El tradicional desfile regresó a las calles en un fin de semana con música y miles de visitantes
25 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.La Feira do Cocido de Lalín, desplazada de su fecha habitual, tuvo ayer el privilegio de ser la primera gran fiesta que se celebraba en Galicia ya sin ningún tipo de restricción y sin la obligación de llevar mascarilla, Una liberación que se vivió con alegría en una celebración que recuperó el aire festivo. El sábado por la noche unas dos mil personas bailaron al ritmo de la orquesta París de Noia y ayer, tras la comida en los múltiples restaurantes lalinenses, vecinos y visitantes llenaron la Praza da Igrexa para seguir la fiesta con las actuaciones interrumpidas, desde las 17.00 horas hasta la noche, de las charangas KM 0, Leña Verde, Ardores y la orquesta La Fórmula.
Miles de personas se dieron de nuevo cita en Lalín para disfrutar de un cocido cada vez más desestacionalizado que los restaurantes ya sirven casi durante todo el año. La jornada empezó en el vestíbulo del consistorio lalinense con un nuevo Capítulo da Encomenda do Cocido que sumó seis nuevos comendadores a una amplia nómina. La comunicadora Esther Estévez la recibió de manos de Manolo Paz, autor del cartel del Cocido de este año. A Melquíades Álvarez le fue entregada por Andrés Ramos. El empresario de Castro Caldelas afincado en Madrid aprovechó para lanzar a Luz Casal, que recibiría más tarde su capa de manos de Alberto Núñez Feijoo, el reto de componer una canción dedicada a cocido que la cantante recibió con sorpresa comprometiéndose a hacer lo que pueda.
Roberto Tojeiro, de Gadisa, se sumó a esa hermandad y fue Nava Castro, directora xeral de Turismo la encargada de ponérsela. Al conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, le tocó dársela a Carmen Lence, del Grupo Lence, a la que el alcalde de Lalín, José Crespo, sugirió la implantación de un centro de producción lechera en Lalín. El político lucense José Blanco, al que Feijoo agradeció su trabajo en la consecución de la llegada del AVE a Galicia, la recibió de manos de Ana Pastor.
Una larga lista de autoridades y comendadores realizó tras el acto el tradicional recorrido por la Carpa do Cocido en la que estaban a la venta un amplio abanico de productos entre los que se encontraban los imprescindibles del cocido lalinense junto con quesos, dulces y artesanía, alguna vinculada directamente a la Feira como las joyas de porquiños de Silvereira o los cerdos decorativos del Museo Casa do Patrón.
Tras dos años de espera, carrozas y comparsas volvieron a llenar de alegría, color y buen humor las calles en un desfile presentado este año por Belén Gestal. El primer premio fue para la carroza de la parroquia lalinense de Sello que reproducía una forja y mostraba el oficio. Su construcción necesitó dos meses de trabajo albergando toda una serie de elementos artesanos que incluía hasta las lámparas.
El segundo premio fue para la Carballeira de Cercio con su foliada en una carroza titulada «esta noite hai serán»; el tercero para A Carqueixa de A Veiga que representó la matanza. En cuarto puesto quedó la de la cooperativa de Botos con el vino como tema y en quinto la de Cabaleiros de Lalín que replicó el Kilómetro Cero. El sexto puesto fue para la cooperativa Aprodeza, el séptimo para la de Gandeiros do Deza y el octavo para la de Vida Riquiña.
Los entroidos gallegos estuvieron representados de nuevo con el desfile del folión de Mormentelos de Vilariño de Conso, el de O Son de Trevinca, Galanes y Galanas de Cobres, los Vellaróns de Riós y el entroido de Samede. A ellos se sumaron los ritmos de gaitas y tambores de Carballo da Manteiga y Os Dezas de Moneixas, de las rondallas Atios y Pontellas o la batucada Miúdos de Arcade. El cerdo Queitano abrió y cerró el desfile de la mano de Manolo, su propietario, convertido en la estrella del recorrido. Mientras los restaurantes se llenaban, se celebró la comida oficial, que acabó con queimada y a la que asistieron 220 invitados.