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El bar que quería romper el silencio

Rosa Estévez
rosa estévez VILANOVA / LA VOZ

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MONICA IRAGO

La taberna cultural A Cofradía lleva seis meses programando música en directo en Vilanova y conquistando a clientes de la ría y de más allá

10 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue el covid quien les puso el asunto delante de los ojos. Nolo Chazo, David Piñeiro y Xocas García viven en Vilanova. Durante el confinamiento, miraban por las ventanas de sus casas y sus ojos tropezaban siempre con el bar del pósito, un local que llevaba tiempo vacío. De tanto verlo, acabaron mirándolo con interés. «Empezamos a falar. Como ninguén colle ese local?», relata Nolo. En aquellas conversaciones desgranaban todas las ventajas de un establecimiento amplio, al lado del mar, con terraza, con zonas de estacionamiento próximas... Sin ser conscientes de ello, comenzaron a convencerse los unos a los otros de la posibilidad de hacerse con las riendas del bar y convertirlo en algo nuevo. Así se gestó A Cofradía, una taberna cultural que nació con la vocación de «romper o absoluto silencio que houbo en Vilanova dende os anos oitenta». Lleva seis meses haciéndolo. Y parece que el viaje no ha hecho más que empezar.

«Na vila facía falta un sitio de reunión. Un sitio no que a xente puidera coñecer ás quintas máis vellas e máis novas. Iso é algo que a xente da miña idade non tivo. Non o había. E se o había non o sabiamos», explica Nolo. Con esa vocación levantaron hace medio año la persiana de un local que habían cambiado por completo. El establecimiento, anclado durante décadas en una estética neutra y ajada, reabrió con las paredes cubiertas de murales, con una plataforma que se convierte en escenario cuando es menester, con un equipo de sonido de primera. Y es que esta taberna cultural nació con la vocación de saciar la sed y el apetito de sus clientes, paro también para calmar sus ganas de cultura con conciertos, monólogos, pequeños espectáculos teatrales... Ya han organizado numerosos conciertos y sesiones de pinchadiscos y la cosa irá a más cuando llegue el verano.

El estío será una prueba de fuego para el negocio. «Abrimos no mes de setembro, xusto ao rematar a campaña. Ao principio pensamos que era unha pena, porque perdéramos os meses máis fortes. Pero agora pensamos que estivo ben así, porque tivemos tempo de poñernos a punto, de collerlle o ritmo a isto sen pasar apuros... Se tivésemos arrancado en verán, a saber como tería saído todo», comenta Nolo. Hablamos en la taberna cultural, una mañana tranquila. Hay varias mesas ocupadas por clientela que combina café y refrescos sobre las mesas. La hora del vermú, sobre todo los fines de semana, es uno de los momentos fuertes de un establecimiento que no quiere huir de la noche, pero que tampoco quiere vivir pendiente de que caiga la oscuridad sobre Vilanova.

 Y es que Nolo, David y Xocas tienen muy claro qué es lo que quieren que sea su negocio: mucho más que un bar, mucho más que un pub. Es casi un manifiesto que habla de cultura y de compromiso. «Decidimos non ter tele, non ter fútbol. E por suposto, non ter máquinas de xogo, que é algo do que estamos súper en contra». Y por una vez, no hay distancia entre el discurso y los hechos, algo que se agradece.

La propuesta de estos tres jóvenes vilanoveses está cargada de los encantos de una puesta de sol sobre O Terrón y de la buena música que nunca deja de sonar. En A Cofradía las listas de reproducción se cuidan hasta el extremo, aquí la música, para sonar, tiene que ser cosa seria. Y los conciertos se suceden. En eso, los responsables de este jovencísimo establecimiento juegan con la ventaja que les ha dado ser los organizadores del Rockin’Vila, un festival que fue un claro síntoma de que algo se movía en la escena cultural de Vilanova. Y sigue moviéndose.