Patrocinado por

Una joya modernista en el Kilómetro Cero

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

VEN A GALICIA

miguel souto

El Concello de Lalín la adquiere sin los muebles, a excepción de dos librerías y su contenido

22 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El Concello de Lalín lleva a pleno el día 27 la habilitación de una partida de 162.646 euros destinada al primero de cuatro pagos para la adquisición de la denominada Casa de Álvaro, propiedad de la familia Moure, que el gobierno local tiene previsto adquirir por un montante total de 650.000 euros. Esta joya de la arquitectura modernista, ubicada en pleno Kilómetro Cero lalinense, fue construida en 1913 por Álvaro Goyanes Crespo, abuelo materno de Álvaro Moure.

La adquisición no incluirá los muebles que se encuentran en las diferentes estancias y que, por motivos sentimentales, se quedará la familia, a excepción de dos librerías de suelo a techo de madera que cubren de punta a cabo una de las dos galerías de la casa junto con los fondos bibliográficos que se encuentran en ellas.

Esta construcción señorial, con el encanto de otra época, mantiene viva su estampa en medio del tejido urbano en una zona que perdió hace años prácticamente el sabor del pasado. La casa guarda intacto su empaque y su diseño original, que se plasma en detalles únicos interiores en la que la madera es la protagonista.

Tras abrir el portal exterior, nos recibe una entrada de madera con un espectacular trabajo de ebanistería. Una vez cruzado el umbral, una señorial escalera de madera y filigrana de hierro forjado conduce a la primera planta.

En el interior del inmueble se suceden las habitaciones, los diferentes salones y las dos galerías. Una de ellas, la galería ancha, alberga un gran salón cuyo techo está cubierto por un entramado de madera. La sala se encuentra sobre el jardín. La otra de las galerías estaba destinada a biblioteca y es la que cuenta con las estanterías de madera encastrada que se quedarán en su sitio.

En la planta baja, solo el bajo que da a la calle Colón sufrió reformas. En su momento albergó una chocolatería, después la ferretería de Jacinto Goyanes primero y la de los Santórum después. Ahora lleva cerrado unos años, pero antes de eso y, durante medio siglo, fue la sede del Banco Pastor.

A la derecha, en la planta baja, está situado un antiguo despacho, una cocina, un comedor de diario y otro con salida desde esta ala del inmueble al jardín.

En el primer piso, además de la biblioteca y el gran salón que ocupa una de las galerías, el espacio se distribuye entre algunas salitas, habitaciones, un baño antiguo con azulejos blancos de metro, y zonas de paso.

A esta zona se suma un segundo piso abuhardillado que los propietarios reformaron hace varias décadas y que constituye la parte más moderna. Los altos techos y las maderas nobles son parte esencial de esta señorial construcción de serena belleza. La factura de los artesonados o las maderas que enmarcan con exquisita elegancia las puertas son ejemplos de un diseño que mantiene intacta su vigencia.

La casa ocupa una superficie de 220 metros cuadrados. La finca cuenta con un jardín anexo de unos 200 metros cuadrados. En él se ubica un cubierto de planta baja que llegó a medir 75 metros cuadrados pero que fue reducido y en la actualidad es mucho más pequeño. Su compra por parte del Concello de Lalín permitirá abrir las puertas de esta joya del modernismo a los vecinos. La casa es en estos momentos una de las pocas, sino la única, que cuenta con una especial protección otorgada por el PXOM destinada a salvaguardar la arquitectura del inmueble.