Las mejores vistas al mar de Ferrolterra son también las más peligrosas
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Las antiguas defensas militares de la comarca son zonas habituales de paseo y disfrute pero al mismo tiempo están repletas de elementos de riesgo
28 feb 2022 . Actualizado a las 08:01 h.La defensa nacional los eligió en su día como puntos estratégicos para dar respuesta a los posibles ataques por mar. Las antiguas baterías militares que jalonan la costa de Ferrolterra son los mejores miradores sobre el océano Atlántico, pero desde que dejaron de prestar servicio como tales han estado sumidas en un total abandono, convirtiéndose en espacios altamente peligrosos.
Años de saqueo y actos vandálicos han propiciado que estas instalaciones se transformasen en auténticas ratoneras, en las que los visitantes que reciben todo el año, que son muchos, corren el riesgo de caerse en los numerosos hoyos a flor de tierra que en su día albergaron pozos para el abastecimiento de agua de los militares o en los que estaban instalados los cañones, o de que los restos de los muros y paredes se vengan abajo. Los túneles, que también hay, son, asimismo, lugares peligrosos, porque suelen desembocar en los acantilados.
Las denominadas Baterías de Costa del Golfo Ártabro fueron un importante complejo artillero destinado a la defensa de la Base Naval y los astilleros militares de Ferrol, a partir del plan de defensa diseñado por el gobierno de Primo de Rivera en el año 1926. La construcción terminó ya con la II República y su finalidad era proteger la ría de Ferrol, base de la flota naval del norte de España.
El trágico accidente del pasado día 31 de enero, en el que perdió la vida el vecino de Ferrol Óscar Varela Abad, de 37 años, al precipitarse por el hueco existente entre dos muros de la batería de cabo Prior, puso el punto de mira sobre la peligrosidad de estas instalaciones que llevan años desafectadas de uso militar.
En el caso de la de Prior, dejó de prestar servicio en el año 1997, al igual que la denominada batería de Lobateiras, situada en la zona de Doniños. Con anterioridad, entre 1940 y 1941, ya se había retirado la artillería de la batería de Campelo, en el municipio de Valdoviño. Pero no son estos los únicos emplazamientos que contienen elementos de peligro, porque también quedan restos de otras baterías y fortificaciones como las de Viñas, Cariño, San Cristovo y San Carlos.
Todos estos espacios están abiertos, por lo que se puede acceder a los mismos libremente y solo en algunos casos hay señales informando de los riesgos de sufrir un accidente.
A mayores, hay otras instalaciones desafectadas de uso militar que reciben a muchos visitantes y en las que también se requiere ser muy cautelosos en materia de seguridad. Es el caso del antiguo observatorio meteorológico de Monteventoso, en el que hay riesgos evidentes. Esta pieza forma parte de las piezas incluidas en el convenio de cesión por parte del Ministerio de Defensa al Concello de Ferrol, firmado inicialmente en el año 2015 y que sigue pendiente de cerrarse. Además del cuartel Sánchez Aguilera y otro paquete de propiedades militares, en el mismo acuerdo figura la estación radio de Mandiá, integrada por varios edificios totalmente desmantelados, fruto del pillaje y del vandalismo, a las que también se puede acceder, aunque en este caso no sea para contemplar el paisaje.
Las viejas instalaciones militares de Ferrol siguen a la espera de que el gobierno local y Defensa cierren definitivamente el convenio, por el que el Concello ya había adelantado algo más de 400.000 euros.
En el caso de la batería de costa de Campelo, en mayo del pasado año se firmó su cesión al Concello de Valdoviño por un período de 25 años, ampliable. El regidor local, Alberto González, manifestó a este periódico que en la actualidad se está trabajando en un plan de usos para la valorización de ese antiguo equipamiento militar. Las primeras intervenciones se centrarán en la protección y conservación de ese espacio, con la eliminación de la maleza, para después señalizar la zona y tomar medidas en los edificios por los riesgos que suponen las zonas de los fosos o de lanzamiento de proyectiles.
A este respecto, el alcalde dijo confiar en que la Xunta autorice ahora la realización de dichos trabajos, porque, según apuntó, la última vez que Defensa había solicitado limpiar la zona, no se le permitió. El objetivo final del gobierno valdoviñés, es habilitar un albergue y un centro de interpretación de las baterías de costa en las instalaciones del antiguo cuartel.