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Un desfile «de parranda e durmir de pé» en A Coruña

La Voz A CORUÑA

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As Tanxugueiras reinan entre el público, Amigos da Xoldra en Carrozas y Kilomberos en comparsas

28 feb 2022 . Actualizado a las 09:48 h.

No dieron tiempo Casado, Ayudo, Putin o el septuagenario de los 110 antecedentes penales a que los coruñeses cogieran hilo y aguja para disfrazarse de estos personajes de plena actualidad. Pero sí As Tanxugueiras. El disfraz del año. A las cinco en punto de la tarde, las que merecieron ganar Eurovisión caminaban por San Andrés y dos minutos después, en el Cantón pequeño, se encontraron consigo mismas. Es la magia del entroido, que ayer celebró su tradicional desfile de comparsas y carrozas. Un río de mil colores con 30.000 personas en las orillas. Desde San Andrés, pasando por el Cantón pequeño hasta llegar a María Pita.

Las sonrisas, los movimientos de cadera, los brujos, las princesas de cuento, los spiderman, los astronautas y cientos de super héroes, ositos de peluche, vacas y demás fauna con dos patas salieron a la calle en tromba. No se sabe hasta dónde va a llegar esta fiesta, que cada año que pasa más fieles la disfrutan.

Abrió el desfile el hombre que está en todas partes. Vigilando lo malo, pero también lo bueno. Ahí estaba con su chaleco reflectante Carlos Touriñán, el director de Seguridad Ciudadana. Cuidando todo al detalle, sin escapar de su mirada ni una serpentina. Tras él, la comparsa Tarde mal y arrastro. Vestidos de hadas, aunque algunas con pelo en el pecho. Bailando y cantando lo que más cala en estos tiempos: No quiero más dramas en mi vida, solo comedias entretenidas...

Y muy aplaudidos fueron los componentes de dos grupos bolivianos. Fue llegar a A Coruña y convertirse en choqueiros. La batucada de Os Malandros fue otra de las atracciones que hicieron mover el cuerpo de niños y mayores. Como la bachata que hicieron sonar los integrantes de la comparsa Festarrachada.

Con un vestuario elaboradísimo, demostrando que trabajaron más que en la sastrería de Pierre Cardin, iban los miembros de Como Cabras. Por detrás, Monte Alto a 100. Como si tuvieran 8 añitos, moviendo el esqueleto y haciendo carantoñas a los presentes. De chinos iban los de Pantaleón. Y el grupo Abba sacó una carroza con algunos miembros de la realeza. Como Os Moracos, que arrancaron carcajadas. Un muñeco clavado al emérito rodeado de un séquito árabe, con un enorme harén cerrando el desfile.

El concurso lo podían ganar todos. Pero, como siempre se dice, solo puede haber un ganador... En categoría de carrozas, venció Amigos da Xoldra, seguidos de Os Maracos, Festarrachada y Tarde mal y arrastro. En cuanto a originalidad, el galardón fue para Os Maracos. En la categoría de comparsas, ganaron los Kilomberos. Luego también recibieron su premio Os Malandros, Amigos da Xoldra y Pantaleón. En cuanto a la mayor originalidad, el jurado valoró a los integrantes de Como Cabras.

CESAR QUIAN

La pasión, según choqueiros y comparsas

Tras un año sin carnaval, los coruñeses están locos por volver a vivir su fiesta más querida

Para entender el sentir de los carnavales de este año no hay mejor comparación que la de imaginarse la barriga de un gordo hacinada en una camisa de dos tallas menos. A los amantes del entroido les ocurre lo que a la panza, que está deseando que los botones salgan disparados para respirar. Este símil viene a cuento porque hay muchas ganas de leria. Porque la gente tiene un deseo enorme de desenfreno tras las restricciones de lo peor de la pandemia. Hay que recordar que en el 2021 no hubo celebraciones y los choqueiros, comparsas y demás amantes del disfraz no pueden soportar semejante tragedia. Eso sí. Con «sentidiño». Lo dicen todos. Porque el covid sigue ahí. Lo pidió la alcaldesa y lo pidió Romualdo, que es a esta fiesta lo que el hilo a la aguja.

Con esa sensación se están celebrando los carnavales. Un entroido, como dice el historiador Xosé Alfeirán, «vivo». Se le hincha el pecho como el fol de una gaita cuando habla de esta fiesta en la ciudad, «nada fosilizada» como otras, que hacen todos los años lo mismo. «Otros no varían, pero aquí sí. El nuestro depende de las comparsas, de los choqueiros. Es un carnaval urbano, con nuevas iniciativas cada año», subraya.

