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Cuatro locales gallegos para celebrar el Día del Padre

VEN A GALICIA

A Noiesa. Santiago. Juan Carlos Somoza y su hijo Sebastián en el comedor de A Noiesa, el restaurante abierto en la rúa do Franco en el verano del 2019 que ya es una referencia en la hostelería compostelana. La filosofía de esta «casa de comidas» es adaptarse al cliente con independencia de lo que quiera gastar o el formato que elija, porque un día es la familia la que comparte y otro es una pareja «la que se da un homenaje».
A Noiesa. Santiago. Juan Carlos Somoza y su hijo Sebastián en el comedor de A Noiesa, el restaurante abierto en la rúa do Franco en el verano del 2019 que ya es una referencia en la hostelería compostelana. La filosofía de esta «casa de comidas» es adaptarse al cliente con independencia de lo que quiera gastar o el formato que elija, porque un día es la familia la que comparte y otro es una pareja «la que se da un homenaje». XOAN A. SOLER

Si aún no reservaste, ya estás tardando. Arroces, carne a la brasa y lo mejor del mar para un homenaje merecido. Hasta parque infantil tiene alguno de estos cuatro restaurantes gallegos perfectos para un día en familia

09 mar 2022 . Actualizado a las 15:29 h.

Las celebraciones inducidas por el calendario que tienen un seguimiento social consolidado son en estos momentos para la hostelería una baliza en el horizonte que ayuda a seguir navegando en tiempos complejos. El Día del Padre es una de esas fechas marcadas en rojo, porque invita a regresar a la calle y en familia, que no es lo habitual. «Me gusta pensar que la gente elige mi casa para comer, y por eso tengo que cuidarla», afirma Juan Carlos Somoza, que junto a su mujer, su hijo y una docena de profesionales más está al frente de A Noiesa, el restaurante compostelano que arrasa en todos los ránkings de reputación por su buen hacer gastronómico y por el trato que ofrece a los clientes. Ubicado en el corazón de la rúa do Franco, una calle que desde hace años trata de luchar contra el sambenito de estar enfocada en exclusiva al turismo, el restaurante de los Somoza se ha convertido ya en una especie de academia hostelera que fue el producto de la «crisis de los 50» del cabeza de familia, que pronto cumplirá los 54. Juan Carlos tiene un currículo impactante: estudió en Suiza, trabajó en un dos estrellas Michelin y cuando regresó a Galicia fue director del Centro Superior de Hostelería, además de seguir su formación al más alto nivel. Después se dedicó durante más de una década a la consultoría en un despacho internacional que tramitaba la apertura de un centenar de locales al año, así que cuando llegó la hora de abrir su restaurante en Santiago la teoría se la sabía. «Pero no sirve de nada si no le pones pasión. Si no te gusta lo que haces, si no disfrutas con los clientes esto es muy duro», confiesa este profesional, que no ve tan importante saber llevar cuatro platos como ser amable con el comensal, algo innegociable.

A Noiesa, que le debe su nombre a los orígenes de su madre, es una casa de comidas adaptada a unos tiempos distintos en los que no se debe prejuzgar al cliente y sí adaptarse a lo que te pide en cada momento. Un día se tapea algo de raxo y se comparte con la familia, y otro se cena en pareja y se prueban los mejores pescados salvajes del mercado. Y si no hay bolsillo para una pieza de marisco, se prueba el canelón de centolla de la ría, «si es que las hay, y si no, no se ofrece. Ahí es cuando el cliente aprecia la honestidad de un negocio», señala Somoza, que por estas fechas también presume de sus buñuelos de lacón y grelos, perfectos para compartir con la tortilla de Betanzos. «Hay que ponérselo fácil a la gente, porque lo que sí seguimos percibiendo es que hay ganas de juntarse». El que pruebe, tendrá la oportunidad de compartir sus impresiones con el chef, porque rara vez se levanta una mesa sin haberse preocupado por cómo fue todo. Y le gusta la sinceridad.

