Regreso de los festejos en su jornada y formato tradicional, con mucho público
18 mar 2022 . Actualizado a las 22:03 h.«Quítate esa mascarilla, que te quiero conocer y si no eres casadita pronto serás mi mujer», así cantaba una de las rondallas que se detuvo ante la pastelería Gascón de la calle Real de Ferrol, que elabora unos bombones especiales para cada edición de Las Pepitas.
Uno de los festejos más queridos en Ferrol recuperó este viernes su trono. Se celebró en la jornada anterior a la festividad de San José y no en septiembre, como sucedió con la pasada edición que la pandemia obligó a retrasar siete meses. Con mascarillas y hasta integrándolas en las letras de las canciones, la fiesta de las rondallas cosechó un gran éxito de público, tanto siguiendo a las formaciones en sus paseos por el barrio de A Magdalena, como ante el gran escenario que se colocó en la plaza de Armas y donde las sillas eran de lo más codiciado.
También fueron Las Pepitas más mediáticas en redes sociales. Instantes después que la ronda pasase ante un balcón o un escaparate ya estaba el vídeo circulando por los caminos de Internet. Comercios de todo tipo dedicaron un espacio a las bandas de colores en sus negocios y después subieron el vídeo correspondiente: «Estamos muy agradecidas de que se hayan detenido ante nuestro pequeño homenaje», aseguraban dos de las responsables de Niebla, una tienda que tiene una ventana muy activa en Instagram.
«Menos mal que han vuelto, yo pensaba que ya nunca las iba a ver por Ferrol», aseguraba Obdulia, una octogenaria que bajó ayudada de unas parientes y que disfrutó como cuando «era joven».
Concordia
El acto oficial en el teatro Jofre también tuvo una carga de emoción especial tras el parón cultural ocasionado por el covid, que estuvo presente, una vez más, en las telas que tapaban la cara a público, madrinas y rondallistas.
Tanto el alcalde de Ferrol, Ángel Mato, como el de Mondoñedo, Manuel Otero, pidieron paz y concordia «entre os pobos nos seus discursos, nos que puxeron como exemplo a histórica relación entre ambas cidades, que oficialmente ten menos de dúas décadas, pero con raíces seculares», según señaló Mato que apuntó a la misma realidad que comparten.
«Ni tan mal, tuvimos buen tiempo y estamos aquí, así que nos vengamos o al menos nos olvidamos del bicho por este año», aseguraba uno de los participantes, que se vanagloriaba de compañeros que acudieron incluso en silla de ruedas.
Cualquier cosa con tal de no perderse una edición que supone al recuperación de momentos y recuerdos muy alegres para la historia de la ciudad. Ante una de las niñas que tocó la pandereta sin cesar con la rondalla Mugardesa incluso reaparecía optimismo con lo que más les preocupa a los promotores de la fiesta: la falta de interés de los jóvenes. «¿Quién dice que no hay relevo?», enfatizó uno de los que aplaudieron a esta formación y a otra con voces jóvenes: la femenina So elas, que también arrancó muchos vítores en su actuación en el escenario instalado en la plaza de Armas.