Los siete siglos de enigmas tras la Virxe do Sar rescatada por un pescador en Conxo
VEN A GALICIA
La restauración y estudios sobre la pieza gótica despejan algunas de las incógnitas
20 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Su origen data de principios del siglo XIV, pero su biografía comenzó a escribirse siete siglos después, concretamente, el viernes 5 de junio del 2020. Ese fue el día que dejó de camuflarse como una piedra más llena de verdín en el río Sar a su paso por Conxo (Santiago) para convertirse en la Virxe do Sar de la mano del pescador estradense Fernando Brey. Tropezó con ella y le llamó la atención que hubiese una piedra cuadrada en el río, apreciando después que estaba tallada. Así que dio aviso a su amiga Ana Paula Castro, experta en patrimonio cultural y socia de la Asociación para a Defensa do Patrimonio Cultural Galego (Apatrigal). A partir de ahí, alertaron del hallazgo a la Xunta y se abrió un proceso para la recuperación y estudio de la pieza que acaba de culminar con su exhibición en el Museo das Peregrinacións.
La Virxe do Sar pasa a ser la Virxe do Leite de Santa María de Conxo, denominación oficial de esta obra tallada en cuatro de sus cinco caras que representa a la virgen entronizada y amamantando a Jesús. Sobre sus hombros están dos ángeles con incensarios.
Estos veinte meses han servido, además de para la restauración de la escultura gótica, para ir despejando algunos de los enigmas de su vida anterior. Los catedráticos de arte Ramón Yzquierdo Perrín y Juan Monterroso, así como Carmen Manso, bibliotecaria de la Real Academia de Historia, emitieron su informe sobre la pieza. Atribuyen su autoría a un taller ourensano, de origen burgalés, que trabajó en Santiago durante el primer tercio del siglo XIV. Se trata de uno de los primeros modelos gallegos de Virxe do Leite sedente junto con los de Santa María de Salomé, también en la capital gallega. Pero, ¿dónde estaba esta pieza de casi un metro de alto y 300 kilos? En el monasterio de Santa María de Conxo. «Estaría en el claustro. Por su configuración tendría que estar situada en una parte elevada y sería una imagen devocional», explica Juan Monterroso, que tasó la obra entre los 80.000 y los 85.000 euros.
Y, ¿cuándo pasó de ser una imagen devocional a una piedra más en el río? «Sería en el momento en el que el claustro del monasterio de Conxo fue reconstruido. Su reforma gira en torno a finales del siglo XVIII, había un claustro medieval y se empieza la obra barroca», responde. Ahí se situaría el momento de la desacralización de la pieza, mutilando el rostro de la virgen y la cabeza del niño, pasando a tener un uso profano. Después, su destino apunta a que fue material de una pequeña presa. «No podemos afirmarlo con rotundidad, pero lo más probable es que el proceso constructivo de ese salto coincida en el mismo período», detalla Monterroso. Ahí estaría hasta que hace unos 35 años la presa colapsó y la escultura llegó a la zona del río Sar donde fue hallada. «Ata que se derrubou a presa, debía estar coa cara para a parte da auga», explica la directora del Museo das Peregrinacións, Esperanza Gigirey.
¿Se podrá saber más certezas sobre esta pieza? «No hay testimonios documentales», responde Monterroso, pero indica que la gran valía de este hallazgo es que su recuperación sirve para que nuevas investigaciones pueden arrojar más luz. También confía en ello Ana Paula Castro, que elaboró la ficha técnica inicial. «A lo mejor dentro de veinte años hay una investigación sobre vírgenes medievales, se consulta un texto y aparece esta», apunta la experta, que cuando Fernando Brey le mostró las primeras imágenes de la talla no podía creérselo.
Más de un año de trabajos
Los que visiten la virgen gótica en el Museo das Peregrinaciones no la verán expuesta como fue concebida, es decir, incrustada en un muro. La directora explica que por sus más de 300 kilos de peso y por cuestiones de conservación, no era posible, pero sí se buscó una opción para poder apreciar todos sus detalles del inferior. Fue más de un año de trabajo desde que el 15 de junio del 2020 la talla llegó para su restauración. Fue una labor minuciosa. La pieza estuvo sumergida durante meses para evitar daños. Se retiraba una o dos horas para su restauración y, después, regresaba al agua. En la última fase, se realizó un secado controlado. ¿Se acerca a la imagen original? De las policromías no se halló ni rastro.
El presidente de Apatrigal, Carlos Fernández Coto, solicitó al conselleiro de Cultura que también se explique el proceso de los hallazgos para que el patrimonio cultural quede en manos públicas. Precisamente, Monterroso destaca el mérito del colectivo y la responsabilidad al alertar del descubrimiento de esta escultura gótica ya que se trata de una pieza de «indiscutible valor».
La escultura gótica puede visitarse en la segunda planta del Museo das Peregrinacións en un espacio situado entre la sala dedicada a la Catedral y otra a Santiago. Se colocaron junto a ella unos paneles explicativos tanto del propio hallazgo, como del proceso de restauración, además de los datos históricos que se conocen sobre ella. J unto a ella se incorporó una talla de madera policromada de una virgen con un niño que formaba parte de los fondos del museo.