Por toda la provincia se reparten murales promovidos por concellos, colectivos o particulares
04 abr 2022 . Actualizado a las 12:42 h.El último en incorporarse a la nómina de obras de arte en los espacios públicos rinde homenaje al flamante ganador del Goya al actor revelación, Chechu Salgado, y está firmado por el ourensano Mon Devane. Un artista, todo sea dicho, que cuenta con una profusa representación por toda la provincia tanto en espacios públicos como en edificios institucionales o empresas. El muralismo gana cada vez mayor presencia y protagonismo en la provincia de Ourense y la relación de obras, temáticas y autores se va ampliando a cada paso.
En la ciudad la nómina de referencias es prolífica en espacios y nombres. El mural de Chechu Salgado es el último de una relación en la que se podrían incluir desde las primeras acciones más sencillas —medianeras del entorno del Puente Nuevo o parque de las Zapatillas— al conjunto de obras junto al Barbaña en el entorno de la Molinera —con los retratos de Cristina Pato, Risco y otros ourensanos realizados por Camilo González y Abraham Caride—, el mural al pie del Miño recordando a la joven víctima del accidente de Angrois o la pieza creada a cuatro manos en Ervedelo entre Zapata y César Prada, entre otros.
Verín, Xinzo, O Carballiño
En la capital del Támega cuentan con una buena relación de referencias y autores. El icónico Joseba Muruzábal creó en su momento la obra Fenómenas do rural y por todo Verín se reparten obras firmadas por Mon Devane, Leila Losada, Fernando Barreira, Maribel Álvarez Trujillo, Estela Barreira y José Antonio Quintas. Dafer cuenta con un par de obras, una de ellas con Santiago Ramón y Cajal como protagonista en su relación con las aguas minero medicionales del municipio.
En O Carballiño comenzaron hace unos años a recordar a los escritores que dan nombre a las calles de la villa o que han sido protagonistas de las Letras Galegas. La última en incorporarse ha sido Xela Arias, a quien se recuerda en la Praza da Mina. En Arcos se realizó un acción artística hace unos años, con el pulpo como protagonista.
Entre las acciones desarrolladas en Xinzo destaca un mural desarrollado por el colectivo Matrioska. Esta misma asociación promovió el pintado de un muro del parque infantil de Celanova, con diseños que colorearon los niños que participaron en una actividad de verano.
En una aldea del rural, con imponentes vistas sobre el Xurés, fue la asociación vecinal de Puxedo (Lobios) la que utilizó los murales de Mon Devane para mostrar gráficamente el ciclo del pan, además de retratos de vecinas como la querida Remedios o el gaiteiro Perfecto, en una convivencia entre la etnografía y lo contemporáneo que ha renovado todo el pueblo para bien.
En O Barco de Valdeorras hay varias muestras del arte en paredes que merecen una visita, como el mural del cine en el casco viejo en el que Darth Vader y Chaplin indican la dirección a Viloira. Y río abajo, el Camiño de Inverno protagoniza dos propuestas, una de Abraldes (que firma un mural sobre la misma temática bajo el puente de la N-120 a la entrada a A Rúa) y otra de Óscar Padrevecchi. Y en el Malecón está el diseño colaborativo de Chere.
En Vilamartín, Florencio Delgado Gurriarán aparece en tres propuestas distintas: en el área recreativa de O Bañadoiro (obra de Orde e Caos), en el patio del colegio (un trabajo conjunto de Orde e Caos y Xandre en el que también participaron los alumnos del centro) y en la fachada de la casa de Anxo Baranga, en este caso compartiendo protagonismo con otros nombres destacados de la literatura y la música de Galicia.
En Trives, Lidia Cao firma La ciencia en femenino, que recoge el retrato de seis mujeres con raíces en la localidad que destacan por su labor investigadora.