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Aquí tira las cañas el subcampeón de España y tienen una tosta para cada parroquia de Teo

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

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Dos jóvenes de Teo, Rubén y Miguel, dirigen la Cafetería Ramallosa, que abrió sus puertas hace apenas dos meses y ya es conocida por sus cañas y sus tostas parroquiales. El establecimiento abre todos los días de 7 a 23 horas (excepto los martes), tiene una terraza exterior con 8 mesas y está previsto en un futuro habilitar el jardín trasero (que pertenecía al antiguo vivero) con más mesas y un parque infantil.
Dos jóvenes de Teo, Rubén y Miguel, dirigen la Cafetería Ramallosa, que abrió sus puertas hace apenas dos meses y ya es conocida por sus cañas y sus tostas parroquiales. El establecimiento abre todos los días de 7 a 23 horas (excepto los martes), tiene una terraza exterior con 8 mesas y está previsto en un futuro habilitar el jardín trasero (que pertenecía al antiguo vivero) con más mesas y un parque infantil. Xoán A. Soler

Miguel Pampín y Rubén García están al frente de Cafetería Ramallosa, el nuevo bar de la estación de servicio de Galuresa

29 abr 2022 . Actualizado a las 08:31 h.

En Teo, junto al colegio público de Lucí, tiran las cañas como pocos. De hecho, dirige el negocio el mismísimo subcampeón de España, proclamado el martes en el Salón Gourmets de Madrid. Miguel Pampín, que cumple mañana 24 años, demostró de nuevo que es todo un maestro del grifo en el concurso organizado por Estrella Galicia, en el que ya resultó vencedor en el 2019 (la última edición del certamen, paralizado por la pandemia). Ahora está al frente de su propio establecimiento, la Cafetería Ramallosa, junto a otro teense al que conoce desde niño, Rubén García, quien justo ayer sopló las 25 velas.

Estudiaron juntos en Cacheiras, así como en el centro que queda a escasos metros del local que regentan vinculado a la estación de servicio de Galuresa, inaugurado hace apenas dos meses. «Cuando surgió esta oportunidad yo no estaba trabajando y me puse con todo el tema del papeleo. Llevar esto una persona sola era imposible y hablé con Rubén, que además de ser amigo tiene experiencia en la hostelería y aprendió el oficio de sus padres, dueños del bar A Raiola, que estaba aquí cerca, en A Ramallosa», relata este exalumno del CIFP Compostela que formó parte de un equipo de dos estrellas Michelin como el de Culler de Pau (en O Grove), además de tener un máster en vinos. Reconoce que el título de mejor tirador de cerveza de barril fue hace tres años un buen reclamo y «aquí estamos empezando a notarlo también. Viene más gente demandando las cañas y algunos piden expresamente que se la ponga yo», indica entre risas. El secreto, para él, es «hacerlo con tranquilidad y crear una crema compacta que mantenga las características de la cerveza».

En la Cafetería Ramallosa vale 2 euros que el mejor tirador gallego de cañas te sirva una, y junto a Rubén ha creado una original carta de 13 tostas, una para cada parroquia de Teo. Miguel es de Oza, cuya tosta representa sus gustos, y es de pulpo con queso. Y la de Teo, como su socio (de Mallos), es de lacón con queso del país. «Hay un poco de rivalidad sobre cual es la más rica y por ahora va ganando la de la parroquia en la que está el bar, Lucí, que es chicharrones. Pusimos el nombre a cada tosta según nos las iban pidiendo los clientes, dedicándoselas a sus parroquias. A la gente le hace muchísima gracia esta iniciativa y, en un futuro, intentaremos hacer cada semana un par de tostas nuevas para ofrecer algo distinto», avanza.

«Las tostas y los bizcochos para acompañar el café son lo único que cocinamos e intentamos que sean lo más caseros posible, evitando los congelados y ultraprocesados. Además, damos con la consumición tapas de Food Tambre que elabora Galuresa. Los domingos al mediodía solemos poner la de callos, que está espectacular, y la verdad es que se llena el aparcamiento, que dispone de unas 30 plazas», comenta con orgullo. Al margen de los conductores y acompañantes que entran en su cafetería gracias a la gasolinera, estos jóvenes hosteleros han conseguido atraer en un tiempo récord a clientes propios y son firmes defensores de la tapa gratuita como fórmula «para que la gente vuelva». Como curiosidad, añaden, el edificio de Galuresa en el que está la cafetería fue construido en la parcela que antes ocupaba un vivero y ha recibido un premio de arquitectura por su estética y eficiencia.