El Concello restaura un mirador de aves a modo de palafito y tiene otro creado con «terróns»
13 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.A Lagoa de Antela sigue siendo la Arcadia de un paraíso perdido y añorado. Un humedal que algunos sueñan con recuperar, aunque solo sea parcialmente, y que otros defienden como un lugar donde explotar unos recursos que pasan fundamentalmente por la actividad agrícola y la mineral extractiva. En el territorio se conjugan realidades como las referidas al aprovechamiento económico y la condición de espacio privilegiado para disfrutar de la fauna del entorno. De hecho la Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) de A Limia incluye a los municipios de la comarca y a un buen número de concellos limítrofes con los mismos.
Laguna y aves son el binomio perfecto en el que se apoya el Concello de Sandiás para desarrollar un proyecto que busca poner en valor estos recursos, al tiempo que se recupera y se reivindica la relación histórica de los vecinos con A Lagoa de Antela y las antiguas arquitecturas relacionadas con la misma.
Sandiás ha promovido el proyecto de restauración de uno de los antiguos miradores de aves ubicados en las antiguas areneras y para materializar la reforma se ha elegido un modelo basado en los antiguos palafitos de la laguna, siguiendo las indicaciones de una técnica de Medio Ambiente. Según señala el concejal de Cultura y Comunicación de Sandiás, José Pérez Gándara, se procedió «ás labores de roza, teitado e arranxo do Miradoiro 1 das Areeiras, respectando a flora e a intimidade da fauna existente». El trabajo de la cubierta es el más complicado y difícil, ya que «cada certo tempo hai que teitalo renovando o colmo, unha laboura que dá bastante traballo. Para facela utilizáronse espadanas para o teito e para os laterais canas de salgueiro».
El Concello de Sandiás propone a los aficionados a la ornitología un Roteiro de avistamento de aves en la zona y para esta actividad se cuenta con dos miradores en funcionamiento: el recién restaurado y otro creado con el modelo de una «casa de terróns». Existe un tercero, aunque en estos momentos está inoperativo al estar pendiente de recuperación tras ser quemado.
Desde la administración local se incide en el valor del patrimonio vinculado a la vida de los vecinos de la zona, tomando como referencia las investigaciones y trabajos del etnógrafo Elixio Rivas, quien describe el proceso de creación de las estructuras de la zona, incidiendo el Concello en la posible relación entre los palafitos que se usarían antiguamente en las zonas de la laguna con las «palleiras de terróns de terra firme». La institución municipal recuerda que «Elixio Rivas defende que despois de centos de anos vivindo nos poboados lacustres, foi esmorecendo o hábitat e coa aparición da agricultura saltamos a terra, fabricando as cabanas de terróns nos pobos máis antergos como a Corga, Labandeira e Zadagós».
Una ZEPA para disfrutar
En los diferentes pueblos de la zona se han contabilizado 150 palafitos, conocidos como «cortellos, palafitos ou piornos» según la zona.
Los dos miradores que tiene en servicio Sandiás, junto con el tercero cuando se restaure, permiten disfrutar de la riqueza de flora y fauna protegida por la figura de la ZEPA de A Limia. Aves, invertebrados, mamíferos y reptiles componen un conjunto que va desde el aguilucho cenizo o el gavilán rastrero, al escarabajo acuático, los murciélagos de bosque o grande de herradura y la víbora de Seoane, entre otros animales. En la flora del entorno destacan las zonas de brezal-tojal (22,33 % del total), carballeiras, concentración de alisios y cañaverales, entre otros espacios.