La que será la 49 edición del Tinto do Salnés aspira a recuperar la normalidad precovid
02 may 2022 . Actualizado a las 15:30 h.El tinto de Barrantes es un vino que forma parte de la identidad de la comarca de O Salnés. Es un caldo sabroso, que deja huella en la taza, en los dedos, en los labios, y que logra atraer hasta los bares de Ribadumia, a lo largo del año, a gente dispuesta a compartir «uns viños». Desde hace casi medio siglo, cuando llega el mes de junio, los vecinos de este municipio celebran el fruto de sus vides con una fiesta que se ha convertido en una de las señales de que el verano está a punto de llegar a Arousa. Ayer, el Concello presentó la edición de este año, la número 49. Será esta una cita especial, porque será la del reencuentro, la de la vuelta a la normalidad perdida en marzo del 2020, cuando un virus puso al mundo patas arriba.
David Castro, el alcalde de Ribadumia, convocó ayer a los medios para explicar la intención de su gobierno de devolver a la Festa do Tinto do Salnés al Olimpo de las celebraciones gastronómicas de Galicia, entre el 2 y el 5 de junio. «O ano pasado a colleita non foi moi grande, pero de calquera xeito queremos convidar a todos os adegueiros e veciños a que presenten o maior número de mostras», dice el regidor. No será fácil llegar a los 120 vinos del 2019, pero «esperemos que sexa unha cantidade importante».
Porque el vino es el ingrediente principal de un encuentro en el que habrá «verbenas con orquestras de primeiro nivel», conciertos y, por supuesto, la tradicional comida de confraternidad, uno de esos encuentros multitudinarios que la pandemia obligó a aparcar, pero que todo el mundo echa de menos.
La fiesta del Tinto do Salnés es, ante todo, una celebración. Pero también tiene un aquel de reivindicación, porque este certamen lleva años sirviendo como recordatorio de la necesidad de regularizar la situación de un vino de una variedad híbrida, que no ha encontrado encaje en los registros oficiales. «En Europa, as variedades híbridas estanse potenciando, e aquí so fai falla algo de vontade política para darlle un empurrón ao noso viño tinto», dice el alcalde de Ribadumia con la mirada puesta en Santiago y, en concreto, en las dependencias de la Xunta. La Administración autonómica, por cierto, abrió hace años un procedimiento para dar de alta este tinto en su registro de variedades, pero ese es un camino lento y complicado. Considera David Castro que hay que dar un nuevo empujón a ese planteamiento, a fin de que el asunto pueda ser remitido a Madrid. La fiesta de comienzos de junio servirá, también, para relanzar esa cuestión.