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Angélica Martínez: «La idea es dar la vuelta al mundo a través de platos internacionales»

amelia ferreiroa LALÍN / LA VOZ

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E CUIÑA

Elabora de manera quincenal cinco recetas de otros tantos territorios del planeta

26 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Menú internacional. El previsto para la cena de esta noche se centrará en platos de Jordania, Burkina Faso, Kiribati, Libia e Islas Salomón.

Música en vivo. Los sábados por la noche, además de actuaciones, se organizan sorteos, queimada con conxuro y karaoke.

Angélica Martínez nunca pensó que acabaría detrás de una barra pese a que, por tradición familiar, tenía muchas posibilidades de hacerse en el oficio. Sus padres dedicaron toda su vida profesional a la hostelería, pero sería finalmente su tío Carlos el que lograría despertar su interés, y posteriormente su pasión por el gremio. Zamorana de nacimiento, Angélica lleva una docena de años en el sector hostelero, los últimos cinco en Lalín al frente de la gerencia de El Rincón de la Mariposa.

—Le preguntarían en más de una ocasión por ese nombre.

—Me lo han preguntado muchísimas veces (risas). Lo de El Rincón es en honor a mi tío Carlos que tenía un chiringuito de pueblo y se llamaba así, y lo de mariposa es porque me siento identificada con ese insecto.

—¿Cómo una zamorana acaba por regentar un restaurante en Lalín?

—A través de un cliente de Sanxenxo que conocía a un lalinense (risa). Yo trabajaba en la estación de autobuses de allí, el responsable de la concesión de la estación de autobuses de Lalín estaba buscando una persona para la cafetería... Se conocían, me propusieron venir para Lalín y aquí estoy, y ya casi pasaron cinco años.

—Dos de ellos con pandemia y con el sector hostelero duramente castigado por la situación sanitaria y las restricciones.

—Mentiría si dijera que fue fácil. Fueron dos años durísimos en los que la hostelería estuvo muy castigada, y yo si logré mantenerme a flote fue gracias a las ayudas aportadas por las distintas Administraciones, a los empleados que tengo; un equipo de trabajo extraordinario que es el 50 % del éxito de este proyecto empresarial, y al hecho de que soy una persona muy luchadora.

—¿En qué momento comienza a elaborar platos internacionales?

—Cuando llegué a Lalín, y me hice cargo del restaurante, cambié la cocina implantando un servicio de comida rápida y además abrí otro local: El Chanqueiro, en la rúa Rosalía de Castro. Con la pandemia todo se paralizó, y una vez pudimos abrir de nuevo pensé en que era necesario reinventarse para intentar atraer al mayor número posible de clientes. Así fue como nació la idea de elaborar de manera quincenal platos internacionales, después de que entre un grupo de amigos hiciésemos algo similar: uno cocinaba, otro llevaba el postre,... pero siempre en consonancia con el país que se escogía.

—¿Qué metodología emplea a la hora de seleccionar países y platos en el restaurante?

—La elección de los países se hace por sorteo. Son los clientes de las cenas de los sábados los que se encargan de elegir cinco países, yo posteriormente busco los platos más típicos de cada uno de ellos, hago una selección de cinco y los elaboro. Es una forma de conocer países a través de su cocina con platos internacionales.

—¿Los menús internacionales son cada quince días?

—Sí. Antes lo hacía de manera semanal pero era imposible... Hay que buscar ingredientes, que no siempre son fáciles de encontrar, elaborar los platos y probarlos antes de servírselos a los clientes. Es un proyecto muy enriquecedor pero que no está exento de trabajo y de mucha búsqueda, tanto de información como de determinadas materias primas. La intención es dar la vuelta al mundo a través de la gastronomía, de platos internacionales.

—¿Qué nociones tiene de cocina internacional?

—Ninguna (risas). Busco las recetas, las cocino, pruebo y escojo aquellas que considero que mejor pueden encajar, y si tengo algún problema con un determinado ingrediente intento buscar alguno que sea de similar sabor y textura.

«Hago sorteos, uno de ellos es un vale para gastar en cualquier local del pueblo»

Conseguir que la clientela apostase por catar algún plato internacional no fue tarea fácil, asegura Angélica; «pero quizás menos complicado de lo que me temía en un principio, pero también es cierto que regalé muchos menús degustación para que la gente comenzase a probar cosas diferentes».

—Sinceramente me sorprendí. Pensé que serían mucho más reacios. Por supuesto que no todos los que vienen a las cenas de los sábados piden el menú internacional. Contamos en la carta con otras propuestas culinarias, pero animamos a que la gente viaje a través del paladar y disfrute de las propuestas gastronómicas que vamos ofreciendo.

—¿Cómo ve el futuro del sector hostelero después de que se levantaran las restricciones?

—Creo que llegan meses muy exitosos. Soy muy optimista (risa), pero también creo que ya va siendo hora de que las cosas mejoren después de dos años ajados. Claro que es necesario buscar nuevas propuestas, ofrecerle al cliente novedades y no mantenerse anclado en el pasado. Personalmente aposté por una dinámica diferente, y centré los sábados en cenas-conciertos, previa reserva, que están funcionando bien. Comenzamos a las 20.30 horas con música en vivo hasta las 22.00 horas, una hora para cenar y después queimada, conxuro, sorteos, karaoke,... Una velada completita.

—¿Qué tipo de sorteos lleva a cabo?

—Hago varios sorteos pero uno de ellos es un vale por importe de 10 euros para gastar en cualquier establecimiento del pueblo: comercio, hostelería, gimnasios,...

—Y no quería ser hostelera.

—No (risa). Y mira... Estoy encantada. Es un trabajo muy esclavo pero me gusta. Está claro que me va en los genes, pero no lo había descubierto (risa).