Un pequeño paraíso natural e histórico llamado Cullergondo, en Abegondo

Sonoro nombre ese de Cullergondo. Curiosa curva de población, descendiendo poco a poco como en toda la Galicia del interior pero con pequeñas recuperaciones que frenan esa huida del campo. Precioso y minúsculo valle donde se asienta. Un lugar de esos de los que se decía antes «alejado del mundanal ruido», bien comunicado pero al mismo tiempo apartado, y con historia, mucha historia.

O en otras palabras, un lugar para pasar el día, ahora que la primavera está en todo su esplendor y al que se llega cogiendo en Mabegondo un desvío a la izquierda en la rotonda, o bien en sentido inverso desde Oza. En cualquier caso se alcanza a A Serra, y en la curva grande, hacia Cullergondo por cualquiera de las dos pistas, cruzando en uno u otro caso el Rego Corveiro.

El enclave lo conforman cinco grupos de casas, cada uno con su nombre propio: Souto, Calvo, A Cerca, Cima de Vila y Centro da Aldea. Lo interesante está en la iglesia y sus inmediatos alrededores. Alguien que entienda de arquitectura se dará cuenta de que se halla ante un pequeño batiburrillo de estilos y técnicas constructivas. La fachada, de piedra vista, apunta al barroco en su parte superior, quizás reformada la inferior en el siglo XIX. Dos alturas y remate en un ábside semicircular que permite conjeturar si no habrá sido románica en principio y en el XVIII se habría ampliado hacia adelante con un segundo cuerpo, y se ha convertido así en una sola nave con tres tramos diferenciados.

Frente a ella hay unas paredes enigmáticas. Formaron parte de la llamada Casa do Cura, nombre que apunta a una rectoral de grandes dimensiones. En el tercer vértice del triángulo, otro edificio antiguo y no exento de cierta nobleza, muy bien cuidado y vivienda privada de gente muy amable que orienta y explica.

Al lado contrario de la Casa do Cura hay un magnífico pazo con tres alas rectangulares que forman una u dejando un patio entre ellas. Es privado y está habitado. Fuera, una capilla y más atrás un buen palomar. Es el pazo de Cerca o de San Caetano.

El desaparecido Carlos Martínez Barbeito publicó una obra que hoy en día no tiene precio: Torres, pazos y linajes de la provincia de La Coruña. En ella dice, entre otras cosas, que «señores de esta casa, venida muy a menos como edificio residencial, fueron en primer lugar don García Sanjurjo Montenegro y doña María Yáñez de Ramil». El padre Crespo, en su también indispensable Blasones y linajes de Galicia, recoge toda la genealogía de esa familia.

Y para estirar las piernas, nada mejor que descender hacia el Rego Vello (Gafa, en algunos mapas) dejando a la derecha una casa con horno tradicional. Un paraje precioso.

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