Estos rincones naturales, que lucen más que nunca en esta estación, merecen una visita
21 mar 2022 . Actualizado a las 10:37 h.Paisajes que florecen, nieves que se deshielan, bosques que recuperan su manto, más horas de luz... Son muchos los motivos que justifican el abandonar el letargo invernal y el reinicio de la actividad senderista. Aquí te dejamos ocho convites
Camariñas-Cabo Vilán
Entre un mar de flores. Ahora que los temporales comienzan a amainar es buen momento para hacer esta ruta, una de las más espectaculares de la Costa da Morte. Se trata de un recorrido circular de 16 km que parte desde el castelo do Soberano, en el extremo sur del puerto camariñán. A partir de ahí, la ruta discurre paralela al Atlántico, dejando atrás pequeñas y sosegadas calas y acantilados rocosos golpeados por el oleaje. Las vistas son soberbias durante todo el trayecto y culminan con la aproximación al agreste cabo Vilán dominado por su imponente faro, cuyo contorno suele aparecer en estas fechas cubierto por un manto floral teñido de amarillo y violeta.
Fervenza de Castriz (Santa Comba)
El rugir del agua. Una cadena de cascadas y de molinos dota de singular espectacularidad este paisaje formado por el río Mira. Especialmente durante los meses de primavera, en los que baja embravecido. Desde el centro de Castriz, junto a un cruceiro y un peto das ánimas, parte el ramal que conduce hacia la fervenza, en cuyo entorno se han rehabilitado cinco molinos y se ha dispuesto un área recreativa. Se trata de un cómodo recorrido de poco más de dos kilómetros, que en su parte final se realiza por una pasarela de madera.
Costa do Vicedo
Más al norte, imposible. La de Costa de Vicedo pasa por ser la ruta de senderismo homologada situada más al norte de Galicia. De ahí que para realizarla sea aconsejable esperar a las bonanzas del clima primaveral. La senda es lineal y tiene un recorrido de 13 km. Comienza en el puerto de O Vicedo, recorre la costa pasando por playas solitarias y abruptos acantilados hasta llegar al arenal de San Román y la punta de O Fuciño do Porco. En el kilómetro 7 se encuentra el mirador de Illa Coelleira con la fantástica vista de este pequeño islote en el que existió un monasterio templario.
Vilagocende
La segunda más alta de Galicia. La primavera es el mejor momento del año para visitar cascadas. Las lluvias y el deshielo provocan que el caudal de agua sea abundante y sus saltos espectaculares. Con sus 54 metros de caída vertical, la seimeira de Vilagocende (A Fonsagrada) es la segunda cascada más alta de Galicia, tras la de Segade, si bien su entorno natural es mucho más salvaje que el de aquella. Se accede desde la LU-721 a través de un hermoso y frondoso sendero de poco más de un kilómetro.
Tres Bispos (Ancares)
Una cumbre imprescindible. Con 1.792 metros de altitud, es una de las cumbres que no puede faltar en el currículum de cualquier aficionado a la montaña. Y ahora es el mejor momento para acercarse a ella. Ni sometida a los fríos y a las nieves del invierno, ni a la solaina implacable del verano. La ruta tiene 18 kilómetros y parte del albergue de Degrada (1.350 m). Los primeros kilómetros discurren por bosque hasta llegar a la campa dos Bispos. A partir de ahí, se asciende por una pradera multicolor.
Illa de Ons
La isla en su mejor momento. Hasta hace unas semanas aventurarse a visitar Ons, azotada por temporales, tenía su punto de riesgo. Y dentro de unos meses, la isla será algo parecido a una romería. Así que la primavera es el momento perfecto. Varias rutas bordean la isla. Imprescindible subir al faro para disfrutar de sus imponentes vistas y visitar rincones como el Buraco do Inferno. No menos imprescindible disfrutar de su gastronomía. Presumen los lugareños de que allí se come el mejor pulpo de Galicia.
Pena Corneira
Los cuernos del Avia. Vista la foto que acompaña estas líneas, el nombre del montículo no requiere de más explicaciones. Ubicada en la comarca del Ribeiro, a Pena Corneira (675 m) se accede a través del sendero PR-G 78 que parte desde A Ponte das Poldras. en Leiro. El recorrido es lineal y tiene una longitud de 8,3 km. En su discurrir, y antes de llegar a los imponentes cuernos graníticos, el caminante se topará con el área etnográfica Regato do Foxo (formada por 6 molinos y 30 hórreos) y la iglesia románica de San Tomé de Serantes.
Monte Aloia
Majestuosa atalaya. Ubicado en la sierra de O Galiñeiro, el monte Aloia (629 m) se configura como una extraordinaria atalaya desde cuyos cinco miradores se divisan espectaculares panorámicas sobre el río Miño y grandes bosques de caducifolios. La ruta más habitual para acceder a su cumbre es circular, tiene 15 kilómetros y parte de la aldea de Circos (Tui), para posteriormente recorrer el sendero de los muíños do Tripes, alcanzar el alto de San Xiao y acercarse hasta el castro Alto dos Cubos.