Lamentablemente, son también unos entroidos sin Fernando Amaro, Cantero. Una de las personas que más hicieron por cebar una fiesta que no se parece en nada a lo que era hace decenios, cuando siempre eran los mismos y por la calle de la Torre, el sambódromo coruñés, pasaban tres gatos. Su hija Tania acudió este viernes junto al resto de la familia al descubrimiento de la placa en la acera de la calle de la Torre que inaugura el paseo de la fama. «Estoy muy emocionada», dijo entre lágrimas. Porque «en estas fechas son tantos los recuerdos que me vienen a la mente, cuando mi padre sentía y vivía el entroido con pasión...», recuerda. Lo mismo siente su hermano Juanín. Agradece «una barbaridad» el homenaje que le rindieron, porque, según reconoce, «no nos lo esperábamos». Aunque se lo mereciese. A Juanín Amaro le vienen «muchas imágenes a la cabeza en estas fechas». Mira hacia la comparsa Monte Alto a 100, y ve un vacío imborrable.

Sería injusto olvidar también que el carnaval coruñés le debe mucho al Circo de Artesanos. Porque ahí nació, en 1850, el entierro de la sardina. «Antigamente ese acto era seguido dun apropósito, que se representaba no Teatro Principal —hoxe denominado Rosalía de Castro— e co que remataba o carnaval urbano coruñés», cuentan desde la entidad. Una institución que, recuerdan, llegó a sufragar los gastos de la fiesta durante muchos años del siglo XIX.

De eso xa choveu. Hoy es un carnaval muy distinto. Y cada año va a más. Y eso se debe, entre otros muchos, a personalidades como Fina Naya, Palau, César San José, Wences, Paredes, Rogelio o Álvaro Segade, Alvarito.

También a las comparsas, que crecen en número y los pequeños se hacen hueco entre los mayores. Actualmente hay en A Coruña nueve y «baixo o meu punto de vista melloraron moitísimo, aínda que pódese mellorar máis», cree Mercedes. Os Maracos cuentan con 63 personas, Pantaleón lleva más de 80, los Kilomberos alrededor de 40. Hay gente. «Normal, é que se pasa moi ben», defiende Romualdo Irixoa. Pero más allá de la fiesta, el ser choqueiro significa mucho: «A cousa ten a súa historia. É o disfrace dos pobres. Os que tiñan diñeiro ían ás mascaritas das sociedades, pero os que só tiñan catro trapos botábanlle imaxinación e saían a divertirse», explica Romualdo.

La comparsa no la forma gente que se una con un mismo disfraz y cante y baile por las calles. También es gente que acude a residencias de mayores a «hacerles pasar un buen rato, a que disfruten como nosotros», cuenta Manolo Salinas, de Monte Alto a Cien, que visitó las residencias Torrente Ballester y la institución Padre Rubinos.

Andrés Marcos, Ángel Valladares, como Chelo y Margarita, integrantes de Os Maracos, acompañan este año al rey emérito. Una corte de árabes escoltan al monarca con una sonrisa que abraza. «Tenemos muchísimas ganas de celebrar el entroido este año después del parón del 2021», destaca Valladares.

Los tambores que hacen sonar los Kilomberos es música celestial en esta semana. Se sabe por dónde andan a diez manzanas de distancia. Eso sí, tanto Alejandro, como Luis, Geuenoa, Airén, Caio, Alba, Alex y Chus recuerdan que el covid «todavía convive con nosotros y debemos protegernos y poner las mascarillas porque las aglomeraciones son inevitables», dicen. Es más, el martes de carnaval de este año quieren evitar calles estrechas.

Otra figura del entroido es Paula Monteagudo, de Os Malandros. De Monte Alto de toda la vida, no recuerda la edad que tenía cuando se disfrazó por primera vez. Aparte de que para ella es la «fiesta más importante de los coruñeses», quiere lanzar un mensaje de cariño y apoyo a los hosteleros: «Siempre nos han invitado y siempre se lo hemos agradecido, pero ahora se merecen hacer más caja que nunca. Lo han pasado mal y hay que consumir». Cree que «no hay carnaval en España como el coruñés». A ver «si los andaluces serían capaces de salir a la calle con frío y lluvia como hacemos nosotros», cuenta entre risas. Orgullosa.

 El martes lloverá

Eso se verá el martes, los meteorólogos anuncian lluvias para el gran día del carnaval, el de la calle de la Torre. Pero aunque sea una tarde de sofá y manta, la ciudad se echará igualmente a la calle. Saldrán como choqueiros y volverán como pitos.

Para entender esta fiesta es bueno explicar qué es un choqueiro, vocablo que no aparece en el diccionario. Dícese de un hombre o una mujer que para vivir el carnaval no gasta ni en horquillas. Revuelve el armario, busca lo más chillón, lanza la ropa al aire y donde le caiga ahí queda. En definitiva, un sinvergüenza en el mejor de los sentidos. La calle de la Torre es donde se pavonean. Habrá abarrote total aunque sea una tarde de perros.