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Las peregrinaciones del arciprestazgo de Bergantiños a Compostela en el pasado

luis ángel bermúdez fernández

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Escultura en Prearada (Sofán) dedicada al párroco Antonio Carracedo.
Escultura en Prearada (Sofán) dedicada al párroco Antonio Carracedo. JOSE MANUEL CASAL

Las huellas de la religión | En pocos días habrá una marcha a Santiago. No será la primera, y todas fueron multitudinarias

12 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El próximo 3 de abril, las parroquias que forman el arciprestazgo de Bergantiños peregrinarán a Santiago de Compostela con motivo del Año Santo, ampliado a causa de la pandemia. Hace unas semanas, el culto sacerdote Xosé Pumar publicaba un artículo sobre la peregrinación de los arciprestazgos en la hoja parroquial de Carballo, A Xanela, con todo el protocolo y ceremonial que tenían en aquel entonces.

Aparte de las crónicas que han llegado hasta nosotros en el Boletín Oficial del Arzobispado de Santiago, también conservamos noticias muy minuciosas en diarios de la época sobre la visita de los bergantiñáns a la ciudad del Apóstol. El fenómeno de las peregrinaciones, tal y como lo concebimos actualmente, es algo muy reciente, de las décadas finales del siglo pasado; todavía los canónigos más veteranos recuerdan que antiguamente venían uno o dos peregrinos de forma ocasional y que comunicaban su llegada en la propia sacristía de la basílica.

En el archivo capitular se pueden ver antiguas relaciones de estos devotos, insignificantes si las comparamos con las cifras actuales. Tanto el cardenal Martín de Herrera, como apunta Pumar Gándara, así como el cardenal Quiroga Palacios, fueron los promotores del realce al culto jacobeo mediante las peregrinaciones. Del mismo modo, la renovación e impulso de la Archicofradía del Apóstol, que incluye a cofradías locales dedicadas a Santiago a lo largo y ancho del mundo, vino de la mano del arzobispo, hoy cardenal, Rouco Varela. La peregrinación individual de cada arciprestazgo fue un preludio claro del fenómeno multitudinario iniciado a finales del siglo pasado.

Buscando en varias hemerotecas en la web, podemos ver notas de prensa sobre las peregrinaciones del arciprestazgo de Bergantiños relativas al Año Santo de 1909, 1920 y 1937. La fecha escogida para ir en romería a Compostela era siempre a finales de mayo, entre el 25 y el 27, partiendo de las parroquias entre dos días antes o la misma víspera del acontecimiento.

En 1909 llegaron, según la fuente consultada, cinco mil bergantiñáns a Santiago, que se confesaron y comulgaron el día anterior en la iglesia conventual de San Francisco. A las once del día siguiente salió la procesión de la Alameda, acompañada de la banda y encabezada por dos estandartes. El primero, portado por los hombres, llevaba el sepulcro apostólico bordado, mientras que el segundo, representando a las mujeres del arciprestazgo, contaba con la Cruz santiaguista. Llegados a la catedral, el párroco de Xaviña, Bernardo Louro y Louro, celebró una misa rezada, mientras que el arcipreste y cura de Carballo, José Carballeira Pérez, dirigió el rosario. Asistieron todas las parroquias de la zona excepto la de Lema, ya que el día 24 de mayo, antes de salir, falleció su párroco, Joaquín Gómez Quintela.

Sermón en Berdillo

La siguiente peregrinación de la que se conservan datos es la del 27 de mayo de 1920, con asistencia de dos mil fieles. Previamente, hubo pega de carteles y un sermón en la feria de Berdillo por parte de los clérigos de la zona, para invitar a los feligreses a asistir y a visitar al apóstol Santiago. La salida tuvo lugar el 25 de mayo de la iglesia de Sofán, encaminándose por Rus y luego por Anxeriz, donde tuvo lugar una misa a las 6 de la mañana.

Llegados a la capital, ya el día 27, Antonio Carracedo celebró la eucaristía en la iglesia conventual de las madres Mercedarias, donde tenía allí una hermana de monja de clausura.

Como establecía el ceremonial, se organizó una procesión desde A Ferradura para encaminarse hacia el Obradoiro, donde esperaban varios canónigos, entre ellos Antonio Rodríguez Villasante o Manuel Capón Fernández, en representación del cabildo metropolitano. Esta vez, la misa fue celebrada por el párroco de Seavia, Manuel Tarrío Freire, y el rezo del rosario corrió a cargo del rector de Anxeriz, Luis Liste Mourenza. Al final de los actos funcionó, como era costumbre, el botafumeiro, acompañado del recién estrenado himno Santo Adalid. Como curiosidad, los periódicos recogen que antes de regresar, los párrocos de Sofán y Rus, Antonio Carracedo y José Hermo Romay, pagaron de su bolsillo la comida a los doscientos y tantos feligreses que los acompañaron.

La última memoria relativa a las peregrinaciones de Bergantiños es la de 1937, en plena guerra civil. Este Año Santo, tal y como aconteció con el 2021 por el coronavirus, fue ampliado con motivo del ambiente bélico. La estimación de romeros de la zona fue de unos dos mil, que siguieron el ritual previsto en los otros jubileos. La recepción en el Obradoiro corrió a cargo de los canónigos Robustiano Sández Otero y Pío Gil; la misa fue presidida por el párroco de Lendo, mientras que el rosario fue rezado por el cura de Razo durante la celebración.