El cura que defendió a los vecinos es recordado en un paraje en el que se juntan su busto, una iglesia, un centro social y una zona de ocio
12 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Bien desde Carral o bien desde Cerceda, el acceso a Meirama es fácil, lejanos aquellos tiempos en los que aventurarse hasta allí era una osadía excepto que se fuera en tren. Desde A Coruña resulta preferible ir por Cerceda, ya que hay menos curvas y menos tráfico, y la carretera resulta más cómoda.
Así que en la rotonda que da acceso a esta localidad se toma en dirección contraria, por la AC-400 señalizada «Meirama 2». Asfalto ancho y ni una sola recta en esos dos millares de metros que cruzan el Foxo do Gato (curioso nombre, porque Foxo do Lobo hay unos cuantos, pero de gato, no) y justo al pasar el túnel, a la derecha, a Picardel por la DP-2104.
El paisaje está dominado por los montes Xalo, cuyas laderas parecen empeñadas en tragar algunas casas, algo que no pueden ni podrán. En todas partes, viviendas aisladas aquí y allá, casi sin formar núcleo. Entre ellas, la estación de Meirama, hoy museo (hay que concertar cita. 682 348 556).
Así aparece el desvío a la diestra a la iglesia de Santo André, la cual dista algo menos de un kilómetro desde el túnel. Se trata de un edificio del siglo XVIII, de una sola nave y con cubierta a dos aguas.
En ese enjambre de pistas hay que seguir hacia abajo y luego a la izquierda. La carretera va subir, y mucho, entre eucaliptos y carballos, con una naturaleza brava, sin cuidar, bella. Abajo, a la diestra, va a verse el lago artificial que ocupa lo que fue la famosa mina de Meirama.
Desvío a la izquierda señalizado Gustovedro, y a la misma mano a O Loureiro. Detrás de las viviendas que se alzan donde acaba la pista se extiende un castro, conocido como de Coto de Guichar, si bien el acceso a él resulta algo difícil ya que se trata de terrenos privados.
De vuelta adonde se había tomado el desvío, la carretera continúa de nuevo en ascenso, cruzando un precioso y emboscado Rego da Porta Antiga (curioso: nace, aunque con otro nombre, en una laguna del monte Xalo). Y llega a una humilde pero clarificadora rotonda.
De frente se gana un enclave con mucha historia. No por el impecable centro social, ni por el parque infantil, ni por los bancos y las mesas, ni siquiera por la iglesia o por el cruceiro con pousadoiro, sino porque todo él es un homenaje al hombre que defendió a los vecinos de As Encrobas cuando Lignitos de Meirama, allá por 1977, intentó quedarse con sus tierras a un precio que era en realidad una limosna: el sacerdote Moncho Valcarce. Un busto lo recuerda. El templo, por cierto, fue puesto bajo la advocación de San Román, fue levantado en el siglo XII y profundamente reformado en el año 1720.
SANTO ANDRÉ
43º12'32''N 8º26'14''W.
IGLESIA DE AS ENCROBAS
43º11'36''N 8º24'15''W.
LA MEJOR FOTO
Ante el busto de Moncho Valcarce.
EN BICICLETA
Solo para adultos.