La bajada de la Morena de Laza es el momento más primitivo del entroido en la provincia
28 feb 2022 . Actualizado a las 22:20 h.Laza es sitio distinto durante el entroido. Y el lunes, la plaza de A Picota alberga el momento más enxebre y primitivo del carnaval. Este año no había celebración oficial, pero los vecinos de Laza demostraron que de poco sirve cuando se habla de la bajada de La Morena, las hormigas y la harina.
Muchos antes de que llegara el momento central, entre lusco e fusco, en A Picota no cabía un alfiler. Sin embargo, los peliqueiros fueron haciéndose hueco entre la multitud, batiendo sus chocas y blandiendo sus látigos. Laza congrega cada año a una muchedumbre variopinta. Amigos adolescentes se codeaban con otros entrados en años. Y curiosos primerizos en la fiesta —era evidente por su vestimenta— preguntaban sobre los pormenores de la bajada de la Morena a los lugareños encorsetados en monos, totalmente preparados para el momento central. Mientras, varios vecinos de Laza, que se conocen el percal, permanecían en sus casas mirando por la ventana o desde sus balcones. También acudieron muchos que, conociendo que se llenarían de hormigas cabreadas, bosta y harina, no hicieron nada por evitarlo. El entroido es el entroido.
Laza está en las antípodas del carnaval de Venecia. En la localidad ourensana no se disfrazan, se protegen. Y menos mal. Así, al anochecer comenzó el ritual. Primero bajó la Morena acompañada de un séquito que se ocupó y preocupó de lanzar a la muchedumbre bostas y hormigas. Le siguió una máquina esparciendo harina que no dejó hueco en la plaza sin enmerdar. Todo, en 15 minutos frenéticos. Al acabar, gritó la multitud: «¡Que bote, que bote A Picota!» Todos a una. Y comenzó la segunda parte de la fiesta, que acabó de madrugada.