El topónimo no se refiere a la palabra malsonante, sino a una formación pedregosa
19 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.No existe en Galicia la costumbre tan británica de recorrer un río desde su nacimiento hasta su final. Y, por lo tanto, carece de paseos no agresivos al lado de la corriente. Pero la aventura tiene su encanto, máxime si el río se llama Cabrón. Porque fue uno de los que permitieron la vida en esa zona alta limítrofe de la retaguardia del golfo Ártabro. El topónimo es malsonante porque recuerda la palabra homónima digna de no ser reproducida en un periódico serio. Porque este Cabrón procede del indoeuropeo kar, piedra, «ao dar case sempre nome a lugares pedregosos», dice el profesor Fernando Cabeza.
Para descubrir el nacimiento del Cabrón hay que dirigirse al conocido Mesón do Vento, y saliendo de esta pequeña localidad a la izquierda, hacia Cerceda, y rodeando el restaurante Avelino (uno de los templos de la comida tradicional gallega en amplia comarca), la carretera va sorteando algunas viviendas unifamiliares. Puro espacio rural tal y como se ha conformado en los últimos decenios en este país. A los 700 metros aparece una pista de tierra, la tercera a mano izquierda, y por ahí hay que meterse.
Dónde está el río se adivina sin dificultad incluso siendo lego en materia geográfica: corre por la parte más baja. Y en efecto, si se mira a la izquierda se tiene ahí mismo el nacimiento del Cabrón. Un charquito de nada que debe unirse a un manantial más potente justo debajo de la pista y ya corre claramente por la ladera si se mira a la otra parte.
En este primer tramo las torres de electricidad sirven de referencia, puesto que el río es compañero del cableado. De manera que hay que describir una u (o sea, dos giros a la derecha o dos giros a la izquierda, como se prefiera, en los siguientes cruces) por esas pistas de la parcelaria para ver el siguiente paso, que queda a la altura de la aldea de Moscoso, en donde en tiempos medievales fue levantada una torre de la que nada queda.
De nuevo en u (esta va a ser la tónica, en este caso por la derecha) para ver de nuevo la corriente. Ya se adivina sin problemas por dónde va a ir, porque desde esos casi primeros metros forma un denso, delgado y bello bosquete de ribera que parece protegerlo.
En fin, una pista muy recta y nueva marcha en paralelo al Cabrón, dejándolo a la diestra a escasa distancia. Cuando gira hacia la mano contraria, ascendiendo, conduce al lugar de Os Carrucheiros. Ahí un par de casas llaman la atención, sobre todo una de ellas, con un magnífico hórreo. Pero el visitante se pregunta dónde está la belleza. Para verla hay que seguir y contemplar el frente de los edificios, no la parte trasera. Desde Os Carrucheiros se gana la carretera nacional 550. Mesón do Vento queda a la izquierda.
EL NACIMIENTO
43°08’36’’N 8°23’44’’W.
EN BICICLETA
Muy fácil desde Mesón do Vento. El problema es la vuelta.
LA MEJOR FOTO
En el nacimiento.
EL DESAFÍO
Continuar el curso del río.