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Celas de Peiro ofrece arte y espacio para los más pequeños de la familia

CRISTÓBAL RAMÍREZ

VEN A GALICIA

cristóbal ramirez

Un cuidado parque rodea su torre, resto granítico de la fortaleza medieval de Vinseira

05 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El valle que forma el humilde río Valiñas y el aún más humilde Rego do Castelo, en la retaguardia del golfo Ártabro, está muy poblado hoy en día, pero curiosamente no tanto cuando se levantó la torre de Celas de Peiro, que es lo que queda en pie de la fortaleza medieval de Vinseira y que desde 1994 es bien de interés cultural.

cristóbal ramirez

Tierra muy fértil en la cual sin duda trabajarían miles de campesinos a lo largo de los años. Aunque por ahí sigue habiendo numerosos ciclistas que acuden a dar pedales porque el paseo no tiene ni subidas ni bajadas, lo cierto es que el tráfico dista de ser escaso. El valle, en cualquier caso, se presenta tentador para familias que quieran salir a lugares cercanos y donde se puedan expandir los más pequeños sin riesgo alguno.

El acceso hoy a la zona es mucho más fácil que hace tan solo unos decenios: se deja el aeropuerto a la izquierda, se llega a la A-6 y ya un poco antes está señalizado Ledoño, con su pequeño parque industrial y su muy concurrida gasolinera. Y tirando hacia Cerceda, en la rotonda y antes de empezar a subir, se gira a la izquierda señalizado Peiro.

Ahí se llega a un cruce, dejando a la derecha un restaurante cerrado muy conocido en su momento, a la izquierda una pista polideportiva y al frente un magnífico y complejo edificio de piedra.

En ese cruce se elige la izquierda, a la misma mano queda una gasolinera cerrada, a la contraria el comienzo de una ruta de senderismo y al frente un conjunto excepcional: cruceiro, templo, castillo.

El cruceiro es lo de menos porque mucho valor artístico no tiene. Pero la iglesia de Santa María vaya que sí. Se trata de un templo románico con modificaciones de hace tres siglos, como la mayoría de los gallegos del mundo rural. Los tejados se ven sostenidos por canecillos colocados ahí hace novecientos años, que se dice muy pronto. Empezando a rodear el edificio por la izquierda, atención al segundo y tercero, que representan animales. Bestias, simplemente. Una amenaza de las penas del infierno que no debían de olvidar los que pasaban por abajo.

Y el castillo se alza en el medio de un parque que cuenta con una zona con aparatos colocados ahí para eso, para que disfruten los niños.

Si se sigue unos metros por la carretera se verán dos elementos que reclaman la foto: a la izquierda, un cruceiro con pousadoiro (la cruz, muy sencilla, es de las que se suelen llamar irlandesas o celtas) da la impresión de encontrarse por completo fuera de lugar. Y a la mano contraria, una vivienda particular con una galería de madera que se convierte, todo el conjunto, en un ejemplo de cómo en Galicia se puede conservar el patrimonio si se quiere. Y en este caso, sí se quiso.

LA TORRE

43º14'58''N 8º24'31''W.

LA FOTO MÁS PERSONAL

Con el segundo y tercer canecillo de la iglesia.

LA AVENTURA

Conocer el pasado de la torre.

PARA NIÑOS

Seguridad total en el parque.