El arquitecto portugués diseñó el nuevo espacio funerario del templo compostelano
12 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.«Un sueño». Así calificó el arquitecto portugués Álvaro Siza (Matosinhos, 1933) la oportunidad que le dio la catedral de Santiago al encargarle el diseño del nuevo espacio funerario del templo, que está destinado a convertirse en el lugar de reposo de los arzobispos de Compostela.
En el pequeño espacio que ocupa, que está conectado con la nave central, el premiado arquitecto luso ha apostado por el contraste entre el mármol blanco y el granito, jugando con la luz natural que tenía la estancia, que pudo haber sido utilizada con anterioridad como lugar de almacenamiento. El proyecto incluye un túmulo funerario con tres nichos diseñado y construido en mármol blanco de Estremoz, con un peso de más de 4,5 toneladas y que se realizó de manera que pareciese una única pieza y sin elementos metálicos. Lo acompañan dos bancos, un pequeño altar y una cruz de plata. Desde el propio templo completaron el recinto funerario instalando una virgen del siglo XIII.
El resultado de la intervención «es tan evocador que permite percibir ese sentimiento de algo que nos impulsa a lo alto», ensalzó el director de la Fundación Catedral, Daniel Lorenzo, que añadió que la propuesta de Álvaro Siza «adquiere un tono casi onírico», resaltando su capacidad para generar un espacio lleno de espiritualidad y significado.