El jardín de As Arangas, 2.300 árboles de dos mil variedades de todo el mundo en una finca de Fene
VEN A GALICIA
El exalcalde Xosé María Rivera Arnoso es el propietario de la considerada como la colección privada más importante de Galicia
19 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Un grupo de expertos del Jardín Botánico de Barcelona recalará el martes en el jardín de As Arangas, en Maniños (Fene). Es el parque creado por el exalcalde Xosé María Rivera Arnoso, casi tres hectáreas y media de terreno donde crecen unos 2.300 árboles y arbustos de unas dos mil variedades diferentes, originarias de todo el mundo. «Vén xente de moitos sitios, de Galicia e de fóra, de onde menos de Fene e dos municipios de cerca. Os do Botánico de Barcelona veñen por unha xestión dun biólogo do Instituto Oceanográfico da Coruña que xa estivo varias veces, é profesor no Centro de Formación e Experimentación Agroforestal de Guísamo. Tamén teñen vido alumnos desta escola», explica.
Este espacio está considerado como la colección privada más importante de Galicia, no tanto por el número como por la diversidad de especies plantadas. Su propietario cuenta que una fotógrafa toledana especializada en naturaleza acude varias veces al año, desde hace tres o cuatro, para documentar este bosque y su transformación según las estaciones. Pronto regresará para centrarse en las camelias. «Están en flor, como as magnolias, son espectaculares, porque se adiantou bastante a primavera», señala. La poda, de la que se encargan una o dos personas, comenzó hace tres semanas. Rivera Arnoso, con problemas de visión, cuida cada día de este entorno y ejerce de guía para los visitantes.
El colorido del arce japonés
«Aos afeccionados, o que máis lles chama a atención son as flores, as camelias, os rododendros e as azaleas na primavera, e as hortensias no verán», comenta. Los arces japoneses, con más de 80 variedades, sorprenden a quien se acerca al jardín de As Arangas: «Hainos de follas roxas, verdes, amarelas, de dúas cores, choróns, pendulares... é un mundo e gusta moito». La colección de más de 60 variedades de acebos —de Galicia, del Himalaya, China, Holanda o Estados Unidos— es otra de las perlas.
A este apasionado de la naturaleza le pierden «as árbores raras», como el Sfeanophytis verticillata, «que era sagrado para os samurais»; o la colección de helechos de más de veinte variedades, procedentes de Australia, Nueva Zelanda, Costa Rica, las islas Fiyi, Borneo o Sumatra (Indonesia). En 2020 recibió un ejemplar de Dicksonia antarctica de unos 300 años y más de 4,5 metros de altura. Llegó de Tasmania, al sur de Australia, que solo autoriza la salida de tres helechos de esta variedad cada año.
En este rincón de Maniños «danse ben practicamente todas as árbores, menos as de zonas moi tropicais». El flamboyán cubano no se adapta bien, a diferencia del Hedychium coronarium koenig, o mariposa, el árbol nacional de la isla caribeña, o la Colocasia esculenta, o malanga (con un tubérculo comestible), que sí se acostumbran a este entorno. Rivera Arnoso ha ido ampliando la plantación en esta parcela familiar, con ayuda de «xente profesional do sector, enxeñeiros agrónomos, biólogos, viveiristas que compran no estranxeiro...». Él les encarga ejemplares que se venden en Holanda, Italia o Francia (donde cuentan con un vivero de cítricos de todo el mundo). Acaba de pedir un Sophora japonica: «É pendular, espectacular, vanmo traer de Italia». Hace poco plantó un Cotoneaster salicifolius, un arbusto «pendular que bota bolas roxas en ramilletes, moi chamativo».
Caviar cítrico y limón de dedos
En el jardín de As Arangas abundan los cítricos, con más de 30 variedades de limoneros, naranjos, mandarinos y hasta una Mano de Buda, de La India, un tipo de limón con forma de dedos —«úsase sobre todo en repostería e para aromatizar as xenebras»—, o un Citrus australasica, o caviar cítrico —«véndese a 250 euros o quilo»—. En este variado y rico catálogo destacan los ejemplares de Oxydendrum arboreum —«unha árbore ideal para os apicultores, un só dá ata 40 quilos de mel, polo tipo de floración»—, Hovenia dulcis —«unha froiteira do Himalaya coñecida como árbore das pasas»— o Asimina triloba, el chirimoyo de la Florida (Estados Unidos). Entre las rarezas de este parque fenés se encuentra un Crataegus laevigata Paul’s Scarlet, «un espiño ornamental espectacular, orixinario dun xardín inglés, froito dunha hibridación de dúas árbores da mesma especie, moi bonito», indica el dueño de la finca. Aquí también crecen muchos Prunus, entre ellos el serrulata, el cerezo del que brota la flor de Sakura, símbolo nacional de Japón.
«Os máis antigos que teño son froiteiras autóctonas, de todo tipo», apunta. Subraya que toda la fruta «é ecolóxica, sen fertilizantes nin abonos, e sempre está moi sa, porque hai control biolóxico, con distintas especies de insectos; a velutina foi un problema, estes anos non, hainas pero sen niños, voan e non che fan mal». Comparte la fruta con otros visitantes asiduos del jardín: corzos, jabalíes, tejones, erizos, ardillas (una ha construido su madriguera al pie de un nogal) y centenares de pájaros.