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Visita a dos iglesarios de Arteixo que antes se hacían la competencia

CRISTÓBAL RAMÍREZ

VEN A GALICIA

Iglesia de Morás, en Arteixo
Iglesia de Morás, en Arteixo cristóbal ramírez

Loureda y Morás, antaño unidos por un «carreiro», planta cara al avance de un área industrial

02 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Los dos iglesarios se hacían la competencia. Quizás, soterradamente, también los párrocos respectivos, eso nunca se sabrá. Pero sí en el alma de los vecinos, como recuerda todavía alguno de los muy mayores. O recuerda que le contaban los abuelos, que viene a ser casi lo mismo. Así, los iglesarios de Morás y Loureda —este más conocido que aquel— siempre estaban bien cuidados dentro de los posibles de que disponían.

Hoy es distinto. Además de por los cambios sociológicos que afectaron al mundo rural, también porque entre uno y otro se construyó la autovía que de Arteixo tira hacia Carballo. Y la división fue más real e incluso dura que la que imponían los montes que desde siempre los situaron fuera de la vista uno del otro, con el lugar de Martulo en el medio. Además, la zona industrial llega hasta casi ambos templos.

En los mapas de 1983 (escala 1:25000 del Instituto Geográfico Nacional) todavía se indicaba que para ir de uno a otro había un «carreiro». Y por cierto, intransitable cuando había llovido mucho. Ahora es diferente. La carretera presume de anchura y, por supuesto, de asfalto.

De manera que búsquese en Arteixo, como referencia, su decimonónico y reconvertido balneario y déjese este a la derecha. Carretera adelante, casi recta, y al dar al fondo la curva a la izquierda —esas casas se llaman Foxo— aparece un desvío a la misma mano señalizado Igresario. Por ahí hay que ir, siempre sin pendientes, dejar atrás el núcleo de Queira (gran hórreo y casa a la izquierda) y continuar por la DP-0508 una distancia de 1.200 metros más allá de esa pequeña aldea, para llegar a un gran aparcamiento con un bar allí mismo donde se dan cita las gentes de la comarca, los que llevan viviendo toda la vida en sus alrededores. Establecimiento muy grato con servicio muy atento.

Detrás, el complejo artístico de Loureda. Lo primero que llama la atención es la rectoral, que en unos pocos años habrá rejuvenecido, empezando por su magnífica torre cuya parte superior está a la vista. Atención al palomar, ya remozado.

Y al frente, la iglesia de Santa María con su muy sobria fachada de líneas que recuerdan el mundo clásico. Contrafuertes en verdad necesarios en los laterales porque la altura es mucha, y eso hace peligrar la verticalidad. Pero la sorpresa se esconde más atrás, cuando aparecen los elementos románicos, la cruz antefija arriba de todo.

Y a partir de ese enclave, en menos de diez minutos se llega al iglesario de Morás, sin duda mucho más modesto desde el punto de vista arquitectónico pero un lugar también entrañable y digno de una visita.

LOUREDA

43º17'37''N - 8º29'18''W.

MORÁS

43º17'56''N - 8º28'23''W.

LA MEJOR FOTO

Con el hórreo de Morás como telón de fondo.

EN BICICLETA

No recomendable.