El plan empieza antes después del parón del covid, que lo ha adelantado en el reloj. El ocio nocturno recupera poco a poco el músculo y las ganas se palpan en las calles
17 abr 2022 . Actualizado a las 13:18 h.El ocio nocturno ha regresado a Galicia tras la pandemia. Algo desentrenados después de dos años y con una generación perdida que no ha podido vivir la noche hasta sus 20, las ganas de fiesta se palpan en el ambiente. Entre rótulos nuevos y otros que dijeron adiós, resisten clásicos que lograron salir casi intactos de la uci. El horario se ha europeizado y el plan arranca más temprano. La copa empieza en la tarde, pero no pierde fuerza al anochecer. Así es hoy la foto del ocio nocturno en las principales ciudades gallegas.
A Coruña: Punto y seguido en una noche que resiste
De la vinoteca al pub pasando por una de las discotecas revelación del país. En ella arrancamos el recorrido nocturno en A Coruña, de la mano de su público habitual en las madrugadas de los fines de semana, que no es otro que el más joven. Este grupo de amigos, todos ellos universitarios de entre 20 y 24 años, disfrutan del regreso al ocio nocturno en la sala Pelícano. Algunos de ellos, cuentan, ni siquiera lo habían experimentado aún. «A los que tienen ahora 20 años la pandemia les pilló con 18, y no saben ni por dónde ir», señalan. No es el caso de estos chicos, que no se pierden cuando se trata de disfrutar al máximo de la mayor discoteca de Galicia. En ella se suceden las aperturas nocturnas habituales con las fiestas universitarias, las sesiones light, las actuaciones de grandes dj nacionales e internacionales y sus celebrados conciertos —Tanxugueiras fue uno de los últimos— con los que atrae público de todas las edades.
Pero la ciudad herculina ofrece muchas más noches y apenas ha variado sus opciones después del covid, que ha supuesto un punto y seguido para un sector que reabrió la mayoría de sus locales más destacados. Las calles de la Barrera y de la Estrella siguen siendo el epicentro de los vinos y de las tapas, mientras que la Marina se erige como la reina del terraceo de la primera copa en cuanto da tregua el tiempo. Continúa la fiesta más joven desde la zona de pubs del Orzán, donde el emblemático Grietax y el Studio 54 siguen arrasando entre los que tienen de 18 a veintipocos años, es decir, entre quienes se inician en la fiesta y desbordan ambos bares invadiendo la calle. Las sesiones light para adolescentes pegan fuerte en las salas Pirámide y My By Dux, esta última en el interior del Puerto Centro de Ocio. Caso curioso y único el de este centro comercial, no solo por lo que supone irse de copas en un recinto de este tipo, sino por el hecho de que desde su misma planta baja, donde se encuentra Pelícano, hasta en la última, se suceden locales de moda en los que se reparte la gente de forma natural por edades. Desde el mencionado My de los adolescentes, pasando por la sala Amura, donde los que tienen entre 20 y 30 aguardan listas de espera de hasta tres semanas para conseguir un reservado. La sala Inn Club con su ambiente indie es territorio de los treintañeros, mientras que el Brit y el Dux reúnen a gente más madura.
Ya en la calle, la zona preferida de los de 30 en adelante es también la del Orzán, pero la parte que discurre hacia la plaza de la Cormelana. Locales con terraza como La Urbana, y otros como La Sastrería, La Maleta o La Mar Salada son habituales en esta franja de edad, que continúa la fiesta a golpe de domingo en la calle San Juan para tomar el vermú. En su paralela, la calle San José, se alarga también la noche más alternativa e indie en la mítica Filomatic. Con permiso de un emblema del rock como la Mardi Gras, que sigue dando guerra en la travesía de la Torre. Destaca en el terreno de la música más comercial el Andén, al borde de la playa de Riazor, entre los que rondan la treintena.
De los cuarenta y tantos en adelante siguen triunfando clásicos del pop de los 80 en locales como el Rialto, en la plaza de María Pita, y el Milagro, en la calle Cordelería. La incombustible Chaston, toda una institución, sigue dándolo todo entre temas épicos y ritmos latinos. Los consumidores de mediana edad también encuentran su espacio en el barrio de Matogrande, alejado del centro urbano, pero con una gran oferta hostelera donde la copa es la protagonista. La espectacular terraza de Moom 57, en pleno paseo marítimo de Riazor, acoge un ambiente en el que se entremezclan todas las edades desde la tarde hasta la madrugada. Al lado, el punto más novedoso lo pone el Playa Club, que últimamente organiza eventos de géneros como el trap y el hiphop. Pero si de lo que se trata es de ir de concierto, nadie puede obviar al histórico Garufa, a tan solo cinco minutos a pie. Hay cabida para todos en A Coruña, donde nadie es forastero... Tampoco por la noche.
