Ocho bodegas de fuera de A Pobra do Brollón pusieron puestos al lado de las bodegas tradicionales de la parroquia, por primera vez desde que empezó este certamen
08 may 2022 . Actualizado a las 19:07 h.Una multitud desafió este domingo a un calor más propio del verano que de la primavera para disfrutar del último día de la 29 Feira do Viño de Vilachá. Hacía dos años que no se podía celebrar esta fiesta, la única de las que forman el calendario de ferias del vino de la Ribeira Sacra que se celebra en un entorno de alto valor patrimonial, el del conjunto que forman las antiguas bodegas en las que se elaboraba el vino de esta parroquia de A Pobra do Brollón. La vuelta de Vilachá tras estos dos años de parón pandémico traía además novedades, porque por primera vez estuvieron presentes en la feria bodegas de otros municipios de la denominación de origen Ribeira Sacra. El pregón lo leyó y lo cantó el músico Xabier Díaz, integrante de los extintos Berrogüetto y una de las figuras más destacadas del actual bum de la música tradicional gallega.
Porque si las centenarias bodegas de piedra de Vilachá son el principal signo de identidad de esta feria del vino, la música es el otro. Tanto el sábado como el domingo, en Vilachá sonó música por todas las esquinas y a todas horas. Grupos de cantos de taberna, batucadas y gaiteiros apenas dejaron un minuto libre para el silencio, tanto dentro como fuera de las bodegas. A pesar de que en Vilachá hay 42 bodegas, todas de piedra y con tejados de pizarra, solo unas pocas venden vino en la feria. Otras abren también, pero solo como comedor para sus dueños y sus familias y amigos. En la edición de este año de la Feira do Viño de Vilachá abrieron para vender su vino cinco de esas bodegas tradicionales: Couso, Os Conventos, Outeiro, Pedro y José Rodríguez López
La principal novedad de este año la pusieron las bodegas de otros municipios de la Ribeira Sacra que también acudieron a Vilachá con puesto propio. En el Ayuntamiento decidieron este año que había llegado el momento de abrir la participación a bodegas de fuera, con el único requisito de que tengan viñas aquí o compren uvas de esta parte de la ribera del Sil. Acudieron ocho que cumplen esta premisa. Se trata de Abadía da Cova, Acivro, Adega Sernande, Adega Vella, Bico de Lagar, Ciudaseis, Tolo do Xisto e Val do Frade. Es un movimiento similar al que hace un par de semanas se vio en la Feira do Viño de Quiroga, en la que a los habituales puestos de los cosecheros locales les tomaron en relevo un puñado de bodegas profesionales de otros municipios, pero con viñedos allí.
En Vilachá la fiesta fue empezando el sábado a media mañana, a medida que iban abriendo las bodegas tradicionales y los puestos instalados por las de fuera. Ese día terminó de madrugada, con un concierto del grupo Brassica Rapa. La presencia de público fue subiendo a medida que avanzó la jornada. Lo mismo pasó este domingo, de forma que a la una, la hora a la que tenía que empezar el pregón, las zonas de paso entre las bodegas estaban repletas de gente, como el interior de las que abrieron.
En el campo de la fiesta, cientos de personas siguieron el discurso del alcalde, José Luis Maceda, que agradeció a los bodegueros de Vilachá su empeño por mantener vivas las viñas y dio paso a Xabier Díaz. El músico agradeció la invitación y encaró un pregón escrito en verso que empezó leído y acabó cantado, entre elogios a las vendimiadoras de Vilachá, recuerdos a la tradición que se pierde cada vez que cierra una casa de aldea y también una crítica descarnada a Ignacio Galán, el presidente de Iberdrola, por sus polémicas declaraciones sobre los «tontos» y el precio de la luz, al que llamó, entre otras cosas, «paspán desleigado, señorito dos de sempre».