Suseia, hecha en Vilanova de Arousa, acompaña a cinco mujeres colombianas
11 feb 2022 . Actualizado a las 00:27 h.Las protagonistas del primer camino solidario del año que sale de Tui son Carmenza Laserna y a Suseia. La primera es una mujer colombiana de 82 años que se aventura en su primera ruta jacobea, acompañada por sus dos hijas y otras tres amigas y Suseia, una de las muñecas del proyecto que promueve la recaudación de fondos para la federación española de padres de niños con cáncer. «Hemos hecho 7.000 kilómetros para poder vivir esta experiencia. Hay que tener fe en Dios», defiende esta mujer que hace tres años superó un cáncer de bazo y ahora camina con Suseia para solidarizarse «con una causa que no entiende de fronteras ni ideologías, al igual que el Camino de Santiago».
Suseia viaja en su mochila, al lado de uno de los cientos de pequeños peregrinos de lana que este equipo de mujeres colombianas confeccionó en los últimos meses para regalar a quienes se encuentren en su camino en señal de hermandad. El de ellas puede seguirse a diario en el Facebook Caminando con Ultreia y Suseia contra el cáncer infantil, porque su principal aportación consiste en publicar, a modo de diario, el resumen de cada una de las once etapas que compartirán hasta alcanzar la capital gallega el 21 de febrero. «Suseia es la única nieta que voy a tener así que vamos a disfrutar del camino», bromea Carmenza.
La muñeca se bautizó realmente en Vilanova de Arousa, municipio en el que Pancho de la Barrera puso en marcha su proyecto para recaudar fondos. No puede ni calcular los kilómetros que Suseia ha podido hacer con sus otros seis hermanos desde que comenzaron a viajar por el mundo hace casi tres años, pero, entre todos y, pese a que la pandemia también les obligó a confinarse, ya han reunido más de 12.000 euros para la federación. Este bombero vilagarciano, con varios caminos solidarios para otras causas en su haber, aceptó en el 2018 una propuesta de la tutora de su hijo Emilio. «Me animó a hacer un reto por el cáncer infantil y, hablándolo con mi hijo, decidimos comprar el primer baby pelón porque simboliza a los niños que ayudamos», recuerda. El primero fue Lucas y la familia no ha parado de crecer desde entonces. Cada uno tiene su propio Facebook y cada familia que los acoge en cualquier parte del mundo, aunque la crisis, los mantiene en Europa, hace una aportación mínima a la causa de 5 euros. Las colaboraciones se hacen directamente a través de la plataforma de micromecenazgo migranodearena.org. Las donaciones para Roque, Sandra y Marta se destinan a la unidad CRIS de investigación y terapias.