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Tras el rastro de las tumbas milenarias

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VEN A GALICIA

En el entorno de Vigo se pueden contemplar dólmenes y mámoas de 5.000 años de antigüedad

16 mar 2022 . Actualizado a las 15:12 h.

Las palabras clave de esta ruta son megalitismo, dolmen, anta y mámoa. La primera hace alusión a un momento cultural, hace en torno a los cinco mil años, caracterizado, entre otras cuestiones, por la presencia de elementos realizados con grandes piedras. Las otras tres claves afinan el uso y la forma. La primera nos traslada a los enterramientos colectivos de comienzos del Neolítico. El dolmen o anta define el conjunto de piedras que conforman un tipo de enterramiento en el que hay una cámara funeraria y un pasillo de acceso, mientras que mámoa es la palabra gallega que engloba el dolmen y el conjunto de tierra y piedras que lo cubren para protegerlo.

Esta protección no ha servido de mucho ya que a lo largo de la historia este tipo de enterramientos fueron continuamente expoliados. En primer lugar, con la intención de robar los objetos de valor que podían tener en su interior, ya que a las personas se las enterraba con sus pertenencias más valiosas. Pero también para reutilizar las grandes piedras empleadas en su construcción. Debido a ello, este tipo de enterramiento neolítico se ha visto muy alterado y, sobre todo, eliminado.

En Vigo hay constancia de la existencia de una mámoa en el entorno del Club de Empresarios de Galicia. Este elemento aparece en un pleito entre los habitantes de Canadelo y Vigo fechado en 1097. Pero del trato dado a este tipo de manifestaciones culturales da buen ejemplo lo ocurrido cuando se construyó el Ifevi. Varias mámoas fueron destruidas, aunque se aplicó aquella vieja fórmula de lavado de cara denominada excavación de urgencia.

Y ese trato no es una cuestión del pasado. Hoy en día, el dolmen conocido como Casa dos Mouros, ubicado en la parroquia de Candeán, lleva vallado desde hace varios meses por el Concello de Vigo. Aluden a un peligro de derrumbe, pero no se ha hecho nada para evitarlo. Hace unos años, este dolmen ya fue vandalizado. Alguien pintó en su interior un símbolo relacionado con la serie Harry Potter.

En esta parroquia viguesa se puede recorrer una ruta que conjuga naturaleza y megalitismo. Ya hace años, la Comunidade de Montes de Candeán emprendió un proyecto de puesta en valor de sus dólmenes. Está toda la ruta bien señalizada y quien la recorre puede obtener información esencial para comprender lo que está viendo. Además, se pueden ver distintos tipos de restos. Desde la ya nombrada Casa dos Mouros hasta una mámoa situada justo detrás del cementerio privado de la parroquia, en la subida al Vixiador.

Esa ruta se puede ampliar si se continúa andando hacia Monte Penide, ya en el municipio de Redondela. También aquí está bien señalizada toda el área arqueológica, una de las más grandes de toda Galicia en cuanto al número de mámoas que conserva. El elemento mejor conservado de todos es el dolmen conocido como Casa do Rei. Siguiendo la pista forestal que se abre a sus pies se pueden ver numerosos restos de los dólmenes que se sucedieron allí en el pasado. Además, hay información para contextualizar y comprender mejor el yacimiento.

Otro punto importante para ver elementos megalíticos en buen estado de conservación es el Xaxán, en Moaña. En el parque forestal próximo a la cima se encuentra el dolmen de Chan de Arquiña y, no muy lejos de allí, en el entorno del lago Castiñeiras, ya en el municipio de Vilaboa, hay un conjunto de varios elementos megalíticos, entre ellos, sobresale la Mámoa do Rei, reconstruida hace unos años, momento en el que fueron localizados en su interior ídolos antropomórficos.

Fuera de lugar

El municipio de Mos también mantiene varios puntos de interés en sus límites con Vigo. En esa línea poco definida apareció hace ya muchos años el conocido como dolmen de Cela. Fue durante las obras de construcción de la ciudad deportiva del Mercantil. Todo el conjunto fue trasladado y hoy en día está situado en una isleta dentro del complejo deportivo.

Un traslado similar experimentaron los dólmenes de O Rebullón. Hoy en día se pueden ver dos en el interior del complejo cultural vecinal As Pedriñas. Tienen un panel informativo.

Seguramente debido a la reutilización de sus piedras, los dólmenes han sobrevivido mejor en zonas montañosas y boscosas que en espacios más habitados. En Covelo, por ejemplo, están documentados numerosos elementos megalíticos, algunos en altitudes superiores a los 900 metros. En A Cañiza ocurre algo similar, aunque en este caso, la altitud es menor.

En la comarca de O Baixo Miño destaca el municipio de Tomiño por el número de mámoas y dólmenes documentados. De hecho, su gobierno local realizó distintas rutas guiadas para poner en valor estos elementos patrimoniales.

En Cangas no se tenía constancia de ninguna mámoa hasta que se realizaron los informes patrimoniales preceptivos antes de la aprobación del plan general de urbanismo. Entonces, el arqueólogo Alexandre Paz Camaño descubrió la Mámoa de Fontedola, en Chan de Ervello. Con esta aparición ya solo queda el municipio de A Guarda sin ninguna mámoa documentada en la zona viguesa.