La vida en O Viso Ecovillage, la primera aldea vegana de turismo rural en Galicia
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Una emprendedora francesa hace resurgir un pueblo de Ourol que estuvo 30 años abandonado tras restaurarlo íntegramente
11 feb 2022 . Actualizado a las 20:58 h.En julio del año pasado abría sus puertas O Viso Ecovillage, el proyecto vital de una investigadora universitaria francesa, Pascale Claude Monique Huguette, que adquirió y rehabilitó una aldea abandonada en Ourol creando el primer complejo de turismo rural vegano de Galicia y probablemente de España. O Viso llevaba 30 años desierto, sometido por la maleza, cuando Pascale dio con el, en agosto del 2017. Hoy, sus siete edificaciones, acondicionadas como su casa particular, once apartamentos, cinco habitaciones y áreas comunes como los salones sociales, son un exquisito ejemplo de arquitectura tradicional gallega. En O Viso, donde no falta una piscina y un restaurante vegano, especializado en comida 100 % vegetal, Pascale ha encontrado su lugar. Ella y los 13 galgos que la acompañan. Viven felices en una propiedad de 12 hectáreas: «Fue un amor a primera vista. Soñaba con vivir en un espacio dentro de un entorno natural junto con todos mis galgos rescatados y este era sin duda el lugar perfecto».
«He viajado mucho y conocía Galicia de una visita a Santiago. Entonces me encantó el paisaje gallego. Rehabilitar una aldea era un sueño que tenía desde siempre, así que, estando en Suiza, me puse a buscarla y di con O Viso. Cuando llegué no se podía ni andar, pero era lo que estaba buscando. Me mudé a la primera casa en marzo del 2018. El agua que teníamos era de un pozo. Cambiar la vida que llevaba en Suiza por esta fue radical, el confort de un apartamento por una casa abandonada. En algún momento me pregunté: ¿qué he hecho? Pero he salido adelante, aprendiendo cosas, hasta a conducir un tractor. Si uno vive aquí tiene que adaptarse», explica.
El complejo se puso en marcha y poco a poco comenzaron a llegar los primeros visitantes: «Las opiniones son excelentes y estamos creciendo. A los huéspedes les encanta, muchos dicen que no quieren irse y hay quien ha repetido ya hasta cuatro veces. Soy muy feliz. Y eso que el covid nos ha limitado mucho, porque falta el turismo extranjero».
Pascale ha hecho revivir O Viso y sus antiguos habitantes lo agradecen. De cuando en vez se encuentra con alguno: «He conocido a varias familias que vivían aquí. Están muy felices con lo que he hecho, porque les daba mucha pena verlo abandonado».
La inversión ha sido cuantiosa, para lo que contó con una ayuda de 200.000 euros de Agader. El complejo ya está en marcha. O Viso, como dice en su web, es «un lugar para perderse y para encontrarse al mismo tiempo».
O Viso Ecovillage es un lugar especial para, con un elevado estándar de confort, disfrutar y reconciliarse con la naturaleza. También es un espacio vegano «porque amamos a los animales», pet friendly, sostenible, mágico y rural, de relax y disfrute, para comer sano y desconectar del ruido de la ciudad. No es casual, por ejemplo, que ni en sus habitaciones ni en los espacios comunes haya televisión. En O Viso, en la que era una aldea abandonada, vive Pascale. «¿Si a veces me siento sola? Nunca. Con 13 perros nunca te sientes sola», sentencia con una sonrisa.