Pontevedra: Viejos locales, tiempo nuevo
Patrimonio, La Gramola, El Pequeño, UFO, La Pomada... Los viejos locales de copas, como los viejos roqueros, nunca mueren en la noche de Pontevedra. La pandemia fue un dramático, muy dramático, paréntesis en la movida de la Boa Vila, que, poco a poco, está recuperando la vitalidad de antaño. Si llega con fuerzas renovadas o no, solo el tiempo lo dirá, pero lo cierto es que cada vez es más habitual ver escenas que retrotraen a los establecimientos a semanas antes de marzo del 2020, como también es cierto que son muchos los clientes, quizás más que en la época prepandemia, que están optando por comenzar la fiesta cuando el sol aún deslumbra con sus rayos y hasta que el cuerpo aguante.
De igual modo, de nuevo se vuelve a apostar por la música en directo en muchos espacios programando actuaciones de grupos locales (algunos consagrados y veteranos en estas lides, otros no tanto), lo que supone un revulsivo más para muchos de estos negocios. Pero si de música en directo se trata, ahí está la Sala Karma, en plena conmemoración de su «16-1» aniversario (en relación al año perdido por la pandemia, el 2021), programando semana tras semana, algunos de los nombres más granados de la escena musical gallega y nacional. En estas últimas semanas, por su escenario han pasado Terbutalina, Os Resentidos, Dakidarría u Ortiga, entre otros muchos.
Lugo: la copa se reinventa tras el covid
En Lugo, la llegada de la pandemia supuso un antes y un después para el ocio nocturno de la ciudad amurallada. Más allá de la progresiva recuperación de los hábitos de las fiestas anteriores al covid-19, lo que más ha cambiado son los locales de moda y los recorridos nocturnos más utilizados por los jóvenes. La primera gran diferencia con respecto a las celebraciones de antes de marzo del 2020 fue el cierre de la única gran discoteca de la ciudad, la antigua Studio 3. Ahora, la empresa BeOne ha montado un gimnasio en lo que era la sala de fiestas más popular del centro de la urbe.
Esto provocó que los hábitos de los lucenses tuvieran que adaptarse. Es típico entre los jóvenes iniciar la noche en el piso de algún amigo y luego desplazarse al centro para acudir a los pubs. También existe la opción de empezar la fiesta en locales como la Cook, ubicada en pleno campus, y luego caminar durante 20 minutos hasta la rúa da Catedral o la rúa do Miño, donde se encuentran los principales locales de ocio nocturno de la parte interna de la Muralla. Los botellones en Lugo son cosa del pasado. Ahora, solamente se celebran en tres fechas señaladísimas: la Festa da Carballeira, el Arde Lucus y el San Froilán. «En los pubs de esta calle, como el Onda o la Roma, hay mucho niño. A nosotras nos gusta más ir al Anagrama o el Bambudha, que allí ya ves a gente de más edad», explican Cristina Salvador y Carla Neira, dos lucenses de 23 y 20 años, que analizan también una de las principales novedades del ocio lucense pospandemia: «Como los pubs del centro cierran pronto, la gente se va a acabar la noche a la discoteca Zouk en el polígono de As Gándaras». Esta sala de fiestas, hasta ahora, solía estar llena de personas de más edad, pero los más jóvenes la tomaron desde este pasado verano para hacerla cada vez más suya.
«Nosotras casi lo pasamos mejor cuando salimos a la calle a la hora de cerrar el pub que dentro», añade un grupo de chicas, que se tomaron la primera copa en la residencia universitaria en la que viven juntas. «En las calles del centro te puedes mover muy libremente, porque en la mayoría de sitios no cobran entrada», suma Ruth Cea, una estudiante universitaria originaria de Oleiros.
Vigo: La movida vuelve con nueva imagen
A pesar de que la movida de Vigo se ha convertido este año en una cuarentona y que uno de sus grupos insignia, Siniestro Total, ha anunciado su despedida de los escenarios, las ganas de fiesta han vuelto por todo lo alto a la ciudad. Los locales del centro reabrieron sus puertas tras más de dos años bajo estrictas restricciones y mientras la evolución de contagios de coronavirus dictaminaba el horario para disfrutar.
«Nos hemos venido a Vigo de marcha toda la Semana Santa. ¡Qué ganas teníamos!», dice Sandra Otero, que trabaja en Madrid con su pareja y que «flipó» al ver el ambiente que hubo días atrás con la Reconquista. El primer trimestre del 2022 se cerró con la fiesta abarrotando el Casco Vello. A Vigo no le bastó el 28 de marzo para conmemorar la expulsión de las tropas napoleónicas, sino que le hicieron falta tres días. «No nos quedan choripanes, pero no es por la huelga de transporte. ¡Es porque la gente come mucho!», explicaba Raúl en uno de los puestos de época que se habían instalado en el mercado de A Pedra. Miles de personas se dejaron ver por el barrio histórico vigués también en los locales nocturnos de copas. Fue una especie de reencuentro para muchos amigos y conocidos que no se veían desde hacía tiempo. Esta Semana Santa, discotecas y pubs reabren con nueva imagen, como el antiguo Atlanta, de la calle Pontevedra, en el corazón de la ciudad, que ahora es Amiri.
