Un mes para ver el último atardecer de Europa... ¡en la Costa da Morte!
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La comarca recupera estos días su privilegiado trono solar continental, con el epicentro en Touriñán, Muxía. Es una circunstancia y un proyecto que irán a más
30 mar 2022 . Actualizado a las 16:26 h.Uno de los grandes atractivos de la Costa da Morte durante parte de los meses de marzo y abril, desde el pasado 24, jueves, y hasta el 23, es que en la Costa da Morte tiene lugar el último y simbólico atardecer de la Europa continental, por Touriñán, como último punto geográfico, y todo su entorno. Por el litoral comarcal en general, ya que las diferencias de un punto a otro son de fracciones de segundo, dadas las cortas distancias, pero su significado es muy potente. Un recurso turístico que no deja de ir a más desde que, hace 14 años, el físico Jorge Mira realizó los cálculos (que publicó en La Voz) que prueban tal coincidencia, que se repite entre agosto y septiembre.
Un símbolo que, por cierto, podría ir a más. En la Xunta están valorando tomar este hecho como promoción turística de Galicia, una más de las relevantes. Pero, además, existen coincidencias entre la puesta del sol en la Costa da Morte y la salida en Japón, país que se identifica como el del sol naciente. Otra circunstancia que está en vías de ser explotada. Ambas suponen un plus para la divulgación comarcal, además de las ya conocidas relaciones de transición en este trono solar con el Cabo da Roca, en Portugal, y Noruega. El 23 de abril, por cierto, el sol se despide tocando al mismo tiempo Touriñán, Noruega y el Sáhara, uniendo Europa con África.
Este recurso fue explotado en ocasiones por la asociación de turismo de Muxía, ahora sin directiva. Su expresidente, Suso Lema, la sigue promocionando, pero individualmente. Por cierto que, en cuanto a reservas, siguen muy altas para Semana Santa, pero habrá más a última hora.
La privilegiada posición de la costa da Morte para disfrutar de esta peculiaridad, aunque solo sea en dos períodos del año, ha ido ampliándose con el tiempo, con una enorme repercusión mediática y publicaciones científicas de Mira al respecto, que además ha sumado indagaciones. Esa raya finita del adiós solar se calcula a ras de tierra y mar, pero no ocurre lo mismo en una elevación: en un avión, por ejemplo, el sol se ve más tiempo. Y en tierra eso pasa, por ejemplo, con el Pindo, en cuya Torre da Moa, a 600 metros sobre un mar a sus pies, es evidente que se ve la última luz de la Europa continental, un poco antes que en el Cabo da Nave y también segundos previos a los casi 600 metros que tiene el Pico de Meda de Zas. Todos ellos colocan a la Costa da Morte como balcón privilegiado de los atardeceres, que en diversos puntos del Mediterráneo llevan tiempo aprovechando, incluso con algunas disputas agrias entre Cadaqués y las Baleares. Y que en la Bretaña francesa, lejos de esos límites pese a su conocida doble Fisterra (las puntas de Raz y San Mateo) apuestan por ella en la búsqueda de un turismo sostenible y de calidad.