Un clásico en A Coruña

LA Cabaña. A Coruña. Sin perder el espíritu original del asador, que abrió en 1972, el restaurante experimentó una renovación en el 2019. «Mantenemos la tradición, pero hemos actualizado el local», apunta el responsable, Daniel. Así, el restaurante continúa siendo una apuesta segura para celebrar días señalados.
LA Cabaña. A Coruña. Sin perder el espíritu original del asador, que abrió en 1972, el restaurante experimentó una renovación en el 2019. «Mantenemos la tradición, pero hemos actualizado el local», apunta el responsable, Daniel. Así, el restaurante continúa siendo una apuesta segura para celebrar días señalados. MARCOS MÍGUEZ

Para los amantes de la carne, el asador La Cabaña es una parada obligada en A Coruña. Su buen hacer mantiene el restaurante, en el barrio de Monte Alto, al pie del cañón desde 1972. «En el 2019 lo cogimos nosotros, pero respetamos la esencia», explica el responsable, Daniel Romay.

Debido a la buena transición, el local mantuvo clientes y ganó otros, convirtiéndose en un clásico. Tanto que los fines de semana es difícil tener mesa sin reserva. «Tenemos capacidad para más de un centenar de comensales, pero es preferible reservar», dice el hostelero. De hecho, para el día del padre tienen ya numerosas peticiones. «Aún quedan sitios, pero al ser sábado hay más demanda, porque vienen clientes habituales de los fines de semana», indica Daniel, que destaca la calidad de los productos. En estos últimos cuatro años han introducido novedades en la carta, pero se mantienen fieles al espíritu original de La Cabaña. «Al ser un asador, el tipo de público ya viene buscando churrasco como plato principal. Muchos ni miran la carta, porque ya la conocen, y nosotros, igualmente, les proponemos más opciones porque tenemos mucha variedad», explica el responsable. Así, los comensales pueden disfrutar desde croquetas de cecina hasta filloas rellenas de zamburiñas y grelos, pasando por pulpo o provolone. «La carta es bastante estable. Lo que triunfa se mantiene, y si vemos que algo no funciona tan bien, cuando queremos lo cambiamos», señala.

El restaurante también ofrece pescados y mariscos y, ojo, unos postres con los que se hace la boca agua. Por supuesto, todos caseros. «Tenemos muchas opciones. Brownie con helado de mandarina, crumble con manzana confitada y helado de vainilla, panna cotta, tarta tres chocolates....», asegura Daniel. Sin duda, una parada obligada.

Un fogón en la naturaleza

O Fogón da ría. Vilagarcía. Un comedor al aire libre bajo el porche de una soberbia casa solariega y rodeado de 3.000 metros cuadrados de jardín, es uno de los grandes atractivos de este restaurante, que Salvador y Cristina convirtieron hace 30 años en emblema de la cocina tradicional gallega.
O Fogón da ría. Vilagarcía. Un comedor al aire libre bajo el porche de una soberbia casa solariega y rodeado de 3.000 metros cuadrados de jardín, es uno de los grandes atractivos de este restaurante, que Salvador y Cristina convirtieron hace 30 años en emblema de la cocina tradicional gallega. Martina Miser

Una celebración de carácter tan entrañable y familiar como la del Día del Padre requiere de determinadas circunstancias placenteras para su pleno disfrute. La primera, por supuesto, una gastronomía al gusto de todos. Y ahí es donde fundamenta su principal baza O Fogón da Ría, en Vilagarcía. Desde hace tres décadas este restaurante es uno de los emblemas de la cocina tradicional gallega expuesta desde la comarca de Arousa.

Sus pilares fundamentales son los mariscos y pescados, todos ellos llegados de las lonjas o los mercados de la zona (sobresaliente el guiso de rape y rodaballo salvaje, el sanmartiño al horno o la merluza en salsa de caviar de erizos); los arroces (como el de carabineros o el de rape, vieiras y langostinos), perfectos de punto, aromas y textura, y las carnes como las carrilleras de ternera gallega, la paletilla de cordero lechal al estilo de Castilla o el lechazo al horno. Si a ello se le añade una exquisita oferta de postres caseros, resulta complicado que alguien no encuentre con qué deleitarse entre tan suculenta oferta.

