Patrocinado por

La DGT identifica 36 «puntos de riesgo» en el Camino Portugués

Serxio Barral Álvarez
Serxio Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

VEN A GALICIA

La intersección del Camino conla N-550 en Cesantes (Redondela) es la más peligrosa en opinión de  los peregrinos
La intersección del Camino conla N-550 en Cesantes (Redondela) es la más peligrosa en opinión de los peregrinos XOAN CARLOS GIL

Los peregrinos señalan a la N-550 en Cesantes como el lugar más peligroso

27 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hacer el Camino de Santiago, cualquiera que sea la ruta que se siga, implica en muchos casos la siempre complicada convivencia entre peatones y vehículos. En ocasiones, con riesgo para los peregrinos. Una guía interactiva elaborada por la Dirección General de Tráfico (DGT) después de analizar las zonas con mayor concentración de accidentes identifica en las dos rutas del Camino Portugués, la tradicional desde Tui y la de la costa desde A Guarda, que suman 210 kilómetros hasta la capital gallega, un total de 36 «puntos de riesgo» de seguridad vial.

Hay cuatro que la DGT señala como especialmente peligrosos: dos se localizan en la PO-552, uno en el término municipal de Vigo y otro en Oia, en la intersección de A Ermida; otro, en la EP-3102, en Baiona; y el cuarto, en la EP-9407 en Barro, en la intersección de O Curuto. El resto hasta sumar 36, son para la DGT, puntos o tramos que requieren «precaución».

Ese diagnóstico coincide en parte, aunque no plenamente, con el que hacen los que más a fondo conocen esta ruta. La Asociación de Amigos del Camino Portugués a Santiago elaboró hace años, en el 2007, un documento en el que se ponían en evidencia los puntos negros en el trazado de la ruta a su paso por la provincia de Pontevedra. El documento, que reflejaba una docena de intersecciones, carreteras sin arcén o cruces peligrosos, fue presentado a las Administraciones competentes en cada caso, dependiendo de la titularidad de la vía afectada. Diez años después de su redacción, el documento seguía vigente pues apenas se había mejorado la señalización en algún punto concreto, pero seguía habiendo zonas en las que la convivencia de los peregrinos con el tráfico seguía resultando extremadamente peligrosa.

Ahora las cosas sí han cambiado. Hace un año, en febrero del 2021, la Xunta habilitó una senda peatonal en San Caetano (Alba), un tramo de 710 metros paralelo a la PO-225, un punto por el que circulan 11.000 vehículos al día y que carecía de arcén. Una inversión de algo más de 670.000 euros hizo posible la supresión de este auténtico punto negro.

El Concello de Pontevedra se dispone a actuar, en colaboración con la Diputación, en otro tramo extremadamente peligroso a juicio de la asociación y «de precaución» para la DGT: la PO-0002, en Tomeza. El concejal del Rural, Alberto Oubiña (BNG), anunció recientemente un proyecto de dos millones de euros para crear otra senda peatonal en paralelo a este vial, que también carece de arcén. La obra ya recibió el visto bueno y se prevé que pueda estar en ejecución este mismo año.

La alternativa, peligrosa

El presidente de la Asociación de Amigos del Camino Portugués, Tino Lores, valora especialmente esta actuación ya que la peligrosidad de este tramo provoca que los peregrinos se desvíen por el río Gafos, lo cual entraña cierta dificultad. «En días de lluvia o en invierno, cuando los días son más cortos, entraña riesgo». Por eso valoran especialmente la iniciativa que va a llevar a cabo el Concello.

¿Y cuáles son a juicio de los peregrinos los puntos negros del Camino Portugués? Tino Lores no lo duda: están en Cesantes y en Caldas. El primero se trata de una intersección de la ruta con la N-550 en la que no hay alternativa para los peregrinos. Hay que cruzar una carretera con una alta densidad de circulación, sin paso de cebra ni ninguna medida de calmado del tráfico en la zona.

El segundo está en Carracedo, en el municipio de Caldas, en un lugar en el que los peregrinos vuelven a cruzar la carretera general. En este caso, apunta Lores, sí hay alternativa y se puede hacer un desvío para cruzar más adelante, «pero es muy peligroso».

Con A Santiña y el plan para Tomeza, el trazado en Pontevedra será idóneo

Pontevedra se reivindica como la capital del Camino Portugués a Santiago, y el presidente de la asociación, Tino Lores, lo corrobora. Máxime, atendiendo al esfuerzo para mejorar la ruta en el término municipal. En los últimos tiempos, el Concello ha invertido mucho dinero en mejorar el trazado urbano. En marzo del 2019 se inauguró la reforma de la calle Virxe do Camiño (1,4 millones de euros); en diciembre del mismo año, la de la Rúa do Gorgullón (1,2 millones); y en verano del 2020, la peatonalización del puente de O Burgo (2,5 millones). Ahora se anuncia para este mismo ejercicio el inicio de la reforma integral de la Rúa da Santiña, último paso urbano del Camino por la ciudad, en cuya rehabilitación se prevé invertir en torno a 1,8 millones. A ello se suma el proyecto para crear esa senda peatonal en Tomeza en paralelo a la EP-0002.

Con estas dos obras y la senda de la Xunta en San Caetano «todo el trazado en Pontevedra tendrá una mejora más que evidente, digna de la capital del Camino Portugués», subraya Tino Lores.

A estos proyectos se suma otro no menos decisivo para la comodidad de los peregrinos: la mejora del albergue público de Pontevedra, el único de toda Galicia que es atendido por voluntarios, en este caso de la Asociación de Amigos del Camino. La Xunta invertirá 380.000 euros en el proyecto, que incluye la renovación de la cubierta y la mejora de la climatización, entre otras medidas. La instalación cuenta con 92 plazas gracias a la ampliación realizada en 2020, que aumentó el número de camas al convertir un viejo almacén situado frente al edificio original en un nuevo alojamiento para 20 personas.