El vino y la bella durmiente, Ribeira Sacra vista por los sumilleres de Estonia
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La revista de la asociación que aglutina a estos profesionales en el país báltico pone el foco en el resurgir del viñedo heroico
21 abr 2022 . Actualizado a las 18:41 h.La imagen de la bella durmiente es la metáfora a la que recurre la revista que edita la Asociación de Sumilleres de Estonia en un reciente artículo sobre el resurgir de Ribeira Sacra. Su presidente, Kristjan Markii, consultor enológico y habitual juez de cata en concursos internacionales, repasa con minuciosidad y profusión de datos el salto de los vinos elaborados en ese territorio. Un viñedo heroico sumido hasta no hace mucho tiempo en la economía de subsistencia que ahora se asoma a un mercado global. «He visitado muchos lugares donde la viticultura es extremadamente compleja por las fuertes pendientes. Por ejemplo, el Mosela alemán o el valle del Douro en Portugal. Sin embargo, se desvanecen al compararlos con la poderosa imagen de Ribeira Sacra y la dedicación de sus elaboradores», escribe Markii.
El artículo, en inglés, está disponible en la página web de Icex España Exportación e Inversiones. Este organismo dependiente del Ministerio de Economía, Comercio y Turismo promovió en mayo del 2019, en colaboración con el departamento de comercio de la embajada de España en Helsinki, una visita a Galicia de sumilleres y periodistas gastronómicos procedentes de Finlandia y Estonia. El recorrido incluía las denominaciones de origen Rías Baixas, Ribeiro y Ribeira Sacra, pero al menos al autor del artículo le ha llamado especialmente la atención este último territorio.
El valor de lo novedoso
En Galicia, dice Markii, Ribeira Sacra «ha permanecido inmerecidamente a la sombra de la más famosa Rías Baixas». Sobre la comparación con el Mosela o el Douro, precisa que no quiere decir ni mucho menos que los vinos de esas zonas estén por debajo de los de Ribeira Sacra. La principal diferencia, desde la óptica del sumiller, radica en que la denominación de origen gallega «es algo nuevo y por descubrir, un lugar desconocido y del que se habla mucho menos».
Con una población de 1,3 millones de habitantes, el consumo de vino en Estonia en los años inmediatamente anteriores a la pandemia se situaba en 12 millones de litros anuales. Un dato en el que hay que tener en cuenta los más de seis millones de turistas que visitaban anualmente ese país báltico. Según el informe que le dedica el Icex, Estonia constituye un mercado de interés por ser un potencial «trampolín» para otras naciones de la zona. España es, después de Italia y Francia, el principal destino de sus importaciones de vino, aunque a niveles poco relevantes. En Ribeira Sacra solo constan exportaciones a Estonia en el 2017 y fueron menos de 200 litros.
El artículo publicado ahora por el presidente de los sumilleres estonios rehúye los tópicos más frecuentes en ese tipo de publicaciones. Markii explica el verdadero origen del topónimo Ribeira Sacra —la traducción errónea del termino «robledal sagrado» como «ribeira sagrada— y relativiza la impronta histórica de la romanización en favor del desarrollo de la viticultura con motivo de la llegada de las órdenes monásticas. También detalla las características geológicas y los diferentes microclimas de la denominación, sus subzonas, variedades de uva y distintos tipos de vinos y métodos de elaboración.
Champaña y el Douro
El autor repasa, por otro lado, desde el impacto que supuso para el viñedo a finales del siglo XIX la plaga de la filoxera al fenómeno de la emigración que vació las zonas de ribera de mano de obra en los años posteriores a la guerra civil. En la actualidad, apunta en el artículo, «la economía del vino en Ribeira Sacra es similar al de Champaña o el valle del Douro, donde muchas casas de vino compran sus uvas a numerosos viticultores».
Respecto a las bodegas, subraya la proyección de los vinos de Regina Viarum, Algueira, Dominio do Bibei, Don Bernardino, Finca Míllara, Adega Cachín y Guímaro. Cita además al enólogo Raúl Pérez [elabora actualmente en instalaciones propias en Quiroga asociado con el bodeguero de Rías Baixas Rodríguez Méndez] y a Envínate, bodega que en el 2019 abandonó la denominación.
Kristjan Markii comenzó su carrera a los 17 años como aprendiz de camarero en un restaurante del sur de Estonia. Más tarde, se mudó a Tallin, donde decidió formarse como sumiller. Si dio ese paso, confiesa en una entrevista, fue por la sorpresa que le causaba ver a los clientes más entendidos pagar por las mejores marcas de la carta de vinos. Los viajes por diferentes zonas vitícolas españolas espolearon con posterioridad su pasión por la cultura del vino.