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Dos empresarios vigueses proyectan en Gondomar «el mayor glamping de Galicia»

Monica Torres
MÓNICA TORRES GONDOMAR / LA VOZ

VEN A GALICIA

La firma prevé 250.000 euros de inversión y ocho empleos

29 abr 2022 . Actualizado a las 23:37 h.

El turismo rural vive una época dorada tras el covid y el anhelado retorno al campo seduce a todos los públicos. El cámping sigue siendo una opción destacada, pero el turismo de naturaleza se ha sofisticado y en esa línea se presenta «el mayor glamping de Galicia».

Raúl Guerrero y Pablo Conde, empresarios vigueses con larga trayectoria en los sectores inmobiliario y turístico, proyectan un cámping con glamur en Gondomar que pretende convertir al municipio en otro de los referentes de la comarca de O Val Miñor, lejos de la masificación y sin depender tanto del sol y la playa. «Todo lo que son experiencias en la naturaleza y hábitats singulares que además tienen las condiciones de un hotel suponen una oferta redonda», indica Guerrero, administrador del grupo Innoven y Glamping Españoles.

Los promotores están pendientes de las preceptivas licencias municipales para poder poner en marcha el proyecto que, según indican, cuenta ya con varios informes sectoriales favorables de la Xunta, aunque todas las competencias son del Concello ahora. «Es un glamping autosuficiente, con energía solar, agua de un pozo y saneamiento propio», señala Guerrero, que insiste en que el suyo es un proyecto de turismo sostenible.

Disponen de una parcela que mide 5.070 metros cuadrados en la parroquia de Peitieiros. Su proyecto incluye la reconversión del terreno forestal que envuelve el idílico emplazamiento. «Ahora está cubierto de acacia negra y nuestra pretensión es convertirlo en un bosque autóctono con sus carballos y castiñeiros», explican. El complejo de alojamientos individuales que se integran en la naturaleza es un diseño del arquitecto Mateo López y contempla cinco modelos de espacios. «Tenemos cabañas de madera, tiendas tipo lodge, que son en modo safari con lona y madera, domos geodésicos y semiesféricos de burbuja», indican los promotores de esta iniciativa.

«Decidimos apostar por Peitieiros por la buena ubicación, el contacto con la naturaleza y estar en una comarca de primer nivel turístico», señalan

Tardaron tiempo en elegir la ubicación

Lo más complejo, además de conseguir las preceptivas licencias, es la preparación del espacio, porque han de preparar la red de saneamiento e instalar el sistema de energía fotovoltaica. «Sería lo que más tiempo llevaría porque los alojamientos solo hay que colocarlos y mantenemos hasta la topografía natural del espacio», señalan. Aún así precisan de unos seis meses, calculan, para ejecutarlo por lo que, aunque consigan todas las bendiciones pronto, la inauguración no puede ser hasta otoño. No sería problema tampoco ya que su pretensión es estar abiertos todo el año, generando unos ocho puestos de trabajo, tras una inversión de 250.000 euros y ayudando a centrifugar nuevos proyectos de turismo sostenible.

«Buscamos completar la oferta de alojamiento turístico. Nuestros clientes podrán ir andando al centro de Gondomar y pensamos que sea dog friendly, en la línea que ya promueve el Concello con su parque», avanzan.