El arquitecto vivió sus últimos años en la ciudad, donde levantó importantes edificios
22 may 2022 . Actualizado a las 00:52 h.«Es el arquitecto más importante de su tiempo porque fue quien trajo toda la influencia parisina que tiene Vigo», decía José Antonio Martín Curty de Michel Pacewicz cuando reeditó su estudio sobre el arquitecto francés de ascendencia polaca. Había nacido en 1843 en la localidad francesa de Château-Gontier. Y fue en su país, especialmente en París, donde desarrolló la mayor parte de su carrera profesional.
Su enganche con Vigo le llegó a Pacewicz a través de Benito Sanjurjo, que sería el primero en realizarse encargos arquitectónicas. Llegó a Vigo a finales del siglo XIX, y ya no abandonaría la ciudad hasta su fallecimiento en 1921. Esta fructífera etapa en la ciudad no estuvo exenta de dificultades. La principal fue su incapacidad para firmar proyectos debido a que no convalidó su título francés. «Quien le firmaba los proyectos a Pacewicz era el maestro de obra catalán Dimas Vallcorba. Lo que sí que firmaba eran facturas de clientes; tenemos facturas a clientes de Vigo firmadas aquí y también en París», añadía el arquitecto e investigador histórico José Antonio Martín Curty a La Voz de Galicia hace algún tiempo.
Y esos clientes eran los miembros de la pujante burguesía viguesa, cuyas fortunas procedentes de la conserva, la construcción de barcos y el comercio, transformaron la imagen de Vigo, que vivía un proceso de expansión territorial. Él y Jenaro de la Fuente Domínguez serán los arquitectos creadores del nuevo Vigo.
Antes de instalarse con su mujer en Vigo, Michel Pacewicz realizó desde París varios proyectos. José García Barbón le encargó en 1897 la construcción de un edificio para acoger la Escola de Artes e Oficios, que anteriormente estuvo en la calle del Circo, actual Eduardo Iglesias. Dicen los expertos que es un excelente ejemplo del historicismo ecléctico aplicado a un edificio de carácter público.
Otro de los encargos realizados en París fue la casa de Salvador Aranda, situada en el número uno de la calle de Concepción Arenal. Tiene la peculiaridad de presentar en su planta baja tres arcadas. Originalmente estaban destinadas a servir como soportales, algo que recogía las normas urbanísticas de aquella época para esta zona, pero que jamás se cumplieron.
En la Casa Yáñez, situada en la plaza de Compostela con Velázquez Moreno, Pacewicz insiste en ese mismo historicismo, aunque aquí lo viste de neogótico. Dimas Vallcorba vuelve a actuar de testaferro de el arquitecto francés en este edificio encargado por Paulino y Francisco Yáñez.
En 1902, los vigueses pudieron admirar el edificio construido en el inicio de Policarpo Sanz a instancia de Manuel Bárcenas. Lo conocemos como El Moderno debido a que pocos años después de su inauguración se abrió allí el hotel de mismo nombre. Es uno de los edificios más bellos que existen en la ciudad. Más recientemente fue alterada su imagen con la incorporación, para algunos desacertada, de la cubierta.
Un par de años después, Michel Pacewicz podía ver otras de sus obras levantadas en la calle de García Barbón. Es la conocida como Casas de Oya, encargadas por el millonario verinés, que hoy en día, una vez restaurado, acoge el Hotel NH. En este caso, nuestro arquitecto eligió el estilo ecléctico afrancesado para embellecer la parte alta de la fachada, echando mano de elementos neobarrocos.
Benito Sanjurjo Ramírez fue la persona que atrajo a Pacewicz a Vigo. Fruto de su relación de amistad, el empresario vigués le encargó al arquitecto varios edificios. El más parisino de todos, según expresión usada en su día por los expertos José Ramón Iglesias y Jaime Garrido, es el inmueble del número 20 de la plaza de Compostela. Fue proyectado como residencia de Benito Sanjurjo, aunque en esta ocasión, el proyecto fue firmado por Siro Borrajo en 1906.
El mismo promotor encargó varios edificios seguidos en la calle de Urzaiz, entre los números 11 y 23. Aquí, Pacewicz insiste en el eclecticismo, aunque las firmas de los proyectos se repartieron entre varios arquitectos, como Siro Borrajo e incluso Jenaro de la Fuente Domínguez.
En el número 19 de la plaza de Compostela se levanta una edificio promovido por Rosendo Silva en 1907. José Antonio Martín Curty localizó facturas de pago por esta obra a los dos grandes arquitectos del momento, Pacewicz y De la Fuente Domínguez. Según los expertos, los dos introdujeron sus propio gustos en el edificio, lo que le da un valor especial. Para Rosendo Silva también construyó, entonces en las afueras de Vigo, el chalé de López Mora, 27, en el que está nuevamente presente el estilo historicista. La singularidad fue una de las características de este arquitecto de ascendencia francesa. Se puede observar en la casa de Acuña Soaje, situada en Policarpo Sanz, 23. Este edificio en esquina es una de las obras más hermosas de este gran creador. En ella, vivió Camilo José Cela cuando, de niño, residió en la ciudad. Pacewicz falleció en 1921 y sus restos acabaron en el osario general de Pereiró.