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Compran una aldea en A Pontenova para el turismo con río, cascadas, casas y un molino

José Francisco Alonso Quelle
josé alonso A PONTENOVA / LA VOZ

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A Panturreira tiene una extensión de 14 hectáreas y una explotación de huerta en producción ecológica

21 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El ribadense Ramón Enríquez y su compañera Yasmina Juan Planells, de Ibiza, son los propietarios de una aldea de A Pontenova, A Panturreira. La adquirieron hace tres años, a otros emprendedores que la habían comenzado a restaurar para dedicarla al agroturismo ecológico. La propiedad tiene un potencial enorme: son 14 hectáreas sin un eucalipto, cruzada por un río -el Rego das Reigadas- de kilómetro y medio de cauce, con siete edificaciones, un molino (que también fue central hidroeléctrica que abastecía al pueblo), dos cascadas...

«Tenemos mil ideas. Ramón quería volver a su tierra y a mi me encanta Galicia. Y dimos con A Panturreira», apunta Yasmina. Encajaba en su proyecto, «pero teníamos que buscarle una viabilidad económica. Empezamos con la huerta, pero no podíamos competir solo con ello. Por eso queremos hacer rutas y crear pequeños espacios para que la gente, además de alojarse, sume una experiencia».

Ramón Enríquez trabaja en la hostelería. Hace tres años estaba en Ibiza con Yasmina, que era técnica de medio ambiente en el municipio ibicenco de Santa Eulalia del Río. «Decidimos cambiar de aire. A idea era coller unha casa en ruínas e restaurala. Pero atopámonos con esta propiedade. Foi un amor a primeira vista e lanzámonos. A finca está certificada en ecolóxico e empezamos a desenvolver unha liña agrícola. Algúns dos proxectos que temos son facer produtos manufacturados, un taller de experimentación e actividades de horta. Parécenos moi interesante que para complementar un turismo responsable se ofrezan microexperiencias; que aparte de estar hospedado te integres no lugar, falando cos veciños, indo ó invernadoiro e á horta recoller o que despois vas comer, poñendo en valor todo o que temos arredor, aproveitando que en A Pontenova está medrando moitísimo o sendeirismo, e que a ruta das Reigadas pasa pola nosa finca», explica Ramón Enríquez.

Iniciaron su proyecto hace tres años, pero irrumpió la pandemia y un acontecimiento fundamental en su vida, el nacimiento de su hija: «Paramos e tivemos que replantexarnos todo». Ahora se encuentran en Ibiza trabajando, «aforrando para darlle un empuxón á finca de cara ó verán».

En A Panturreira gestionan una casa de 180 metros cuadrados, de la que alquilan cinco habitaciones (para unas 10 personas) con espacios comunes. «Estamos empezando a amañar outras edificacións e a idea e ir facendo diferentes aloxamentos singulares, con materiais o máis orgánicos posible, con bioconstrucción», dice Ramón Enríquez. Y añade: «Iremos paso a paso. De momento o que máis nos interesa é unir pezas e integrar á xente do lugar».

En la cabeza de Ramón y de Yasmina se suceden las ideas y los conceptos, como la permacultura, la agroforestería o los bancos de tiempo, que ven como un instrumento para gestionar una finca tan grande: «Se trata de recuperar la esencia del rural de antes. Nuestra idea es convencer a más gente que tenga ideas y quiera sumarse, porque hay mucho terreno y se puede compartir. El objetivo lo tenemos claro, pero hay que ir poco a poco», apunta Yasmina.

Y cultura, intercalando música, poesía y otras disciplinas, con eventos puntuales en la propia finca, desde talleres al aire libre a yoga, baile, «o que xorda. Tamén nos parece moi interesante poñer en valor a música tradicional, pero sempre abertos a outras influencias. A vida no campo é moi dura, e todo o que sexa diversificar será benvido», señala Ramón, quien pasa la mayor parte del año en A Panturreira: «A nivel de horta agora estamos traballando baixo mínimos, pero a nosa idea é de aquí a tres anos estar totalmente instalados. En tanto alugamos as habitacións que temos dispoñibles a partir de xuño, nas plataformas de Internet».

E ir sumando como el festival que se organizó días atrás en A Panturreira, bajo el título de «Revolta ó rural», con talleres para niños, charlas, una comida popular, actuaciones musicales y la presentación del proyecto de Estratexia alimentaria do Eo (que fomentando la implicación social promueve el autoconsumo en la comarca) y un debate sobre las minas y los eólicos.

«Vengo de Ibiza, donde todo se desmadró mucho en poco tiempo. En Galicia hay mucho potencial para hacer las cosas bien», concluye Yasmina.