao caldeiro y, por supuesto, el pulpo. Le sorprende que «en Italia siempre hay una pasta de primero, pero aquí ya se empieza con carne o pescado directamente. Blanco añade que «xa probou ata os chupitos de licor café».

Un pura raza árabe

Zhixian Xu se ganó un espacio en el corazón de la familia Blanco y viceversa. La primera intención de Zhixian Xu era comprar un caballo angloárabe por consejo de un amigo portugués, pero al no saber montar Blanco le recomendó un ejemplar de pura raza árabe y le vendió a Furión, un equino de siete años. «Merqueino de novo e crieino, con el participei xa en raids en Galicia», explica su ya ex dueño.

Cuenta que la cría de caballos para él es «unha afección». Le gustan desde siempre. Su hija de 16 años monta desde que tenía 6 y el pequeño Arón, que tiene ahora 6 años, «xa está pedindo subirse ao cabalo».

Además de español, en este mes y medio Zhixian Xu aprendió a montar con soltura y, lo que es más importante, a comunicarse con el caballo. Apunta que «es él el que me dice lo que quiere». Pese a su nombre, Furión es un animal tranquilo. Una belleza de color blanco y porte elegante. Zhixian Xu añade que «sus pasos son muy derechos, es como un coche».

En su periplo anterior por Europa, Zhixian Xu descubrió el mundo del arte y ahora también pinta, además de ser un apasionado de la fotografía. Eligió un caballo como medio de transporte en esta aventura «porque en el arte son muy importantes y en la antigüedad» y representa «nuestra conexión con el mundo de la naturaleza». Es, afirma, «un símbolo de libertad y de movimiento».

Aprovechar la infraestructura, las señales y los albergues

Estos días Zhixian Xu, con la ayuda de Blanco, ultima los preparativos de su viaje. Estos incluyeron ya la adquisición de una tienda y los enseres imprescindibles que ya a llevar en la ruta reduciendo al máximo la carga. Pasó también por el cuartel de la Guardia Civil para preguntar todo lo necesario en cuanto a permisos y normativa a la hora de viajar a caballo.

Por Europa hará el recorrido siguiendo las rutas del Camino de Santiago pero viajando en dirección contraria. Lo hace para aprovechar las infraestructuras que le brinda el Camino con la posibilidad de pernoctar en albergues, disponer de una señalización clara como guía y la posibilidad de transitar por caminos y pueblos pequeños donde le resulte más fácil encontrar alojamiento al caballo. El primer tramo del recorrido, con salida en Lalín, lo hará siguiendo el Camino de Invierno hasta Ponferrada. Como ventaja destaca que «es más llevadero en esta época de año y está poco transitado».

Después seguirá por el Camino Francés por León, Burgos y Pamplona hasta Francia. De allí continuará por Alemania, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Ucrania, Rusia y Kazajistán hasta China, cruzando después gran parte del país hasta llegar a Heze, que se encuentra cerca de la costa. «Es la ruta ideal», destaca. Aún no tiene marcado el recorrido exacto que realizará porque en algunos casos «dependerá de la decisión de las autoridades para cruzar la frontera a caballo».

Calcula que el recorrido le llevará «un año o más», pero no tiene prisa. Quiere hacer el viaje con calma en tramos de unos 30 kilómetros a caballo para dar tiempo a Furión de descansar y a él para procurar la comida y el bienestar del equino.

Cuando llegó a casa de Blanco y este le preguntó si había montado alguna vez a caballo, Zhixian Xu le respondió que «una vez a caballo y una en un camello». La idea era que aprendiera acudiendo a clases al club hípico de Mouriscade en Lalín, pero con las vacaciones navideñas y las restricciones de la pandemia fue empezando el aprendizaje con Blanco. En este tiempo ya montó tres caballos diferentes y realizó algunas rutas por la comarca. Con su ya amigo visitó también Santiago y Ourense.

A Zhixian Xu no le da miedo el largo recorrido que le espera y está abierto a compartir el viaje, o parte de él, con compañeros o amantes de los caballos que deseen sumarse durante este ambicioso periplo. Su objetivo es viajar como antaño «preguntando y hablando con la gente», algo clave, dice, para hacer amigos.