Patrocinado por

El carbono 14 confirma el origen prerromano del castro de Cereixa

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

VEN A GALICIA

Una fotogrametría digital de la parte del castro de San Lourenzo de Cereixa donde se extrajeron las muestras de madera carbonizada que se utilizaron para realizar una datación por carbono 14
Una fotogrametría digital de la parte del castro de San Lourenzo de Cereixa donde se extrajeron las muestras de madera carbonizada que se utilizaron para realizar una datación por carbono 14 CARLOS OTERO

Los análisis revelan que el antiguo asentamiento de A Pobra do Brollón estaba habitado en el siglo II antes de Cristo, época en la que conoció una intensa actividad metalúrgica

05 feb 2022 . Actualizado a las 19:32 h.

Una datación realizada con el método del carbono 14 acaba de probar que el castro de San Lourenzo de Cereixa —en el municipio de A Pobra do Brollón— estaba habitado en la primera mitad del siglo II antes de Cristo. El análisis confirma las suposiciones de los investigadores que han estudiado en los últimos años este yacimiento, donde no consiguieron hallar ningún indicio material de ocupación en la época romana.

En las excavaciones realizadas hasta ahora en el castro, según explica el arqueólogo Xurxo Ayán, director técnico del proyecto, «non apareceu ningún elemento de orixe romana, como poderían ser anacos de cerámica, moedas, tellas ou outros elementos característicos dese período, e en cambio si apareceron evidencias dunha ocupación máis antiga, como un par de fíbulas [prendedores de ropa] claramente prerromanas».

Abandono temprano

Las dataciones por carbono 14 —añaden— muestran que el asentamiento estuvo habitado en un período comprendido aproximadamente entre los años 209 y 42 antes de la era actual. «O que pensamos agora é que o castro foi abandonado antes da ocupación romana do territorio, non sabemos se a causa da conquista ou por outro motivo», dice el arqueólogo. Antes de eso sucediese —añade—, el asentamiento fue un importante centro metalúrgico, como lo prueba la presencia de numerosas escorias de hierro en todo el recinto. «Nos castros máis pequenos ás veces aparecen os rastros da actividade dun ferreiro ou de dous, pero a presenza masiva de escouras que hai neste xacemento mostran que aquí a metalurxia tivo unhas dimensións moito maiores», apunta Ayán.

Por otro lado, en el entorno del castro o y en el resto del territorio de la parroquia de Cereixa no hay ningún afloramiento natural de hierro. Por ello, los investigadores creen que el mineral tuvo que ser transportado forzosamente desde una distancia considerable, tal vez desde los filones que se encuentran en la aldea de A Veneira de Roques, en la parroquia de Ferreiros.

El hallazgo, según Ayán, sugiere que el castro de Cereixa albergó «unha sociedade máis complexa do que se supuña habitualmente que podía haber antes da chegada dos romanos a este territorio, porque esta actividade metalúrxica implica unha organización social e un sistema de transporte ben desenvolvidos».

Un importante desarrollo tecnológico y social anterior a la romanización

La hipótesis de que en el castro de Cereixa se desarrolló un importante centro de producción metalúrgica antes de la romanización, en opinión de los investigadores, concuerda con la nueva visión que se ha ido formando en los últimos años acerca de las sociedades castreñas de esa época. Según apunta Ayán, las excavaciones arqueológicas que se realizaron durante la última década en diversos lugares de Galicia, de Asturias o de la sierra de Cabrera —entre León y Zamora— «mostran que no noroeste ibérico xa se desenvolvera unha tecnoloxía potente de minería e metalurxia antes de que chegasen os romanos».

De acuerdo con estos hallazgos, dice asimismo Ayán, el castro de Cereixa puede constituir una nueva prueba del importante desarrollo social y tecnológico que —según se ha ido comprobando en los últimos tiempos— conocieron las sociedades del noroeste de la Península durante la segunda Edad del Hierro, antes de la incorporación de estos territorios al Imperio romano. «Cada vez se está vendo con máis claridade que estas comunidades tiñan un sistema complexo de xefatura e de xerarquía social e que houbo asentamentos que se especializaron en actividades como a artesanía e a metalurxia, e iso é precisamente o que parece que sucedeu no castro de Cereixa», concluye.