Un lujo asiático en el centro de Santiago

Hace tres años, Cristina Suárez Acevedo inauguraba su tercer centro de masajes, en Santiago, y cuando empezaba a abrirse un hueco en Compostela llegó el covid para frenar su expansión. Pese a las dificultades de los dos últimos años, «en los que perdimos a todos los peregrinos, uno de los colectivos más importantes para el centro», Cristina cree que «ahora está encarrilado el trabajo». Unos once años antes abrió dos centros en Vigo, donde puso en práctica todo lo aprendido durante su larga estancia en Asia. El de Santiago «recrea el ambiente tailandés, como en Vigo, porque la intención es primar el relax, echar el freno y relajarse». El equipo del centro está formado por Marta González, Yoneida Espinoza, María Lomba, Diana Blanco, Cristal Ricoy y la propia Cristina Suárez. Nacida en Canarias, confiesa que a Galicia la trajo «un gallego de Pontevedra, me quedé por amor aquí», explica. Su experiencia laboral estuvo vinculada al sector del turismo, y antes de echar raíces en Galicia pasó por Madrid y Tailandia. El centro de masajes Banyen Thai Spa Urbano, pese a estar situado en la rúa República Arxentina, algo alejado del epicentro del peregrinaje, se ha convertido en una parada indispensable para los peregrinos que llegan a Santiago. «Algunos no hacen reserva previa, aparecen por la puerta y piden un masaje urgente», explica Cristina. Otros, los más, «llaman al centro antes de venir para asegurarse de que podemos atenderles». No solo buscan recuperar la forma con los masajes japoneses y de otras modalidades traídas de Asia, sino también tiene un importante reclamo el spa urbano. «Su uso es con exclusividad, porque solo entran dos personas». Todo un lujo asiático en el centro de Santiago. Por su experiencia al tratar las dolencias con las que llegan los peregrinos, Cristina cree que los extranjeros se preparan más para hacer el Camino que los nacionales, y esto se nota especialmente en el estado de los pies y de la espalda. Uno de los servicios más demandados, y «que tenemos saturado» es la máquina Indiba, que «ofrece un masaje con radiofrecuencia que regenera los tejidos». Por medio de calor, la máquina ofrece un masaje relajante que «permite olvidar el estrés y deja la piel renovada; gusta mucho, es adictivo, hay personas que repiten todas las semanas». A lo largo de los once años de experiencia, Cristina percibe cambios en las costumbres de hombres y mujeres. «Ahora los chicos se cuidan tanto o más que las chicas. Antes los hombres no se depilaban, por ejemplo, en cambio ahora los de menos de 40 años no quieren dejarse ni un pelo en el cuerpo», explica la empresaria. Todo un cambio estético.

Derechos humanos en el Monte do Gozo

El remodelado parque infantil del Monte do Gozo fue el escenario escogido para la colocación de una placa con la que se quiere promover los derechos humanos. La iniciativa es de la Fundación International Solidarity For Human Rights, y al acto asistió la directora xeral de Turismo de Galicia, Nava Castro. La elección del lugar no es casual, sino que pretende servir para dar mayor difusión al acto al escoger un lugar que es visitado por cientos de personas.

 

Cocidos do Camiño en As Cancelas

El centro comercial As Cancelas acogió la presentación de un singular festival, en el que se promocionará uno de los platos de la gastronomía gallega con más proyección. El Festival Gastronómico Cocidos do Camiño se celebrará en el campo de la feria del municipio de Lalín durante los próximos días 13 y 14 de mayo. En la cita se ofrecerá una experiencia completa, en la que participarán cocineros de primer nivel procedentes de Cantabria, Extremadura, Asturias y, como no podía ser de otra forma, también de Galicia. A la presentación asistió el secretario xeral de Política Lingüística, Valentín García, que destacó el valor de esta cita gastronómica. Los asistentes, en la primera planta del centro comercial As Cancelas, tuvieron la oportunidad de disfrutar de una degustación gastronómica a cargo del chef Alberto Currás, de casa Currás en Lalín. El cocinero elaboró una albóndiga hecha con carne de cocido y rebozada como una croqueta frita, acompañada de grelos, espuma de patata, chorizo cebollero y pan de Lalín. Los asistentes elogiaron el menú, que saborearon con agrado.

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