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El desfile que recupera la esencia del entroido rural

María Cobas Vázquez
maría cobas O BARCO / LA VOZ

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Mascarada Ibérica en Viana do Bolo
Mascarada Ibérica en Viana do Bolo LOLITA VÁZQUEZ

La Mascarada Ibérica que hoy se celebró en Viana llega mañana a Vilariño de Conso

20 mar 2022 . Actualizado a las 18:31 h.

El entroido es diversión, es compadreo, es ocio... pero sobre todo es tradición en muchos puntos de la Península Ibérica. No se puede decir que se mantiene todo como décadas o incluso siglos atrás, porque los materiales han cambiado y los recursos económicos son otros, pero lo cierto es que hay muchos y muy buenos ejemplos de que lo que nos llegó de los abuelos de nuestros abuelos se puede mantener sin deturpar.

En la Mascarada Ibérica que comenzó en Viana y sigue mañana en Vilariño se dan cita una treintena larga de entroidos fundamentalmente de Galicia, pero también de Asturias, País Vasco y las dos Castillas, y también de Portugal y de la isla italiana de Cerdeña. Y si algo queda claro es que el rural no es tan distinto aunque haya un mar por el medio. Lo demuestra el hecho de que los de Cerdeña se vistan con lana de oveja o que lleven cencerros a la espalda. Sí, usan tamaños diferentes a los que se pueden ver en varios entroidos ourensanos, pero el sonido es similar. Y el oso de Vizcaya no es hermano pero podría ser primo del de Chantada o el recién recuperado en Buxán (O Bolo). Y el toro bolés de Celavente pudo haberse criado con el de A Veiga.

La Mascarada se ha convertido ya en una cita imprescindibles para los que quieren vivir el entroido en su esencia y descubrir en una única visita ejemplos poco multitudinarios, como los gallos de A Mezquita, compartiendo espacio con otros de interés internacional como las pantallas de Xinzo de Limia, que se van abriendo paso mientras chocan las vexigas. Una cita que no se pierde ni la Morena de Laza. Los vecinos viajaron hasta Viana con la hormiga más famosa del entroido, y también llevaron barro que tiraron al público, entre el que repartieron bica blanca. Igual había quien nunca visitó Laza, así que hicieron la de Mahoma en versión reducida pero con todos los elementos. Y, por supuesto, no faltaron los anfitriones, los folións y boteiros de Viana do Bolo y Vilariño de Conso.

La Mascarada Ibérica es como un museo al aire libre que además se mueve e interactúa con el visitante. Una experiencia única en Galicia que cada año atrae a más gente.

Para los que se despistaron y no fueron esta tarde, todavía queda una oportunidad mañana domingo. Desde las 11.30 horas los grupos volverán a desfilar, esta vez por Vilariño de Conso, desde la plaza hasta el área recreativa junto al río Cenza. Habrá además un mercado de artesanía.