Turoperadores rusos y ucranianos visitaron varias veces la comarca desde 2013 y Mar de Santiago trabajó este mercado este mismo año en Fitur
26 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.En mayo del 2013, tourperadores rusos, ucranianos y kazajos hacían piña a la hora de visitar la comarca para conocer los recursos turísticos de O Salnés. Casi nueve años después Rusia y Ucrania están inmersos en una cruenta guerra que deja muy lejos aquellos días felices paseando por la plaza de Fefiñáns y cenando marisco en O Grove.
Entonces, la Mancomunidade do Salnés empezaba a trabajar el mercado ruso y su ámbito de influencia con el fin de conseguir un pequeño trozo de esta suculenta tarta. Organizó expediciones de tourperadores en 2013, en 2014 y en 2016, y en febrero de 2017 un grupo de aguerridos integrantes de la Asociación de cosacos del Volga realizaron un tramo de la Variante Espiritual cantando y portando un icono de la virgen María de 40 kilos de peso.
El trabajo de promoción estaba en marcha y solo había que esperar a recoger los frutos. Nunca fue el ruso un turismo significativo en la comarca, pero sí empezaba a detectarse un interés creciente por parte de la comunidad rusa e ucraniana en España. Por Cambados hasta se dejó ver un ministro de Putin, aunque viajó de incógnito y buscando precisamente eso, el anonimato, que se puede disfrutar en O Salnés.
Pasada la pandemia y al reclamo del Año Xacobeo, se volvieron a lanzar las redes en el mar eslavo, ahora bajo el paraguas de la marca Mar de Santiago apadrinada por los concellos de Vilanova, Catoira, Valga y Pontecesures. Alcaldes y concejales se fueron en enero a Madrid a propósito de la feria Fitur y desde allí se desplazaron a la embajada rusa para presentar las excelencias de la ruta jacobea por el Mar de Arousa y Ulla con la ambientación musical de Roi Casal. Había muchas expectativas para este verano, pero todas se han visto frustradas debido a la guerra. Los turistas ni están ni se les espera y, de momento, los únicos que llegan son los refugiados ucranianos que llegan a Vilagarcía escapando de las bombas.
El turismo eslavo se cae de la agenda y no se descarta que el belicismo que se vive a las puertas de Europa del Este tenga un efecto dominó en otros países; por el miedo y la incertidumbre que genera esta situación y, también, por sus repercusiones económicas, pues con el combustible y la electricidad por las nubes, no se da el contexto más propicio para irse de vacaciones.
Según informan desde el sector hotelero, de momento no se están registrando cancelaciones, pero hay mucha preocupación para Semana Santa. Por que los turistas dejen de venir y por la escalada de precios que repercute, inevitablemente, en los productos turísticos.