Otro aspecto muy a tener en cuenta es el entorno. Otra notable ventaja de O Fogón da Ría. El restaurante ocupa una casona solariega tradicional rodeada de un jardín de 3.000 metros cuadrados, llenos de coquetos rincones. El interior de la noble casa alberga tres comedores. Uno de ellos, el más íntimo y acogedor, con solo seis mesas, bajo unos arcos de piedra que sustentaban la estructura original. En la planta baja hay otro comedor con nueve mesas y en la superior un tercero, dividido con biombos, con capacidad para cien personas. Pero es en el porche donde se ubica el espacio más demandado. «No es una terraza, es un comedor al aire libre», explican Salvador Gerpe y Cristina Pazos, responsables de O Fogón da Ría. Y es que, efectivamente, la mantelería, el servicio y la carta es exactamente la misma que en los comedores interiores, pero con la ventaja de disfrutar del frescor natural y de unas vistas estimulantes.

Hay un tercer aspecto a tener en cuenta, sobre todo en una celebración familiar como esta. Cumplimentado el asunto de la manutención, los más pequeños disponen de un enorme jardín para jugar y corretear a sus anchas, mientras los mayores pueden disfrutar de una placentera y despreocupada sobremesa y de todo lo que se les ofrece en este rincón arousano desde el que se rinde culto a la excelencia.

Con parque infantil 

La Zamorana. Ourense. En el municipio ourensano de San Cibrao das Viñas, a unos diez minutos del centro de la ciudad, se encuentra el restaurante La Zamorana. Además de por la comida casera y de calidad, el local es conocido por su amplio jardín, en el que tiene instalado un parque infantil de más de cien metros cuadrados.
La Zamorana. Ourense. En el municipio ourensano de San Cibrao das Viñas, a unos diez minutos del centro de la ciudad, se encuentra el restaurante La Zamorana. Además de por la comida casera y de calidad, el local es conocido por su amplio jardín, en el que tiene instalado un parque infantil de más de cien metros cuadrados. Miguel Villar

Cada vez son más los restaurantes que tienen en cuenta al público infantil en Ourense. En varios puntos de la provincia existen establecimientos perfectos para organizar una comida o una cena en la que disfruten tanto niños como adultos. Pensando en la celebración de los padres, en San Cibrao das Viñas tienen una propuesta que incluye bien de comida casera y una zona amplísima para que los más pequeños jueguen y se diviertan sin parar. Se trata del restaurante La Zamorana. El vigués Javier Rodal se puso al frente de este negocio en septiembre del 2020, en plena pandemia. «Era un local que conocía muy bien y que me encantaba, precisamente por todo lo que ofrece este espacio, así que decidí cogerlo», admite. Además de los salones interiores, el establecimiento cuenta con un enorme jardín en el que hay montado un parque infantil de más de cien metros cuadrados. Césped y naturaleza se combinan con toboganes y columpios.

En La Zamorana son especialistas en carnes a la brasa, que cocinan en su propia churrasquería, y en arroces. «Especialmente el de bogavante», apunta Javier. Para el 19 de marzo han preparado un menú especial. Por 25 euros, los comensales degustarán un primero a elegir entre chipirones fritos, croquetas, setas con salsa de queso de O Cebreiro o vieiras al horno. De segundo optarán entre carrilleras, entrecot o bacalao a la portuguesa. La propuesta incluye bebida, postre y café. Los más pequeños de la casa también tiene su menú específico para este día. Cuesta 12 euros y propone pizza artesana, croquetas, nuggets de pollo o minihamburguesas. «Siempre tenemos platos pensados para que los niños disfruten de la comida, aunque sabemos que lo que más les gusta es ponerse a jugar en nuestro parque», afirma Javier. «Cuidamos mucho el trato familiar y cercano que tenemos con nuestros clientes», termina. No paran de coger reservas.