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La cadena de Oca Hotels compra el pazo de Rilo, en Mugardos, cerrado desde hace una década

A. F. C. / C. E. MUGARDOS / LA VOZ

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En el edificio han empezado a ejecutarse trabajos de mantenimiento para evitar que siga deteriorándose el interior
En el edificio han empezado a ejecutarse trabajos de mantenimiento para evitar que siga deteriorándose el interior JOSE PARDO

La empresa Inversiones Hoteleras de Galicia S. L. ha iniciado algunos trabajos para frenar el deterioro del inmueble y prepara un proyecto para un futuro uso turístico

04 abr 2023 . Actualizado a las 13:53 h.

El pazo de Rilo cerró hace una década y aún no hay fecha para su reapertura, pero al menos ha encontrado propietario. La empresa Inversiones Hosteleras de Galicia S. L., gestora de la marca comercial Oca Hotels, ha adquirido el complejo mugardés. «En estos momentos se están haciendo los estudios pertinentes para ver la mejor opción de recuperarlo», indican fuentes de la compañía, que confirman que el objetivo es darle un uso turístico. Mientras se perfila el proyecto definitivo, la firma ha empezado a ejecutar algunas obras, «con el fin de salvaguardar los edificios». Los trabajos se centran en la cubierta, para evitar que entre agua y siga deteriorándose la instalación.

En 2005 se presentó un proyecto de mejora del pazo de Rilo, que perteneció a una de las familias gallegas de mayor abolengo, como reflejan sus escudos de armas, las obras de arte y los muebles del siglo XIX. El edificio central, el pazo, que cuenta con seis suites principales, se restauró en 2006. En total hay seis edificaciones y 27 habitaciones. La intervención impulsada en 2005 incluía la rehabilitación del salón Testal, para celebrar banquetes, instalar un sistema telemático y acondicionar el entorno. Contaba con una subvención de 107.783 euros de fondos europeos.

Una revisión de Patrimonio, derivada de una denuncia del PSOE, que advertía de que las obras no se ajustaban a lo previsto, demoró la concesión de la licencia de actividad por parte del Concello de Mugardos, y llegó a poner en riesgo la concesión de la ayuda. Funcionó pocos años y la historia del pazo de Rilo se torció, derivó en una huelga de hambre por parte de los trabajadores y el cierre, y acabó con el embargo de la propiedad. Aliseda, la inmobiliaria del grupo inversor Blackstone vinculada al Banco Santander, puso a la venta esta construcción por 525.000 euros, precio que rebajó hasta los 487.600 hace poco más de un año, ante la falta de compradores.

El abandono fue devorando aquel hotel de lujo con spa, que surgió como uno de los establecimientos turísticos de la comarca con más historia y encanto. Durante años se sucedieron los robos, las estancias fueron desvalijadas, se registraron varios conatos de incendio y a principios de noviembre de 2017, el fuego afectó a los pocos enseres que quedaban en el inmueble, como sofás viejos, cortinas o documentos, almacenados en una especie de bodega. Así, hasta ahora. Antes se había registrado un incendio en la sala de calderas y el humo acabó extendiéndose por todo el inmueble. En algunos períodos contó con vigilancia privada para evitar el vandalismo.

El nuevo propietario ha reforzado la seguridad del pazo, con la instalación de un sistema de alarmas y un control riguroso del edificio. Hace un año se habló de la existencia de dos potenciales compradores, con dos propósitos muy distintos. En un caso, para la creación de una residencia de mayores, y en el otro, para recuperar el alojamiento. Recuperar el uso turístico requerirá una elevada inversión, dado el estado en que se encuentran las dependencias.

«Si queremos un turismo de calidad, tenemos que ofrecer alojamientos», defiende el alcalde

Mugardos carece de oferta hotelera. «Solo tenemos tres apartamentos turísticos. Hubo algún hostal o pensión, pero cerraron. Estamos trabajando para que abran más alojamientos», señala el alcalde, el popular Juan Domingo de Deus. Avanza, sin dar detalles, que existe una iniciativa privada (a mayores de la del pazo de Rilo) para poner en marcha algún tipo de hospedaje en esta localidad. «Intentaremos que fructifique el proyecto», dice.

«En su momento no se fomentó que hubiera este tipo de negocios. Si queremos un turismo de calidad tenemos que ofrecer todos los servicios, y el alojamiento es muy importante. No podemos pretender que la gente venga aquí y disfrute si no puede quedarse. [Los hospedajes] tiran de la hostelería y de otras cuestiones, como diversos actos que podrías organizar», abunda.