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«Antes levábanlle un carro de leña ao cuartel para que puidera saír o folión»

María Cobas Vázquez
maría cobas O BARCO / LA VOZ

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El folión de Buxán, en una foto de archivo durante el desfile de entroido en A Rúa
El folión de Buxán, en una foto de archivo durante el desfile de entroido en A Rúa LOLITA VÁZQUEZ

Buxán recupera la figura del oso tras cinco años sin salir en el entroido

25 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Antaño, en muchas de las aldeas de O Bolo había folión, que no se perdía una cita con el entroido. Pero con la guerra civil primero y la despoblación después, muchos se fueron perdiendo. No solo los folións, sino las propias aldeas. Y ahora ya solo queda carnaval en Buxán y Celavente.

En Buxán presumen de ser el más antiguo de la localidad. No tienen una fecha exacta, pero manejan que es anterior al 1900. «O meu avó ten 93 anos e di que o seu xa tocaba no folión», cuenta Enma Sobrino, presidenta del folión. Ni siquiera la guerra civil consiguió acabar con el entroido. «A Garda Civil estaba a dous quilómetros, e daquelas non había coche, así que o folión saía tocar e se aparecían os axentes cada un escapaba por onde podía, que tampouco había luz. E así ían librando. Iso si, se pillaban a un, a ese mallábano», relata Sobrino haciéndose eco de las historias que su abuelo le ha contado desde que era una niña. El martes de entroido, como la fiesta se hacía de día, sí contaban con el permiso de la Benemérita, previo soborno. «A xuventude cortaba un carro de leña e leváballa ao cuartel para que se quentaran os gardas e os deixaran saír tocar», continúa Sobrino. Eso sí, en aquellos tiempos de guerra y posguerra había restricciones: las máscaras tenían que ir destapadas.

Superaron la guerra y la posguerra. Y ahí siguen (el cuartel, en cambio, hace años que se cerró), solo que como ahora no hay entroido en O Bolo, los de Buxán tocan en la aldea o se trasladan a otros ayuntamientos de la zona para desfilar. Este año estarán en la praza Maior de Ourense (hoy a las 20.00 horas), mañana en Vilariño de Conso y el domingo en Viana do Bolo. El martes de carnaval eran habituales en el desfile de A Rúa de Valdeorras, pero como no hay, tocarán en la aldea, donde llevan saliendo todos los fines de semana desde el 17 de enero. «Ese día empezamos e despois ímonos xuntando cando podemos, normalmente as fins de semana porque hai moita xente que vive fóra —de hecho, en los días grandes llegan a juntarse hasta 50 personas, porque hay quien viaja desde Madrid para el entroido—», cuenta Lola Rodríguez, otra integrante del folión de Buxán. Y continúa: «Aquí cando se oe o toque de bombo ou corna saímos todos da casa, deixamos o que esteamos facendo e imos co folión».

No hay excusas, cuenta Lola, que no faltó a la fiesta ni en la recta final de sus dos embarazos. Así, claro, fácil adivinar el gusto de sus hijos por el entroido. «Metinllo en vena aos rapaces», cuenta la mujer, que ha desfilado junto a su padre y su suegra cuando ambos superaban ya los 80 años. No falta tampoco su marido. Es una tradición arraigada en la familia.

A veces tocan y a veces van de máscara. La de Buxán viste un pijama antiguo azul o de rayas. Encima lleva una camisa blanca y una corbata «chamativa», remarca Enma. En la cintura, un mantón de Manila, «que os homes traían de Cuba, Tetúan ou Ceuta cando ían á mili; pero agora xa non quedan e levamos un mantón negro e enriba unha tela floreada», explica Lola; y encima, las esquilas para hacer ruido. Sobre el torso portan dos mantones cruzados y en cada hombro dos pañuelos con lazos. Sobre la cabeza, las máscaras llevan un pucho. En tiempos era un sombrero de madera, pero resultaba muy pesado y ahora se usa mimbre. Va recubierto de un cartón en el que antes se pegaban postales, pero como ahora tampoco son de uso común se utilizan fotos del folión; y en medio se coloca una muñeca a modo de adorno. En lo alto, flores o una escarapela de cartulina; desde donde salen tiras de colores, emulando una llamativa melena. En los pies, el personaje lleva zapatos y encima legues de cuero que van pegados a las piernas. En una mano porta una espada y en el otro un bolso de tela.

La máscara —que ahora llevan tanto hombres como mujeres— baila al son de los cuatro toques del bombo, dando saltos.

Este año el folión de Buxán trae novedad, ya que han conseguido recuperar la figura del oso, que no sale desde hace cinco años, tras el fallecimiento de la persona que lo llevaba en los últimos tiempos. «Un domador vai co oso atado cunha cadea, porque o animal tírase á xente», explica Rodríguez. Todo un espectáculo etnográfico.