Las instalaciones de Marina Davila, puerto deportivo de referencia, también acogerán celebraciones los viernes a partir de las 00.30 horas. El 20th Century, en la calle Arenal, local emblema de la fiesta en Vigo, ya funciona con normalidad los fines de semana. Su reapertura llegó tras dos años clausurado.
Santiago: Hay tantas ganas que se sale antes
Que a la noche de Santiago ya le quedaba poco de la movida de los años 80 y 90 es una tesis consolidada sobre la que no hace falta insistir, pero hubo momentos en la pandemia que fueron tan duros que algunos pensaron que iba a ser la puntilla definitiva. Se equivocaron. «Los viernes y sábados se mueve casi la misma gente que en el 2019», asegura Thor Rodríguez, presidente de los hosteleros compostelanos y testigo en primera persona desde la barra del pub Boneco. A la desaparición de ese «casi» no contribuyen las fechas, con los estudiantes centrados en el final de curso, pero sí el levantamiento completo de restricciones y aforos, que están revitalizando poco a poco la vida cultural en los pequeños pubs y en salas como Sónar, Riquela o Capitol, que mueven a cientos de personas.
También hay secuelas, no necesariamente negativas. Algunas discos de última hora decidieron regular los aforos imponiendo el pago en la entrada, algo que nunca estuvo bien visto en Santiago pero que ahora se ha aceptado de buen grado pese a unos precios que se mueven entre los 10 y los 12 euros. Eso sí, los que optan por esa modalidad —los más jóvenes— apuestan su noche a un local y poco más.
También están regresando a la noche los coperos más maduros. Los apóstoles del tardeo que llenaban las mesas del Garoa o el Chocolate después de comer cuando las normas permitían algún respiro vuelven a las andadas, pero llegan antes a los pubs de primera hora. A esa moda ha contribuido otra norma que impusieron los restaurantes para tratar de compensar las pérdidas por la reducción de aforo. Dar de cenar en dos horarios, antes de las nueve o después de las diez y media, ha europeizado más las costumbres de ocio de los santiagueses, una tendencia que también agradecen los turistas extranjeros que a partir de la medianoche son reconocibles por los bostezos.
Ourense: Desde la tarde en las terrazas
En la noche de Ourense predomina el amor por las terrazas. Sin importar el frío o la lluvia, salir de fiesta en la ciudad de As Burgas pasa por empezar sentados en las mesas de cualquier bar del casco histórico de la capital. Ya ocurría antes de la pandemia, pero la llegada del covid adelantó la hora a la que comienza el ambiente en la zona de marcha de Ourense. Ahora la juerga empieza por la tarde, y puede comprobarse con un rápido vistazo al exterior de los bares situados en la plaza de Santa Eufemia o en la de San Martiño, a los pies de la Catedral. Los huecos para disfrutar de las copas de primera hora se cotizan sobre todo en locales como O Tragaluz, el Miguel o el Latino.
O Miudiño, en Santa Eufemia, sigue siendo uno de los favoritos y además triunfa entre todas las edades. Los hay que terminan la noche allí, exactamente en el mismo lugar donde la empezaron, pero lo cierto es que la ciudad tienen numerosas opciones, y muy diferentes, para salir de fiesta. Los más roqueros arrancan en el Auriense o el Trolebús, en la plaza del Corregidor, y luego hacen un paseíllo por distintos garitos que incluyen el Gato Negro, el Lokal o el Patio Andaluz. A esos se ha sumado este año uno nuevo, el Rockola, un pub que recupera la esencia del Bar, un clásico del rock en español para los ourensanos. Los más jóvenes ahora salen por bares como el Empire, en la calle San Francisco. Un local en el que intentan avivar la afluencia trayendo a distintos influencers y concursantes de los programas de televisión de moda. Así, en lo que va de año han visitado el Empire famosos como Manuel Rodríguez o Isaac Torres, Lobo, ambos conocidos por su paso por La isla de las tentaciones. El Cock o el Keops, los dos en la calle Pizarro, siguen llenándose hasta la bandera cada sábado por la noche gracias a una propuesta musical actual y juvenil. Lo mismo ocurre con las opciones situadas en la plaza del Corregidor, perfectas para quien le guste bailar. Si lo tuyo es más cantar a pleno pulmón temas de pop o de indie español, tu sitio es La chica de ayer, que está repleto de gente hasta el cierre.