Los hermanos Tarrío Peón avanzan hacia el medio siglo en el sector con un hotel confort, el primero de la localidad, en el que sus hijos toman el relevo
04 abr 2022 . Actualizado a las 23:23 h.El Hotel Lux, en Melide, está repleto de cuidados detalles. Como el de la food truck instalada en la terraza de la primera planta para uso exclusivo de los clientes. «Carmela. Desde 1973», se lee en la camioneta gastronómica; un guiño a los orígenes en el sector hostelero de la familia propietaria del establecimiento, un tres estrellas de reciente apertura que eleva a la oferta de una localidad que busca ganar posiciones como final de etapa —no lo es oficialmente— en la ruta de peregrinación más transitada: el Camino Francés. Carmela es por sus vecinos conocida como Carmiña. Y, junto a sus hermanos Isabel, Teresa y Suso, abrió, hace cuarenta y nueve años, O Burato, la churrería por excelencia de Melide.
Del viejo local, al fondo de un callejón que sobrevivió en el centro urbano, solo queda el nostálgico recuerdo de los comienzos, y, a su lado, la pensión con la que la familia Tarrío Peón diversificó su actividad, estrechando lazos con el turismo vinculado al Camino de Santiago. Hace doce años que los hermanos, constituidos en sociedad, abrieron A Berenguela, que, con doce habitaciones, se quedó pequeña para dar respuesta al incremento de la demanda de plazas para pernoctar que trajo consigo el progresivo auge de la ruta jacobea. «Non nos collía a xente; temos tido días nos que tiña que marchar, e dábanos pena», cuenta Isabel para explicar que, pensando en una ampliación futura, «tiñamos o solar» en el que ahora se levanta un inmueble de cuatro plantas con enormes cristaleras y privilegiadas vistas al centro urbano de Melide.
Los hermanos Tarrío Peón promovieron la construcción del hotel «para nós, non, que o pensamos moito, pero polos que veñen atrás», cuentan. Son los padres quienes le abren camino a los hijos, y, entre los primos de la familia, fue Pablo Vilariño el que «pousou a carreira, e se puxo ao fronte do hotel», comentan, orgullosas, su madre y su madrina. Con la seguridad que dan la confianza y el respaldo familiar, el vértigo y el respeto que imponen los comienzos, y la humildad que a uno le enseñan en casa, Pablo afronta el reto profesional de que «o hotel sexa o mellor de tres estrelas de Lugo a Santiago», apunta. Y lo hace «con axuda», dice para señalar, al hilo, a su primo Xaquín Tarrío, a su hermano Alberto, disponible en todo momento al otro lado del teléfono, y a su prima Maite Sánchez, que siempre está cerca. Cuentan Isabel y Carmiña que la exquisita decoración del hotel le quito horas de sueño a Maite, que eligió con gusto la ropa de cama que distingue cada una de las 35 equipadas y confortables habitaciones; algunas, incluso, con zona de cocina. Son las estancias más expuestas al escrutinio del huésped, que cuenta en el Hotel Lux con todos los servicios propios de un tres estrellas.
Dos salas de ocio, otra de juntas, lavandería para uso del cliente —al margen de la propia del hotel—, y comedor con bufé para desayunos y cenas también forman parte de las instalaciones, con garaje para vehículos, y para bicicletas, «porque vén moita xente en bicicleta que quere gardala», apuntan, desde la experiencia que les proporcionó gestionar la pensión, las hermanas Tarrío, que, desde igual perspectiva, también señalan el sistema de climatización como «unha das cousas nas que máis énfase se puxo». Incorporados nuevos servicios, lo que permanecerá inalterable en el nuevo establecimiento familiar es la marca de la casa: «para nós o máis importante é a limpeza», subrayan Carmiña e Isabel. El blanco es, desde luego, el color que impera en el hotel, y es, además, inmaculado.
«Este establecemento permítenos traballar con grupos grandes»
El Hotel Lux no solo renueva la oferta hostelera para pernoctar en Melide, donde el establecimiento con el que la familia Tarrío Peón crece dentro del sector es, con tres estrellas, el de mayor categoría de la localidad. «Permítenos traballar con grupos grandes», apuntan las hermanas Carmiña e Isabel, luego de contar que la pensión que también regentan en Melide «enchíanola unha soa axencia», y «unha parte fundamental nas reservas é Booking». Son una docena de habitaciones dobles, frente a las 35 —también para dos personas, y, alguna, con supletoria— del hotel, que ya tiene asegurado su primer lleno de un grupo grande para este verano: el de la Guardia Real, que, en su peregrinación a Santiago, pernoctará en Melide los días 12 y 13 de julio.