Casiano y O Trangallán llevan más de cincuenta años convirtiendo en fiesta y alegría cada una de las noches del entroido de la ciudad
25 feb 2022 . Actualizado a las 09:32 h.Las noches de carnaval en la ciudad tienen dos reyes eméritos: Manuel Losada, O Trangallán, y José Manuel Vázquez, Casiano. Planean su vuelta al ruedo con muchas ganas y, sobre todo, con actitud. «Creo que eso lo es todo, no solo para celebrar estas fiestas, si no para la vida en general», dice Casiano, que alcanzó el título de Rey de Carnaval de Ourense en 1990. Un año antes lo había conseguido O Trangallán. A los dos les viene de familia el amor por esta fiesta. «O meu comezou de neno. Mudámonos á Lonia e alí o que máis se celebraba era o enterro da sardiña. Non había onde comprar nada, entón amañábamos co que atopabamos. Eu cheguei a levar unha perruca feita con corda de pita tinguida de negro coa tinta que se usaba para os zapatos», dice Trangallán. «Levo 64 años, os que teño, vivindo o carnaval no meu pobo, en Muíños, grazas ao meu avó que era un cachondo mental. Aproveitabamos calquera trapo, íamos ao tendal e collíamos unha saia ou o que había», admite Casiano.
O Trangallán recuerda cuando el único lugar para comprar algo con lo que disfrazarse era la camisería Aser. También las noches en la sala de fiestas Auria. «Alí coñecín a Rocío Jurado. Entrei subido a uns zocos e cunha cesta chea de chourizos e a xente quedou impactada, non deixaban de mirar e entón Rocío faloume», rememora. Habla de los años setenta y ochenta. Su día sagrado es el martes. «Ao principio o día de saír era o domingo, despois da misa. E tamén o martes. Pero a xente empezou a trasnoitar e o festivo converteuse no día de durmir», admite. Con el paso del tiempo cada vez más ourensanos empezaron a salir por la noche disfrazados, reuniéndose antes para cenar. Así se juntaron Casiano y O Trangallán: en los noventa y en el Sanmiguel.
Sus disfraces triunfan cada año. Casiano se ha metido en la piel de Madonna, de Marilyn Monroe y ha llegado a conquistar a la propia Cristina Pedroche cuando emuló uno de sus looks de las campanadas. Siempre de mujer. «Para min o entroido é un frenazo na miña vida, unha desconexión total. Introdúzome nun personaxe novo e diferente. E quero que sexa sempre feminino porque admiro ás mulleres en todas as facetas da súa vida», cuenta. O Trangallán ha sido Charles de Gaulle, el Carrabouxo, Charlie Rivel o Benedicta Sánchez, con su Goya por O que arde. Setenta años disfrazándose dan para mucho.
Ambos han transmitido su pasión a hijas y nietas, que disfrutan del carnaval con ellos. Pero el mérito de ser reyes de esta fiesta lo comparten. Detrás de los trajes de O Trangallán está Lola, su mujer. «Ela é modista e sempre me axuda con todo. Pasa semanas argallando, buscando as telas, e cosendo», afirma. Casiano confía todo a Puri, de El Taller de Puri. «Nos entendemos muy bien porque son muchos años», dice la modista. Parece increíble porque la antelación de su cliente es mínima. «Ha llegado a venirme el propio lunes pidiéndome un disfraz concreto para esa noche», cuenta. «Pero sempre o consegue», apunta Casiano. «Nunca me pone pega. Me dice de quién quiere ir y me da libertad total. Es muy divertido tener un reto así cada año», termina Puri.
Para descubrir lo que toca este año solo hay que salir por el casco histórico cualquiera de las noches del carnaval. ¿Un adelanto? Casiano hará un homenaje al Benidorm Fest.