La Rede Museística Provincial cambia la museografía de San Paio de Narla y del Pazo de Tor para rescatar del olvido a las mujeres rurales
16 may 2022 . Actualizado a las 21:05 h.La cultura tiene capacidad para ser transformadora de la realidad. Sobre este eje se basa la programación que la Rede Museística Provincial de Lugo, que depende de la Diputación de Lugo, ha programado para esta primavera, bajo el lema de este año del Día Internacional de los Museos: «El poder de los museos». El objetivo, poner el foco en la mujer rural gallega, «soterrada» durante años pero decisiva en la historia del país. «O poder entendido como posibilidade de cambiar o que non nos gusta, como capacidade de revisar os camiños que transitamos para facer brotar desde debaixo da terra a memoria máis humilde, sobre todo a delas, a das mulleres que sostiveron e sosteñen con ímprobo traballo e fatigas incontables os urdidos das tramas xerárquicas de todos os poderes», señala la gerente de la red museística, Encarna Lago.
Para llevar a cabo todo el marco referencial de las actividades se han utilizado prendas, a modo de símbolo, que definen ese pasado femenino de una provincia como Lugo: el mantelo, que oculta, y a la vez protege. Sobre esta vestimenta se basa la muestra SoTERRAdas que desde ayer se puede ver en el Museo de San Paio de Narla, fortaleza que cuenta con un nuevo proyecto museográfico en el que los objetos que usaron durante siglos las mujeres cobran un otro valor y, por ello, muestran cómo los museos tienen poder y pueden ser transformadores sociales.
A modo de ejemplo, la pezonera, esa pieza que utilizaron las nodrizas —mujeres en muchos casos muy demandadas por las clases sociales más pudientes— y que se podrá ver junto a la cuna de la habitación de Narla. «Non se pretende afirmar, senón cuestionar», reflexiona Lago.
En el Pazo de Tor, se abrirán las habitaciones que nunca antes se enseñaron al público, aquellas relacionadas con la servidumbre. Otro ejemplo de cambio de paradigma y de cómo desde los museos se pueden modificar los discursos, ya que la apertura de estos cuartos de Tor será permanente, con el fin, precisamente, de cambiar el discurso dominante durante años. En ese proceso tendrá protagonismo la figura de Angelita, que con 9 años entró a servir en el pazo monfortino y que trabajó durante años al servicio de los dueños. Los visitantes podrán ver su habitación, en la que esta mujer pintaba las paredes con sus gustos y anhelos.
El día 18, en Tor, se celebrarán las segunda Xornadas Pacegas, con el título Soterradas: a vida tralos mantelos, da fortaleza ao pazo, donde diversos investigadores y artistas pondrán voz a la memoria oculta, olvidada y silenciada.Toda la programación de la Rede Museística para estas semanas se puede consultar en la web y en las redes sociales.
La mujer de Ombreiro que fue violada en 1738 por el hidalgo y llevó el caso a la Justicia
La programación de la Rede Museística vuelve a poner el foco en el caso que vivió en 1738 María González, una joven de Ombreiro que con 18 años, hija pobre y analfabeta de Pedro das Latas, fue acosada y luego violada por un hidalgo, jefe de la familia para la que trabajaba como criada. Se podrá ver la cédula judicial de aquel caso, un documento en el que se relatan detalladamente los hechos que precedieron y la consumación de la violación en sí, agresiones a las que se refieren como «delitos carnales», tal y como se tipificaba este tipo de crímenes en la España del Antiguo Régimen.
«Atopamos nestas páxinas unha mostra da valentía de María González e da do seu pai que loitaron contra o poder establecido. María non só se atreveu a denunciar ao seu agresor senón que obrigou, a través da lei existente, a abonar de por vida unha manutención para o fillo froito desa violación, provocando que o asunto fose de coñecemento público», recordaba en el 2019 la artista Luz Darriba, que presentó en la Diputación de Lugo una instalación de 17 piezas titulada Delitos Carnales, el heroísmo de María González.
Otra historia que se rescatará este mes es la de un niño de Friol, que formó parte en 1803 de la conocida como expedición de Balmis, en la que junto a otros 21 niños gallegos huérfanos llevaron en sus cuerpos la vacuna viva de la viruela a América. Se expondrá el 26 de mayo, por la tarde, en San Paio de Narla.