El turismo europeo se interesa ya por los cámpings de la zona de Ferrol para este verano
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Alemanes, suizos y holandeses comienzan a reservar
14 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Si el verano del 2021 fue una buena campaña para los cámpings de la comarca, el del 2022 promete y se prepara con buen pie. «Desde la semana pasada comenzamos a tener ya reservas», explica Javier Fidalgo, del Cámping Valdoviño. Los más organizados que piensan ya en sus vacaciones son, en buena medida, los turistas europeos. «Tenemos ya algunas peticiones de gente local, algún cliente de Asturias y Sevilla, y nuestro público mayoritario, el europeo», indica Benito Castro, responsable del Cámping A Lagoa.
¿De dónde proceden? Los establecimientos coinciden en señalar a alemanes, suizos y holandeses como los más asiduos. «Son clientes que reservan con mucha antelación, el primer año de la pandemia no vinieron clientes internacionales, el año pasado ya hubo algo, pero con tantas restricciones vinieron en momentos muy puntuales», comenta Fidalgo.
Uno de los cámpings más grandes de la zona es el de As Cabazas, ubicado en Covas. Señalan que han tenido las primeras reservas, aunque aún es pronto. «Alguna gente de Europa comenzó a llamar», indica su responsable, Mari Carmen Novo. En su establecimiento señalan que el coronavirus no frenó el pasado verano la llegada del turismo internacional. Otro espacio que también cuenta con clientes para este verano es el cámping aresano de O Raso. En este caso se trata de un establecimiento con usuarios muy familiares, muchos de la cuales dejan ya su reserva lista de un año para otro, explica Jessica Arribe.
Desestacionalizar el sector
Aunque las previsiones para el verano son buenas, y la campaña suele comenzar en Semana Santa, el gran objetivo de los alojamientos es conseguir que se desestacionalice el sector. En el Cámping Valdoviño señalan que, aunque se trabajó mucho en julio y en agosto, «fue con la vorágine de cancelaciones en el último minuto», y, de momento, permanecen cerrados.
En A Lagoa optaron por seguir abiertos desde la pasada Semana Santa. «Nosotros optamos por no cerrar y desde entonces solo tuvimos unos diez días sin gente. Ahora mismo tenemos a dos alemanes y cuatro holandeses», indica Benito. Aprecian dos tipos de turistas fuera de la temporada alta. «Después del verano tuvimos a muchas familias con niños pequeños. En Europa a los padres se les da un año de baja y muchos optan por viajar a zonas tranquilas. Ahora el cliente es sénior, que se mueve en buenas caravanas, atraído por el sol de Galicia en el mes de enero. «Hubo gente que venía para unos días y se quedó una semana», recuerda.